La Persistencia De La Memoria

“Los libros son la prueba de que podemos hacer magia” frase que de la manera más sutil regresa la fe en la humanidad a todos aquellos que la hayan perdido, pues aunque no todas las personas tienen la tenacidad para escribir un libro, hay otras que si entienden los elementos de la escritura y que tienen el valor para ponerlos en práctica; pero aunque no todos escriban todavía hay muchos otros individuos en la sociedad que saben apreciar el valor trascendental de un libro, que añoran el tener un libro entre las manos, y que pueden enlazarse con grandes mentes tan solo con las líneas plasmadas en un texto.

La frase del inicio es expresada por Carl Sagan, el narrador en el documental “La Persistencia de la Memoria”, en donde relata el desarrollo de la memoria humana, desde el inicio con nuestros genes, después el desarrollo del cerebro, hasta terminar con nuestra memoria comunal: las bibliotecas. En este documental se detalla nuestra evolución y como es que debido a nuestra necesidad de nuevos conocimientos, tanto la naturaleza como nosotros, hemos ideado medios para retener la mayor información posible, ya sea dentro de nosotros o como libros en grandes bibliotecas.

Al inicio todos los datos necesarios para nuestra supervivencia estaban almacenados en nuestros genes, no necesitábamos de más información pues con la que contábamos era la suficiente para sobrevivir. Pero conforme evolucionábamos la necesidad de nuevos conocimientos se fue haciendo necesaria, y solo sobrevivir no era suficiente, queríamos vivir y trascender, por lo que el cerebro comenzó a desarrollarse junto con las necesidades la humanidad.

El pensamiento es la gran característica que nos distingue de otras especies, esa capacidad de razonar y analizar las situaciones para así poder encontrar diversas y mejores soluciones, de tener imaginación para generar grandes ideas y tener la fuerza para proponerlas; esto es lo que nos hace humanos, y hay que agradecer al magnífico trabajo que ha realizado el cerebro a los largos de los años, a los intricados medios a los que ha tenido que enfrentarse para permitir nuestra evolución.

Pero como todo lugar de almacén el cerebro también tiene un límite. El cerebro es como un ático, en el cual colocamos todas las cosas que deseamos conservar, pero si llenamos el ático de cosas inútiles las cosas de gran importancia se perderían y la capacidad de encontrarlas se esfumaría con el tiempo. Se debe limpiar este ático con regularidad y eliminar la basura que se comience a apilar. Tenemos un espacio limitado de memoria y debe ser atesorado.

Los libros nos ayudan a conservar información que el cerebro no puede retener, y contribuyen a que todos podemos acceder a información aunque no estemos cerca del lugar donde se origino. Como humanidad debemos añorar el conocimiento, pues es la herramienta para nuestra supervivencia, y no hay mejor arma para lograrlo que un libro.

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