La Eutanacia

La eutanasia, es decir, el acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente, aunque sea por voluntad propia o a petición de sus familiares, es contraria a la ética. Ello no impide al médico respetar el deseo del paciente de dejar que el proceso natural de la muerte siga su curso en la fase terminal de su enfermedad.

Declaración sobre la Eutanasia adoptada por la 38. ª Asamblea Médica Mundial Madrid (España), octubre de 1987

“¿Vida digna, o muerte digna?”, es el cuestionado fin de aplicar o no la muerte asistida a las personas que padecen una enfermedad terminal o incurable, acción u omisión denominada eutanasia, la cual intenta evitar el insoportable sufrimiento a tales pacientes. Es una muerte sin sufrimiento físico, pero acelerar la muerte se asemeja mucho a ocasionarla, por lo que principalmente, debe ser autorizada por las personas directamente afectadas.

Por un lado, tenemos el interminable dolor, y terrible sufrimiento de un paciente, o enfermo, que ha perdido toda esperanza de salvación o alivio y la única solución para ellos, de acabar con tal dolor es terminar con su vida, que es lo único que los mantiene aguantando su importunó. Si en algún momento hemos visto la inconformidad con la que día tras día estas personas tienen que convivir, ese golpe que sentimos en el pecho no se compara en absoluto, con lo que ellos tienen que soportar.

Es muy fácil decir que se respete el derecho a la vida, y que éticamente la eutanasia no se considera correcta, pero tal vez esta opinión resulte egoísta. Por mi parte soy una persona conservadora y creo firmemente que el derecho a la vida o la muerte solo debe concederlo Dios, sin embargo, por encima de mi posición y mis credos, la decisión solo pertenece al enfermo, quien es el único que posee la autonomía para continuar con esa mínima esperanza de vida o terminar definitivamente con esta, y escoger la muerte.

En algunos casos, han sido los familiares los que han tomado la decisión, ya que por el estado del sujeto directo ha sido imposible que decida por sí mismo, pero que ha sido el anhelo de muchos. Y claro para las familias es un gran peso moral, pero también la liberación de otra carga, la carga económica que conlleva la manutención del discapacitado y la carga del dolor que ellos también tienen que soportar cada día al ver las irreparables condiciones de su ser querido.

En conclusión, si se permite dicha práctica, debe realizarse bajo circunstancias muy específicas, la decisión del paciente y los familiares es muy importante, además de los diagnósticos dados por la entidad médica a cargo. Si muchos cometen el error de quitarse la vida, por razones mínimas, ¿por qué el que sufre y soporta no puede acabar con su dolor?

...