La Iglesia católica
Enviado por juanse1298 • 4 de Septiembre de 2014 • Tesis • 1.270 Palabras (6 Páginas) • 208 Visitas
Se dice que la vela se adoptó relativamente tarde para la iluminación casera, pues la más antigua descripción aparece en escritos romanos del siglo I d.C., y este nuevo invento se consideraba una obra de arte, en esa época las velas eran hechas de sebo, un extracto sólido casi incoloro e insípido de grasa animal o vegetal y se podían consumir.
La Iglesia católica ya había adoptado el lujo de los cirios de cera, y la gente muy rica los empleaba para las grandes ocasiones. Datos referentes a una de las grandes mansiones británicas muestran que durante el invierno de 1765, sus habitantes consumieron más de cien libras de velas de cera en un mes. En el siglo siguiente, las velas de lujo serían la de cera blanca y reluciente, la dura y amarilla de sebo vegetal, procedente de China, y la vela verde, perfumada con laurel, utilizada en las costas de Norteamérica, se dice que las primeras velas fueron desarrolladas por los antiguos Egipcios, sin embargo, los romanos fueron los que mejoraron las velas utilizando pabilo, de esa manera auxiliaban a los viajeros en la oscuridad, y proveían de luz a los hogares y sitios de culto. Al igual que los egipcios, los romanos utilizaban el sebo de ovejas y vacas como principal ingrediente.
A fines del Siglo XVIII, gracias a la caza de las ballenas, las velas comenzaron a hacerse con la esperma de las ballenas la cual se obtenía de la cabeza del animal. Este gran invento tuvo gran éxito ya que las velas que se fabricaban con este material, no tenían olor desagradable, al prenderse, además de que no se reblandecían o deformaban con el calor del verano, las primeras velas y cirios se elaboraron con sebo, grasa animal que desprendía un humo negro poco atractivo; luego este ingrediente fue reemplazado por la cera de abeja, un elemento de costo elevado que sólo podía ser adquirido por los clérigos y las ricas minorías.
A mediados del Siglo XIX, el desarrollo de la estearina como compuesto químico, originalmente producido a partir de la grasa mineral refinada que produjo grandes cambios en la técnica de hacer velas; se extendieron los tiempos de mayor duración, dureza y los colores se tornaron más opacos y de buen olor. Hacia 1850 durante el proceso de refinación del petróleo, se descubrió una cera de color blanco-azuloso que ardía limpiamente y no emitía olor desagradable, se le llamó cera-parafina, que pronto sustituyó a los materiales que en ese entonces se utilizaban en la fabricación de las velas. En la época colonial, se utilizó la cera que se obtenía hirviendo las bayas de árbol de la cera, que en ese entonces ardía limpiamente, el proceso de obtención era demasiado complicado, y por esta razón su popularidad disminuyó. Fue en el Siglo XIX, cuando se comenzaron a fabricar las velas en máquinas de producción continua.
En la actualidad, las velas se encienden para crear un clima especial según la ocasión, puede ser confortable, cálido, íntimo o romántico. Además constituyen un importante recurso decorativo muy usado durante las fiestas navideñas y otras celebraciones especiales, en la que comenzamos a impregnarnos de esa energía que transmiten, porque sin duda, un ambiente iluminado por velas está rodeado de un hilo mágico que misteriosamente consigue hechizarnos. El origen de las velas es tan antiguo como la civilización humana, su utilización milenaria siempre ha sido asociada a fines místicos.
Las velas también han sido usadas para efectuar rituales tales como protección del hogar, atracción del ser amado, prosperidad, abundancia, salud, entre otros. Se ha dicho con frecuencia que cuando la llama de una vela es azul o sombría, hay un fantasma o espíritu en la casa o en las cercanías. La historia cuenta que en Alemania, una vela cuya llama se divida y parta, predice la muerte en la casa; una vela que suelte una chispa al aire, significa
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