La Franja de Precios y su Importancia como Instrumento Regulador del Mercado

La Franja de Precios y su Importancia como Instrumento Regulador del Mercado

Mayilena Carbonell Puertas – Economía de la Empresa

La política arancelaria en el Perú ha sufrido importantes ajustes en los últimos años, principalmente en lo referentes al sector agropecuario, con la aplicación de medidas como la reducción de la franja de precios para los productos marcadores agropecuarios hasta cambios en la forma de calcular los precios mínimos y máximos de este mecanismo de protección, habiéndose evaluado incluso su eliminación como barrera arancelaria para la importación de estos productos. Bajo este contexto nos preguntamos, ¿constituye la franja de precios un instrumento eficaz para estabilizar los precios internos del mercado peruano en beneficio para el productor y el consumidor? El presente ensayo pretende demostrar que este mecanismo de protección contribuye a la regular la economía nacional, permitiendo estabilizar el costo de la importación y limitando el impacto negativo de la volatilidad de los precios internacionales. Iniciaremos el presente ensayo revisando el concepto y naturaleza de la franja de precios, los argumentos a favor y en contra de su aplicación, la denuncia efectuada por Guatemala y el fallo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y las consecuencias de los últimos cambios en la franja de precios en el mercado nacional del azúcar.

La existencia de productos agropecuarios sujetos a transacción comercial a nivel mundial, especialmente el caso de los commodities, se encuentran sometidos a una gran fluctuación en sus precios dependiendo del país productor del cual provienen; por tanto, su importación sin barreras arancelarias puede generar inestabilidad en el mercado nacional, ocasionando incertidumbre entre los productores, cuando los precios internacionales están en caída, y entre los consumidores, cuando los precios internacionales se incrementan sustancialmente (Minagri, 2016, p.1) .

La Franja de Precios forma parte del sistema arancelario peruano fue creado mediante el Decreto Supremo N° 115-2001-EF en base al esquema de derechos específicos variables de 1991; es un instrumento de política comercial aplicado a cuatro productos marcadores: arroz pilado, maíz amarillo duro, leche y azúcar blanca (Anexo I, Decreto Supremo 115-2001-EF), y cuarenta y tres productos vinculados, que surge como un mecanismo que busca estabilizar el costo de la importación de algunos productos agropecuarios, limitando el impacto negativo de la volatilidad de los precios internacionales, y permitiendo el acercamiento entre los precios del mercado interno con los precios internacionales. (Minagri, 2016, p. 1).

La operatividad de este sistema consiste en  fijar un nivel superior (precio techo) y otro inferior (precio piso) para los precios internacionales de cada producto importado (la Franja) permitiendo que los precios fluctúen sin intervención dentro de este rango, aplicando derechos arancelarios adicionales en casos donde el precio internacional cae por debajo del nivel inferior de la Franja, o rebajas arancelarias, cuando el precio de internacional excede al límite superior (MEF, s.f.). De este modo participa activamente en la regulación de los precios de los productos importados al ingresar a nuestro país.

Existen posiciones con contra de la aplicación de este mecanismo; al respecto, Eduardo Ferreyros (2015),  en su columna de Perú 21, sostuvo “eliminemos la franja de precios, las distorsiones, generemos competencia y hagamos que los peruanos podamos beneficiarnos con productos e insumos más baratos, y atendamos los problemas de la producción nacional ofreciéndole mayor competitividad, no utilizando mecanismos obsoletos que encarecen los alimentos”. (Perú 21, 2015).

Otros sectores apoyan la eliminación de la franja de precios basan sus argumentos en las ventajas competitivas que ha traído al Perú la aplicación de su política de apertura comercial, que ha permitido acceder a tecnología de punta a menores costos, incrementando la productividad, competitividad y, más importante aún, mayor calidad y menores precios para los consumidores finales; asimismo, ha permitido integrarse a los principales mercados del mundo, permitiendo colocar productos, principalmente los del sector no tradicional, en mercados más grandes, como China, Estados Unidos y la Unión Europea. (Agronegocios, π 1)

En el año 2013, Guatemala interpuso una demanda contra el Perú por considerar que el sistema de franja de precios que aplicaba el Perú, en ese momento 66%, resultaba incompatible con las disposiciones del Acuerdo sobre Agricultura de la OMC y del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio de 1994. La Organización Mundial del Comercio, a través del Órgano de Apelación de Solución de Controversias, confirmó la demanda, recomendándose al Perú a aplicar sus leyes de conformidad con los citados Acuerdos otorgándole un plazo de 7 meses y 29 días para dar cumplimiento a lo dispuesto. En virtud a ello, el estado peruano determinó Precios de Referencia reflejarán el precio promedio del mes anterior que se obtenga según las cotizaciones observadas en los mercados internacionales de referencia, con un precio techo máximo de 20%.

Por su parte, los defensores de esta medida sostienen que la franja de precios es un sistema arancelario de defensa comercial que permite equilibrar las ventajas competitivas de otros países; ventajas que se traducen en el otorgamiento de subsidios, reducciones de impuestos, menor costo de mano de obra, entre otros; estas ventajas originan mayor producción y los excedentes son exportados a los mercados internacionales. Estos excedentes distorsionan el precio internacional, dado que los países que lo comercializan están dispuestos a recibir un precio mucho menor a lo que ha costado producir el bien, este hecho cuyo resultado es el beneficiario de empresas importadoras, mas no de los consumidores ni los productores. (AGALEP, π 2)

El sistema de franja de otorga al productor nacional una barrera de protección contra precios internacionales distorsionados por subsidios o barreras al libre comercio en otros países productores de estos cuatro productos marcadores, funcionando como un corrector de precios de importación; tomando como premisa que el comercio internacional con estas características no se puede considerar un mercado libre ni de competitividades reales.  

Analizando el mercado de azúcar peruano, vemos que la reducción de la franja de precios del 2015, de 66% a 20%,  afectó gravemente la industria debido enorme crecimiento de la importación de azúcar al país. En efecto, hasta abril de 2015 la franja de precios establecida para la importación de este producto marcador era de 66%, a partir de abril de 2015 se redujo a 20%; por su parte la importación de azúcar pasó de 141 TM en el 2013, a 179 TM en el 2014 y 345 TM en el 2015; en este sentido, la reducción de la franja ocasionó el crecimiento del 93% de las importaciones del 2015 respecto al 2014, y del 144% del 2015 respecto al 2013. En consecuencia, la reducción de la franja ocasionó que ingrese azúcar importada a nuestro país a precios más bajos, reduciendo el precio del mercado nacional y saturándolo.

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