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La Formación De Valores: Un Problema De La Filosofía De La Educación.


Enviado por   •  10 de Marzo de 2013  •  6.215 Palabras (25 Páginas)  •  586 Visitas

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La formación de valores: un problema de la Filosofía de la Educación.

Autor: Lissette Mendoza Portales

Centro: Facultad de Humanidades.I.S.P "E.J.Varona."Ciudad de La Habana. Cuba.

Resumen.

Se trata de la aproximación a un problema de extraordinaria significación en nuestro tiempo: la formación del hombre que enfrentará los retos que nos impone el nuevo siglo que se avecina.

Tal cuestión, desde la óptica de Filosofía de la Educación en su dirección axiológica, descubre la delicadeza del problema ya que toca de cerca el mundo espiritual del ser humano, en las diferentes etapas de su desarrollo.

Su comprensión como parte de la labor profesional de los educadores exige tener en cuenta su condicionamiento y naturaleza, sus componentes y facetas... en fin requiere de un enfoque integrador.

De acuerdo a ello, estas ideas se estructuran de la siguiente forma:

1- Actualidad del problema.

2- Fundamentos teóricos.

3- El proceso: un estudio integrador.

4- José Martí: una propuesta axiológica.

I. Actualidad del problema.

El siglo XX está a punto de finalizar y el mundo de hoy exhibe logros que apenas se podían soñar en los inicios de esta centuria. El hombre ha crecido y con él, la cultura. Y paradójicamente, ello ha servido para profundizar las grandes contradicciones que matizan la realidad actual desde lo económico... hasta lo ideológico-cultural.

Así, la sociedad contemporánea finisecular exhibe increíbles índices de desarrollo ("informatización" de la sociedad) junto a los no menos increíbles índices de subdesarrollo.

Ello coloca en centro de atención el problema del hombre y sus valores, en la misma medida en que se polarizan cada vez más las fuerzas sociales en el universo, descubriéndose los obstáculos que ponen en peligro los desafios del Hombre ante el nuevo milenio; los que se expresan ante todo en la defensa de la cultura y de los valores creados por la Humanidad a lo largo de su historia.

Así se convierte en un punto neurálgico, en tema de reflexión de hombre de los diversos perfiles profesionales: investigadores, maestros y profesores, políticos, etc; el problema del hombre y el desarrollo humano, de la cultura y los valores.

Y es que el propio desarrollo científico y tecnológico, característico del mundo contemporáneo, inserto en difíciles y complejas relaciones sociales, no sólo potencia lo mejor del hombre sino que genera serios problemas que atentan contra este y sus más elevadas realizaciones y aspiraciones; desde la violencia destructiva hasta algo aparentemente tan simple como la tendencia a la eliminación del hábito de lectura.

No estamos ajenos a lo que se ha llamado un "ruptura espistemológica", en tanto se sustituye un paradigma cultural, el "de la palabra" por la "cultura de la imagen"(1). Sin embargo, hay que preguntarse en qué medida ello se revierte en la inmensa mayoría de los seres que habitamos el planeta.Al valorarse las profundas diferencias que genera el desarrollo científico y tecnológico valdría recordar:

"...un alto nivel de vida sólo es posible para quienes controlas tecnologías de producción más avanzada. Un país que fabrica mercancías de la 2da revolución industrial (coches, acero, etc) tiene que contentarse con los salarios de México o Corea. Hoy día los altos salarios sólo pueden ser resultado de los productos de la 3ra revolución industrial: la informática, la biotecnología, la tecnología espacial, las nuevas energías y los nuevos materiales..." (2)

Ese es el mundo de hoy, el de las naciones muy poderosas y países muy pobres, los que sin embargo, a través del eufemístico lenguaje finisecular "marchan juntos" en el mundo globalizado, bajo el influjo de la INTERNET hacia el III milenio.

En realidad se restructuran sistemas axiológicos, imponiéndose la lógica del mercado, a pesar de que se apelan a valores humanos universales:justicia, democracia... surgiendo un efecto cultural-axiológico homogeneizador, que enmascara su verdadero carácter excluyente.

De ahí, que el problema de los valores sea hoy día un tema recurrente en la prensa, en los foros científicos, en el cine, en los medios intelectuales, etc.

Su actualidad viene dada por las características que ha asumido el mundo en las últimas décadas del siglo, lo que se expresa en términos de crisis y carencias, de rupturas y desafíos... en fin, por las profundas transformaciones que se han producido y que requieren cada vez más una actitud consciente y consecuente por parte del hombre.

Por otra parte, la vigencia del problema, viene dada por su propia existencia, ya que es consustancial al propio hombre y expresión de su ser, por cuanto los valores se pueden considerar como la "realidad humanizada con significación positiva para el hombre" (3) y es que realmente desde que el hombre surge en el proceso de transformación de la naturaleza crea valores, en correspondencia con cada época y estos se convierten en expresión del devenir social.

Sin embargo, la cuestión radica en que si se habla del hombre y sus valores, necesariamente hay que pensar no sólo en lo logrado, que hay que preservar, sino en lo nuevo que hay que crear, dándole continuidad a esto existente.

Y surge la cuestión del sujeto portador de los nuevos valores. Y aparece dibujándose en toda su dimensión un grupo social esencial: la juventud. Y el reto se hace cada vez más complejo, pues pasa por un fenómeno extraordinariamente contradictorio: la educación.

Ello exige, atendiendo a las condicionantes epocales ya mencionadas, el enfoque axiológico de la educación, ya que nos manifiesta el problema en toda su complejidad. De ello ha de ocuparse entonces, la Filosofía de la Educación por cuanto desde su enfoque valorativo logra sistematizar lo relativo a la naturaleza, esencia, cuestiones que encierra, lugar y papel en el proceso de la educación y por supuesto, su significación. Y es que la educación desempeña una función catalizadora de las aspiraciones humanas y ha constituido el hilo conductor en el quehacer de diferentes generaciones en cada época histórica.

De ahí que se nos presenten múltiples interrogantes:

o ¿Qué lugar ocupa lo axiológico en la educación?

o ¿Pueden formarse valores en condiciones sociales adversas?

o ¿Cómo asumir el problema a principios del siglo XXI?

II. Presupuestos teóricos de partida.

La penetración en el complejo proceso

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