La Imagen De La Ciudad

Éste libro habla de la imagen que la ciudad genera en sus habitantes, de la claridad que éstos tienen sobre el proyecto urbano en el que viven basado en estudios que el autor le hizo a los propios habitantes, tomando sólo en cuenta las opiniones generales y dejando de lado las diferencias de las diferentes perspectivas.

El análisis se centró en las zonas centrales de las ciudades que eligió para el estudio, por tres motivos diferentes: Boston, porque tiene muchas dificultades respecto a su ubicación, Jersey City por las pocas formas con las que cuenta y la poca imaginación de ellas y los Ángeles por ser una ciudad nueva con un trazado en parrilla en su zona central.

De acuerdo a los resultados descubrió que las personas se adaptan a su entorno y extraen estructura e identidad del material que tienen a su alcance, que el espacio tiene importancia en las personas que lo ocupan al igual que la amplitud que éstos tienen (un panorama organizado garantiza que los habitantes disfruten de la ciudad) y que los habitantes comúnmente ubicaban a las características naturales de la ciudad como la vegetación y el agua como referencias obvias.

También se dio cuenta que hay referencias constantes de acuerdo a las clases socioeconómicas y a los contrastes de edad.

El estudio se limita a los efectos de los objetos físicos y perceptibles de la ciudad sobre sus habitantes, sin embargo hay otros aspectos que influyen a la percepción, como el significado social de una zona, su función, su historia e incluso su nombre.

Una de sus conclusiones fue que los observadores suelen agrupar a los elementos que componen a la ciudad en organizaciones más grandes llamadas complejos, éstos complejos están dispuestos en diferentes niveles dependiendo a la escala de superficie que ocupan, hay un nivel de calle, un nivel de barrio, uno de ciudad y finalmente uno de región metropolitana

Éste manejo de complejos implica una carga de organización de información al observador muy pesada que se complica aún más cuando entre estos niveles hay una relación poco obvia o nula.

Las imágenes que resultad de la ciudad pueden diferenciarse también por el punto de vista de cada observador, por la hora en la que se esté viviendo el espacio y hasta por el día y estación.

Una de las afirmaciones que considero más importante del libro es que nosotros, los observadores estamos constantemente tratando de organizar nuestro entorno, tratando de estructurarlo e identificar las diferentes partes que lo conforman, ésta estructuración debería ser facilitada por los nuevos proyectos de urbanismo de las ciudades para que juntemos toda la información en vez de desorganizarla.

No existe una ciudad perfecta, con una especialización completa y definida permanentemente, ya que las ciudades están en constante cambio al igual que los propósitos de cada una de ellas.

El autor dice que deberíamos

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