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La Formación De Recursos Humanos Bibliotecarios


Enviado por   •  15 de Abril de 2013  •  4.378 Palabras (18 Páginas)  •  338 Visitas

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La formación de recursos humanos bibliotecarios y su valoración en la Universidad Autónoma de Nayarit.

Clara Orizaga Rodríguez

Objetivo:

Contribuir a la comprensión de que la biblioteca es una labor educativa y que sus recursos humanos apoyan la gestión de información y el conocimiento.

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Ser bibliotecario en la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN): un reto constante

“Por qué crees, hija mía, que hay tantos directores de bibliotecas que no son bibliotecarios? No es porque no podamos dirigirlas, es porque no soportamos ser dirigidos por otro bibliotecario”

La ilusión de poder realizar cambios en beneficio de las bibliotecas de la institución donde laboro, me llevo a realizar estudios profesionales en Bibliotecología, desde esa oportunidad, la mayor parte del tiempo la utilizo en tratar de ubicar al sistema bibliotecario en el centro la universidad.

Aún con el transcurrir de los años, el avance de la tecnología, los libros electrónicos, el “fast food” de lo inmediato y el “googlear” cotidiano de nuestros usuarios para buscar su información “lo más pronto y fácil posible”, continuamente se confirma que los bibliotecarios tenemos una insigne misión, proporcionar el acceso al conocimiento mediante el ordenamiento de las distintas colecciones de la biblioteca o dicho en otras palabras, facilitar el uso de las colecciones y preservarlas para el presente y futuro. Con tamaña tarea, no pocas veces he visto cara de asombro en las personas que saben de mi formación como bibliotecóloga, parece increíble que a luz de todos estos años, aun se dude de que la nuestra sea una carrera universitaria y no una carrera técnica, pues aparte de preguntar por los contenidos de las unidades de aprendizaje afirman en una pregunta ¿“ustedes leen mucho verdad”? y piensan que lo verdaderamente importante es saber qué códigos asignarle a un libro para ponerlo en un estante y no faltan los quejosos que manifiestan lo complicado que les es utilizar una biblioteca.

Por si los comentarios anteriores no bastaran, cabe mencionar que algunas veces, se reciben visitas de responsables de bibliotecas de otros centros educativos del estado que solicitan como un favor, les explique “a groso modo” cómo ordenar su biblioteca pues desean implementar un orden parecido al que tenemos por aquí en la UAN; eso, nos puede confirmar que nuestra carrera profesional requiere de una gran unión de sus profesionistas para extender nuestro posicionamiento social y profesional y que los esfuerzos que se realicen, nunca serán suficientes para lograr que un día, en todos los niveles de la toma de decisiones, se resuelva que toda unidad de información grande o pequeña, ofrecerá mejores resultados si se cuenta con los servicios de un Bibliotecólogo; baste recordar los esfuerzos que el CNB ha realizado en defensa de nuestra profesión, elevando quejas o cartas de protesta hacia autoridades gubernamentales porque designan a personas no bibliotecarios como responsables de bibliotecas e incluso de escuelas de Biblioteconomía que son modelo a nivel nacional.

Quizá un aspecto que debemos cuidar muchos los bibliotecólogos, es que una gran parte de las personas ve a nuestra profesión bajo un concepto más bien simple, pues por lo general, se piensa que las tareas que ahí se desarrollan son esencialmente mecánicas de provisión, limpieza, entrega y recepción de libros, al menos en las bibliotecas de provincia este es un problema serio ya que no se vislumbra como necesario la contratación de personal profesional y por ello la formación para bibliotecarios se aborda a partir de la óptica laboral mencionando la experiencia desde el entorno de la Universidad Autónoma de Nayarit.

Las bibliotecas universitarias y el personal de bibliotecas de la UAN

Uno de los varios problemas que enfrentan nuestras bibliotecas en la actualidad es la falta de personal calificado, que pueda apoyar de manera efectiva y eficaz las diferentes tareas propias del servicio bibliotecario, tarea que es más difícil de atender con personal no profesional, debido a que con excepción de la que esto escribe, se carece totalmente de personal con formación en bibliotecología. Por su parte, nuestros apreciables clientes de la información desconocen totalmente esta situación y piden cotidianamente un buen servicio y esperan que la atención sea prestada con estándares de la tan traída y llevada calidad sin analizar que cuando en bibliotecas se habla de calidad de los servicios se está hablando de la calidad de las personas, más allá de los soportes que significan los recursos bibliográficos y las herramientas tecnológicas.

Con esta reflexión se tiene un acercamiento al meollo del problema: sin recursos humanos apropiados, nada se puede hacer, aun que se tuviera cierto presupuesto, de las 32 bibliotecas que forman parte del Sistema Bibliotecario de la UAN, ninguna de ellas se encuentra a cargo de personal profesional. El país requiere de más y mejores profesionales de la información pero, la mayoría de estos se encuentra en las grandes ciudades, ya que las universidades de provincia no pagan los salarios que se ameritan para que un profesional lideree un proceso de transformación en las bibliotecas universitarias.

La situación de las bibliotecas universitarias en provincia.

En la problemática de falta de formación profesional en bibliotecas universitarias no se tiene la exclusiva en el estado de Nayarit, otros estados de la República padecen situaciones semejantes, los recursos económicos con los que se cuente pueden hacer la diferencia, ya sea para contratar personal profesional o para impartir cursos de capacitación y solucionar algunas de las dificultades que representa el cubrir las competencias que debe poseer el personal con el que se cuenta teniendo siempre presente que los recursos humanos no son el problema sino la solución a ellos.

En provincia, el bibliotecario profesional generalmente ocupa el puesto de director, ó con suerte quizá, sea el bibliotecario de consulta o el de procesos técnicos aunque los usuarios que acuden a la biblioteca pueden dar por hecho que la persona que les atiende es bibliotecario y no es así, porque hay una gran desproporción de bibliotecarios profesionales en las universidades de provincia en relación con las universidades de mayor tamaño, donde las oportunidades son mejores y los puestos aunque diversos y no todos de nivel directivo si pueden representar en algún momento un escalón para ascender.

Si se deseara ser ortodoxo sobre las cualidades que debe llenar un bibliotecario, citaría a Aurelia Orozco (1983) y diría que un bibliotecario debe “poseer una sólida formación académica dominar el aspecto técnico como la

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