La Mujer Misteriosa.

La Mujer Misteriosa

Solitario y apartado del mundo así vivía Fabio en su oscura mansión llena de recuerdos. Una casa grande que había compartido con su esposa cuatro años de los cuales ella le abandonaba para siempre, llevándose con ella su gran amor; el hijo deseado que fue muerto a consecuencia de la enfermedad que acabo con su esposa. Hacía más de un año que había enterrado a su esposa y no experimentaba ningún cambio; desde que ella murió vivía triste y apartado recordando parte de su vida en la que fueron muy felices. Vivía solo para su esposa y cuando ella murió quedo deprimido.

El único lugar que visitaba era un pequeño parque para recordar el día que conoció a Cecilia que así se llamaba su esposa, y ahí permanecía largo rato hasta que el reloj de la torre daba las seis campanadas de la tarde y volvía a casa a su triste rutina.

Una vez cuando estaba en el parque, de entre la niebla que permanecía en el ambiente, surgió la figura esbelta de una mujer, eran ya las seis y Fabio se disponía a partir: el sin querer miro a la extraña y de pronto se dio cuenta que tenía un parecido extraordinario con su esposa fallecida: sus ojos, su boca, su sonrisa, su frente, sus rosadas mejillas y su cabello azabache, que en abundancia caía a su cintura. Fabio quiso ir a saludarla pero un escalofrió estremeció su cuerpo y quedo estático, la mujer paso a su lado sin voltearlo a ver.

Luego llegó a su casa y en el insomnio de la noche, no dejaba de pensar en aquella mujer misteriosa que inquietaba su paz, y porque tenía semejante parecido con su esposa.

Desde aquella vez Fabio sentía el sufrimiento de ver a “la mujer misteriosa” pues así le llamaba. Todas las tardes llegaba al parque y como apareciendo de la nada se sentaba cerca de él y ahí permanecía como esperando a alguien, Fabio no se atrevía a hablarle pero un día des pues de las seis campanas se armó de valor y se acercó a ella y con un tono cortes pregunto:  ¿a quién espera? Y ella clavándole la vista respondió ¡a ti! Grande fu su confusión al escuchar la respuesta y lo único que pudo hacer fue cortar una rosa roja y entregarla a ella, quien la tomo y luego se marchó entre la niebla.

Otro día Fabio ya con más confianza decidió declararle su amor a aquella mujer, sin saber quién era y de donde venía, pero se había apoderado de él y así lo hizo. Ella luego de un largo silencio le contesto con un si macabro pero que a él le pareció agradable. Seguidamente lo tomo de su mano y lo llevo por las calles más apartadas de la ciudad, él no sabía adonde lo llevaba, ni quería saberlo, estaba feliz con solo ir con ella, cuando llegaron a su destino Fabio se dio cuenta que estaban en un cementerio y pregunto: ¿Por qué me has traído a este lugar tan sombrío? Y ella respondió; ¡porque quería estar a solas contigo! Y diciendo esto lo tomo del cuello y lo beso abrasadoramente.

Fabio al sentir aquel contacto experimentó la sensación que se transportaba a otra dimensión pero no hizo por apartarse, pues se encontraba acariciando a “su esposa” y le daba las gracias por los momentos que le brindaba. Esa noche Fabio y la “mujer misteriosa” navegaron juntos en un mar de felicidad y juntos se precipitaron en la catarata del infinito, para no volver jamás a la realidad.

Otro día sus amigos lo buscaron infructuosamente por toda la ciudad, hasta que alguien dijo que le habían visto ir hacia el cementerio, allá fueron y lo único que encontraron fue una marchita rosa roja, sobre una tumba blanca.

Desde aquel día sus amigos creen que Fabio es ahora tierra fértil, que produce flores rojas, alrededor de aquella enigmática tumba, para dar con este un testimonio que existe un más allá misterioso.

Personajes Principales

Fabio: Dueño de una mansión, se deprime al fallecer su esposa y se aparte del mundo y vive solo recordando a su amada.

“la mujer misteriosa”: dama que aparece en el parque que Fabio conoció a Cecilia y esta tiene un parecido extraordinario con ella, esta viene del más allá.

Personajes Secundarios

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