La Perla
Enviado por paito_2014 • 20 de Febrero de 2014 • Ensayo • 422 Palabras (2 Páginas) • 233 Visitas
Jenny era una linda niña de cinco años de ojos relucientes. Un día,
mientras visitaba la tienda con su mamá, vio un collar de perlas de
plástico que costaba 2.50 dólares. ¡Cuánto deseaba poseerlo! Preguntó a
su mamá si se lo compraría, y ella le respondió: "Hagamos un trato, yo te
compraré el collar y cuando lleguemos a casa haremos una lista de
tareas que podrás realizar para pagar el collar, ¿está bien?". Jenny estuvo
de acuerdo, y su mamá le compró el collar de perlas.
Jenny trabajó con entusiasmo todos los días para cumplir con sus tareas.
En poco tiempo pagó su deuda. ¡Jenny amaba sus perlas! las llevaba
puestas a todas partes: Al kinder, a la cama, y cuando salía con su mamá.
Jenny tenía un padre que la quería muchísimo. Cuando ella iba a su cama,
él se levantaba de su sillón favorito para leerle su cuento preferido. Una
noche, cuando terminó el cuento, le dijo: "Jenny, ¿tú me quieres?". -"Oh,
sí papá". -"Entonces, regálame tus perlas", le pidió él. "¡Oh, papá! Mis
perlas no -dijo Jenny-. Pero te doy a Rosita, mi muñeca favorita. ¿La
recuerdas? Tú me la regalaste el año pasado para mi cumpleaños. Y te
doy su ajuar también. Está bien, papá?". -"Oh, no hijita, está bien, no
importa", y dándole un beso en la mejilla, añadió: "Buenas noches,
pequeña".
Una semana después, nuevamente su papá le preguntó al terminar el
cuento diario: "Jenny, ¿tú me quieres?". -"Oh, sí papá, ¡tú sabes que te
quiero!", le dijo ella. -"Entonces regálame tus perlas". –“¡Oh, papá¡ Mis
perlas no; pero te doy a Lazos, mi caballo de juguete. Es mi favorito, su
pelo es tan suave y tú puedes jugar con él y hacerle trencitas". -"Oh, no
hijita, está bien -le dijo su papá en la mejilla-. Felices sueños".
Algunos días después, cuando el papá entró a su dormitorio para leerle
un cuento, Jenny estaba sentada en su cama y con los labios temblorosos
dijo: "Toma papá", y estiró su mano. La abrió y en su interior estaba su
tan querido collar, el cual entregó a su padre. Con una mano él tomó las
perlas de plástico y con la otra extrajo de su bolsillo una cajita de terciopelo azul. Dentro de la cajita había unas hermosas perlas genuinas.
Él las había tenido allí, esperando que Jenny renunciara a la baratija para
poder darle la pieza de valor.
Lo mismo sucede con nuestro Padre Celestial. Él está esperando que
renunciemos a las cosas sin valor en nuestras vidas para darnos
preciosos tesoros. ¿No es bueno el Señor? Esto me hace pensar en las
cosas a las cuales
...