La Estimulacion Sensorial
Enviado por LINAMABF • 6 de Junio de 2013 • 2.305 Palabras (10 Páginas) • 328 Visitas
LA ESTIMULACIÓN SENSORIAL, OTRA MANERA DE JUGAR
Bàrbara Viader
¿Cómo es el sistema nervioso central de nuestros hijos?
Si vuestro hijo o hija está etiquetado como: difícil, patoso, lento, hipersensible, desobediente, malo... puede haber una explicación detrás de estos comportamientos y una posible solución.
Durante la primera infancia, el sistema nervioso de los niños ha de procesar constantemente estímulos sensoriales de todo tipo, y ésto no es una labor nada
fácil. Desde el nacimiento, todos estamos preparados para recibir y asimilar estos estímulos del entorno, pero pueden haber una serie de causas que dificulten este proceso de información, y nos permitan explicar posibles comportamientos posteriores como atraso motriz o de lenguaje, falta de atención o comportamiento hiperactivo, agresividad, etc... Estas causas pueden ser largas hospitalizaciones, estancias
en orfanatos o, simplemente, puede tratarse de una dificultad por parte del niño de procesar toda la información sensorial que recibe del entorno, sin que haya ninguna anomalía añadida en su desarrollo. No son niños enfermos ni discapacitados, simplemente son niños que presentan difIcultades para asimilar de forma correcta todos los estímulos que reciben del ambiente.
Este proceso de asimilación de los estímulos se conoce como integración sensorial y, como ya se ha dicho, tiene lugar de manera natural en la mayoría de los niños. Pero podemos referirnos a ciertos grupos de niños que, por diferentes motivos, tienen alterada esta capacidad de procesamiento sensorial.
Este mal funcionamiento de la integración sensorial, es mucho más común de lo que nosotros pensamos, y es un problema muy incomprendido por nuestra sociedad.
Esta dificultad que tienen muchos niños, afecta directamente su capacidad para aprender su comportamiento, la manera de moverse y de relacionarse con los otros, y afecta también a los sentimientos hacia ellos mismos.
Para entender un poco mejor como funciona esta dificultad para procesar los estímulos sensoriales, os propongo que, todos juntos, hagamos un ejercicio muy sencillo.
Relajaros e intentad imaginar lo siguiente:
- Encended la radio y no sintonicéis ninguna emisora; mantenedla en un sonido estático y subir el volumen.
- Pedid a alguien que encienda y apague las luces cuando el quiera.
- Sentaros en una silla rota (que tenga una pata más corta que las otras), y apoyaros en una mesa que también baile (imaginad una de las que están en los restaurantes y que nos hacen sentir muy incómodos).
- Ahora poneros un jersey apretado y áspero, en lugar de una camiseta cómoda; poneros también unos calcetines al revés, y unos zapatos un número más
pequeño.
- Llenad un plato con queso rallado, abrir una lata de sardinas y poned la comida del gato encima de la mesa.
- Con todo ésto en juego, o sólo con un par; coged un libro, abridlo e intentad aprender alguna cosa...
- Intentad mantener la calma, no ospongáis nerviosos y prestad atención a alguna persona que os intente explicar alguna cosa...
Con este ejemplo intento ilustrar de una manera exagerada, qué es lo que pueden sentir los niños que tienen dificultades para procesar estímulos sensoriales. Para ellos, puede haber ciertos estímulos que les resulten agresivos, y les dificulten el aprendizaje o la adquisición de habilidades de lenguaje, sociales, motrices, etc.
¿Después de realizar este ejercicio, resutta mucho más sencillo, entender por qué los problemas de procesamiento sensorial interfieren en el aprendizaje de los niños?
Aunque vuestro hijo no tenga ninguna discapacidad, ni ninguna enfermedad y aparentemente esté completamente sano, ésto no quiere decir que no pueda tener ciertas dificultades en el procesamiento de la información sensorial. Esto explicaría las dificultades de aprendizaje, el retraso en el lenguaje o en la motricidad, la torpeza, los problemas relacionales, o la baja autoestima que presentan muchos niños en nuestra sociedad actual. Estos niños necesitan una estimulación sensorial adecuada, que les facilite la adquisición de las habilidades motrices esperadas, un mejor autocontrol y un buen concepto de él mismo.
Estas mejoras a nivel interior se reflejarán exteriormente con un buen aprendizaje en la escuela, una autoregulación de la cantidad de actividad, un aumento de la atención o una mejora en las habilidades motrices, según las necesidades de cada niño.
Niños adoptados o en acogida
Los niños que han estado adoptados después de un periodo más o menos largo de estancia en un orfanato, han carecido durante los primeros meses de vida (a
veces incluso durante los primeros años), de estímulos sensoriales. La reacción de un niño los primeros días cuando sale del orfanato puede ser de plena excitación y descontrol, o de total inhibición y falta de motivación. Estos dos extremos tienen una explicación fácil, y es que los niños necesitan un periodo más o menos largo para poder asimilar toda la información sensorial que reciben de golpe de su entorno.
Algunos niños reaccionan de forma hiperactiva, porque necesitan recibir muchos estímulos de golpe para sentirse tranquilos; pero en cambio hay niños que reaccionan opuestamente y se quedan paralizados, sin reaccionar; porque aunque estén viviendo las mismas sensaciones que los otros niños su cerebro no las sabe aprovechar y hacen un efecto rebote (entran y salen sin producir ningún efecto). Mediante la teoría de la
integración sensorial, podemos explicar; pues, muchos de los Comportamientos Observables en los niños adoptados.
Nos imaginaremos dos situaciones extremas, para poder entender como funciona este proceso; pero ésto no quiere decir que muchos de los niños adoptados reaccionen correctamente delante de los primeros contactos con estímulos sensoriales.
María tiene ocho meses y hace tres semanas que está con su nueva familia. Ahora su situación ha cambiado mucho, porque ha pasado de vivir en un espacio oscuro,
pequeño, sin muchos colores, sin sonidos ni música agradable, sin dibujos, sin caricias... a un entorno que tiene todo aquello que le faltaba. María reacciona muy bruscamente al cambio, llora, chilla, no para de moverse inquieta y no se encuentra cómoda en ninguna posición. No se deja acariciar y le molesta que la peinen o que le toquen la cara. Sus nuevos padres no saben que hacer; ya que si le ponen música para relajarse llora aún más fuerte, si la cogen en brazos chilla y mueve los brazos enérgicamente, si le enseñan dibujos y juguetes ella no quiere saber
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