La Lectura Efectiva

La lectura efectiva

Es sabido que la lectura ocupa un lugar preponderante en el proceso de aprendizaje, una buena lectura puede asegurar al estudiante un mejor aprovechamiento académico, sin embargo, no es una tarea sencilla, el dominio de la lectura requiere de una compleja técnica y coordinación de varios aspectos, cognitivos y físicos, por lo cual es necesario tener las herramientas fundamentales para llevar a cabo esta acción de la mejor manera.

Para entender el concepto de “Lectura Efectiva” debemos conocer primero el significado de “lectura”. La Real Academia de la Lengua Española define la palabra “lectura”, entre otras como:

1. f. Afición a leer.

2. f. Obra o cosa leída.

3. f. Interpretación del sentido de un texto.

4. f. Variante de una o más variantes de un texto

Otros autores nos dan una definición más amplia del concepto:

Para Goodman (1967) constituye un proceso preciso que involucra una percepción e identificación exactas, detalladas y secuenciales de letras, palabras, patrones de ortografía y unidades mayores del lenguaje. Striclankland (1994) dice que desde el punto de vista de los lingüistas, es la transformación de los estímulos en forma de gráficos en lenguaje. Rosenblatt (1994) define el concepto “lectura” como el proceso por medio del cual el lector trae al texto su experiencia pasada y su personalidad presente, y logra crear un nuevo orden, una nueva experiencia en forma de un poema; no como se concibe tradicionalmente un poema, sino como el trabajo literario creado por el lector al leer un texto.

Teniendo en cuenta estos conceptos nos damos cuenta que la lectura o la acción de leer va más allá de simplemente pasar la vista sobre los símbolos escritos, el procedimiento de leer conlleva una compleja técnica en la cual se deben coordinar la capacidad de descifrar las letras (codificar), la velocidad de codificación de las mismas y la habilidad para comprender lo que se ha leído.

El primero de estos requisitos, se obtiene en la mayoría de los casos en la vida escolar temprana, durante la educación primaria cuando el estudiante aprende a descifrar las letras, este proceso que parece tan simple y sencillo nos dará la pauta para continuar hacia el siguiente punto, sin embargo es común observar a estudiantes de niveles superiores con carencias graves en el dominio de esta técnica básica: no saben leer bien y por lo tanto su comprensión de la lectura es muy baja.

Además del reconocimiento de las letras que implica un proceso mental, el lector requiere también de procesos físicos que se llevan a cabo mientras se lee, es decir, debe ser capaz de mover los ojos para captar sensitivamente las palabras. Estos dos procesos se deben realizar de manera simultánea y de la habilidad para ejecutarlos dependerá también la velocidad con la cual se realice la lectura. Se considera que el lector adulto promedio lee entre 250 y 400 palabras por minuto por lo que el movimiento de los ojos al leer requiere de tres aspectos: 1) la fijación: es cuando los ojos se detienen. Es el momento en que se lee; 2) los movimientos sacádicos: son los movimientos rápidos “en saltos” que realiza un ojo mientras lee; y 3) La barrida de retorno: cuando los ojos alcanzan el final de la línea y pasan hacia la siguiente.

También es importante cuidar el ambiente en el cual se realiza la lectura, tener en cuenta ciertos aspectos físicos (tener una buena visión), una óptima iluminación, una postura adecuada, una correcta distancia del texto a leer, la motivación para llevar a cabo una lectura.

Las investigaciones han demostrado que –contrario a lo que se creía- a mayor velocidad de lectura, aumenta la comprensión ya que a mayor velocidad aumenta la concentración.

Las razones que se aducen para probar que a mayor velocidad lectora corresponde un incremento en la comprensión, son las siguientes:

a) lo importante es captar las ideas expresadas por medio de las palabras. Hemos de realizar una lectura silenciosa pasando la vista con la velocidad por las líneas de palabras. Lo que interesa es quedarse con lo esencial, con el contenido, con las ideas.

b) Como las palabras son signos

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