La Neutralidad En La Asistencia Humanitaria
Enviado por LauBF • 31 de Mayo de 2013 • 1.194 Palabras (5 Páginas) • 345 Visitas
Mantener una neutralidad real en la asistencia humanitaria no es fácil, teniendo en cuenta que estamos hablando de escenarios de tensión, donde las decisiones deben tomarse muy rápido y las consecuencias de éstas son irreparables. Pero más allá de la posibilidad de actuar siguiendo unos principios basados en a neutralidad, el verdadero debate gira entorno a la necesidad o justificación de dichos principios en el marco de la acción humanitaria.
Antes de nada tendríamos que aclarar que la neutralidad sólo es posible y realmente efectiva en un contexto concreto y reducido, no a escala global. Es decir, la neutralidad se debe perseguir como valor humanitario siempre que se entienda como la disminución de los daños personales en cada conflicto y la búsqueda de soluciones a corto plazo para mantener, hacer cumplir y respetar el Derecho Internacional humanitario; y no en la lucha a escala global de los actos inhumanos.
Así pues, la justificación y defensa de la neutralidad en la asistencia humanitaria se basa en la identificación de ésta como un instrumento para minimizar las consecuencias del día a día en los conflictos, sin que esta actitud se quede estática, impasible, indiferente o incluso en contra frente a la necesaria exigencia de la búsqueda de soluciones a los conflictos. Pero no es el advocacy y la denuncia la principal actividad de las organizaciones de acción humanitaria, habiendo ya otros mecanismos y organizaciones que únicamente se dedican a ello. De modo, que la actividad de ambos grupos de organizaciones debe ser complementaria en la búsqueda de una paz social duradera y de una resolución real y eficaz de los conflictos.
En este sentido, quizá lo ideal sería un punto intermedio de denuncia, que recuerde la obligatoriedad que tienen las partes implicadas en el conflicto de cumplir estrictamente el Derecho Internacional humanitario, lo que supondría el beneficio para todas la partes beligerantes así como de los y las civiles afectadas, y al mismo tiempo que actúe sin acusar ni ser juez, ya que uno de los principales objetivos es mantener una posición de no amenaza para no privar de operatividad las organizaciones.
La neutralidad es defendida en tanto que es una herramienta de trabajo imprescindible para conseguir la confianza de los actores armados, lo que constituye la única vía posible para llegar a los heridos de guerra en situaciones de urgencia. Es precisamente esta imagen de confianza que otorga la neutralidad a los actores de la asistencia humanitaria lo que les permite llevar a cabo su actividad. Esta herramienta no es solamente de acceso a las víctimas, sino que también hace posible la evacuación de muchas otras, ya que las organizaciones humanitarias son el único medio seguro que en la mayoría de los casos todos los beligerantes respetan. Por eso no debemos confundir neutralidad con falta de empatía ni con sentimientos neutrales, porque es este ejercicio de autocensura de los convencimientos morales (nada fácil de hacer, y mucho menos de mantener, cabe decir) lo que permite llegar y asistir a las persones que lo necesitan con carácter de urgencia.
Es igualmente importante no perder de vista que la neutralidad pierde su justificación en las situaciones de no-conflicto, es decir, en cuanto las vida humanas no están en juego. Así pues, por ejemplo, en los procesos de mediación y negociación para conseguir la paz, todos los actores deben situarse, exponer los principios en los que se basa su posicionamiento y defender las demandas que se derivan en consecuencia, siempre con la predisposición y el objetivo de llegar a un consenso.
Aquí es donde las organizaciones humanitarias se enfrentan a uno de sus mayores debates. Más allá de la ya justificada neutralidad en los escenarios de conflicto, si en los procesos de mediación
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