La perla
Enviado por anglemagna • 13 de Julio de 2015 • Informe • 671 Palabras (3 Páginas) • 147 Visitas
La perla nos transporta desde sus primeras páginas a un escenario en equilibrio perfecto. El protagonista Kino, un pobre pescador por herencia familiar, disfruta una situación que podría describirse como “felicidad”. Es un joven satisfecho, que no piensa en su pobreza si puede disfrutar del amanecer junto a su mujer y su bebé, empapado por el lametazo de una cabra en su rostro. Pero ese paraíso edénico se rompe, la música del mal se presenta y destruye el equilibrio. El mal ataca repentinamente, sin explicación ni merecimiento, pero aparece y lo cambiará todo para siempre.
Con precisión pero sin excesos, Steinbeck despliega ante nosotros una historia mil veces contada en el pueblo – como dice en su poético prólogo -, un pueblo que es único pero, a la vez, semejante a todos los que existen. Pueblo de ricos y pobres, de trabajadores y especuladores, donde los secretos los saben todos, y donde el paso del tiempo nunca cambia la suerte de sus habitantes. Por eso, cuando el protagonista encuentra una perla única, se despliegan ante el lector las expectativas que el hallazgo despierta.
Las reacciones ante la perla, ese objeto inanimado pero desencadenante de esta historia, dibuja en pocos trazos personajes complejos, capaces de soñar. Esas expectativas podrían ser justificables desde el punto de vista del que sueña, pero ¿cuál es la frontera entre desear lo bueno y caer en la ambición? ¿Hasta dónde debería llegar un hombre para cumplir esos sueños? ¿Podrán acaso llevar al hombre más sencillo a cometer los actos más terribles?
La tentación del objeto será el motor de esta historia. Kino cargará con el deseo de una vida distinta, una vida que le parece mejor que aquello que ya tiene. El problema no estará en la perla, sino en la tremenda maldad de aquellos que pueden llegar hasta las últimas consecuencias para conseguirla. Lo terrible es la sugerencia de que aún los buenos podrían traspasar esa frontera.
ESTILO
Disfrazado de relato costumbrista y narrado con el ritmo de un cuento lineal, Steinbeck consigue atrapar al lector con una historia difícil de olvidar tras su lectura. La perspectiva se centra en el protagonista y su entorno, pero en algunos momentos se desplazará sobre los otros personajes, dando pequeños detalles y trazos que permiten entender el por qué sucede todo como sucede.
La perspectiva principal es la de Kino y ésta es la que conduce la narración. Sentimos sus latidos agitados, escuchamos la música que suena en su cabeza, y compartiremos sus sensaciones. La descripción será más que suficiente para construir el cuadro necesario para entender una historia sencilla, sin piruetas ni sorpresas. Domina en el relato la sensación constante de lo inevitable, de una tragedia que los protagonistas -y junto a ellos el lector- querrán esquivar.
El ritmo de la narración nunca se
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