La Interculturalidad En El Contexto Educativo

PARADIGMA : INTERCULTURALIDAD EN EL CONTEXTO EDUCATIVO

Dr. Rámel Ulloa Deza

“Se entiende por interculturalidad la capacidad y disposición para comprender códigos culturales diferentes a los de la propia cultura. Y la educación intercultural es la que corresponde promover en toda sociedad multicultural radicando su esencia en el valor positivo del intercambio entre las culturas, pues esto enriquece a la sociedad y a sus miembros. No es pues una modalidad especial de educación propia de los centros escolares ubicados en poblaciones bilingües o inmigrantes sino que es una cualidad deseable en todo centro escolar de una sociedad actual (Capella, 2006).

I. INTRODUCCIÓN

Atender a los objetivos de la educación, es una gran responsabilidad, implica considerar a todo centro educativo como espacios sociales, dinámicos, cambiantes, lugares en los que el aprendizaje de los alumnos, debe ser la preocupación principal. La interculturalidad en educación surge como etapa final en el proceso de aceptación y valoración de las variables culturales, más allá de las alternativas asimilacionistas o compensatorias y muy vinculada a formulaciones educativas afines como la educación global, educación inclusiva, educación antirracista y educación multicultural.

La categoría “intercultural” constituye la denominación más comprensiva y coherente con la filosofía que trasciende de esta corriente pedagógica, acentuando la interacción, comunicación, negociación y enriquecimiento entre formas culturales diversas. El objetivo de la educación intercultural se sitúa en un contexto sociopolítico favorable al desarrollo de una vida democrática plural y solidaria, en la que el conocimiento no se encuentra alejado de las realidades de la vida cotidiana.

“Desde la óptica sociopedagógica no podemos olvidar que la educación intercultural debe estar basada en la identificación de grupos y los problemas sociales y que en el proceso de implicación de la lucha de las escuelas, con las luchas sociales con el fin de conseguir los espacios de poder, el lenguaje y los derechos que se niegan sistemáticamente a los grupos minoritarios” (Extberria, 1992).

La educación intercultural, se plantea como una opción sociocultural, que permita elaborar las premisas necesarias en la construcción de nuevas formas de relación social en todos los sectores vitales, asume los valores de la “democracia moral” como plataforma para el desarrollo de esas pautas de convivencia social (Carr, citado por Merino, 1992).

El presente ensayo enfoca el paradigma interculturalidad, situado en los modelos filosóficos surgidos a través del tiempo: El tecnológico o positivistas; el hermenéutico o interpretativo y el crítico o sociopolítico, fundamentándose en cada uno de ellos sus ventajas. Así como la validez e importancia de la educación intercultural en el Perú.

II. EDUCACIÓN INTERCULTURAL

La Educación lntercultural tuvo su origen en aquellos países que ya poseían históricamente una importante mezcla cultural, fruto de los procesos de diverso tipo que afectaron al desplazamiento de importantes masas de población: esclavismo. colonialismo o emigración voluntaria; su establecimiento se ha visto siempre vinculado a la consecución de un doble designio propio de las sociedades democráticas pluralistas: lograr la cohesión social suficiente para garantizar la estabilidad socio— política y estimular la diversidad cultural como fermento del desarrollo social y del pluralismo. En todas ellas las peculiaridades de los grupos procedentes del exterior han influido en las estrategias educativas concretas, lo cual no ha impedido que sus desarrollos genéricos se situasen dentro de opciones educativas y sociales más generales, que las ubican en el marco de algunos de los modelos fundamentales que hoy podemos examinar.

De modo más preciso, se puede situar temporalmente el origen de la Educación Intercultural en la década de los años treinta, a partir de los estudios sobre la aculturación llevados a cabo por antropólogos como Redfield, Linton y Herskovíts que sugerían la necesidad de desarrollar un enfoque dinámico. De ahí que su concepto de aculturación sea apreciado como un elemento interactivo originado por el contacto estable entre distintas culturas por tanto, el origen de los estudios propiamente interculturales. También la Escuela de Chicago contribuyó en esa época (Park y Burgess) al estudio intercultural, cuyos estudios se orientaron a propiciar un modelo asimilacionista de las relaciones interculturales (Merino; Muñoz, 1995).

III. MODELOS INTERCULTURALES

La producción teórica intercultural se sitúa entre los referentes de los grandes modelos del conocimiento surgidos en este campo o que han sido trasplantados desde marcos más amplios. El modelo tecnológico o positivista; el hermenéutico o interpretativo y el crítico o sociopolítico. A su vez estos modelos articulan los distintos componentes de estas teorías y les confieren un sentido de totalidad en un contexto de interpretación cognoscitiva del mundo mucho más amplio que el terreno específico que intentan explicar. A estos modelos o plataformas interactivas del conocimiento, vinculadas a diversas comunidades investigadoras, se les conoce también como paradigmas o enfoques científicos o teóricos; y en el ámbito educativo han sido objetos de una amplia revisión analítica por parte de muchos autores.

Un análisis respectivo nos permitirá comprender mejor las propuestas educativas que emanan de las distintas apreciaciones de la Educación Intercultural. Por tanto cuando hablamos de modelo o paradigma intercultural hemos de entender que estamos haciendo referencia a una plataforma cognoscitiva analítica que da cuenta y oferta alternativas a los problemas planteados por la complejidad cultural. Esto es. los paradigmas no operan en tanto son teorías, sino como esquemas o modos de pensar o como modelos para la investigación que orientan el desarrollo de las teorías desarrolladas por los individuos o grupos pertenecientes a una comunidad investigadora. Reflejan por tanto diferentes maneras de aproximación a un ámbito de conocimiento determinado y prefiguran las formas que adoptan las soluciones propuestas a los interrogantes formulados en la investigación. Así, normalmente el desarrollo de la ciencia y la investigación social opera dentro de la estructura de una escuela del pensamiento que define sus propios objetivos, el inicio del que partir, los métodos a utilizar y los conceptos interpretativos de su investigación, lo cual no impide como observaron Kunh y Lakatos (1971) y Musgrave (1970) que dichos desarrollos puedan efectuarse mediante el recurso a una utilización hibrida de elementos pertenecientes a una pluralidad de escuelas

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