La Persona Indicada

Creo que todos hemos pensado en nuestra persona ideal o indicada alguna vez; si nos casaremos con ella, si la conoceremos pronto, si ya la conocimos, etc. Supongo que cada quien tiene su modelo para esa persona y todas las bases o requisitos que tiene que llenar.

Pero yo también creo que esa persona puede llegar de la nada, cuando y de la manera menos esperada, rompiendo con todos los prototipos que habías imaginado y mejorándolos de formas que jamás hubieras pensado, sorprendiéndote cada que le conoces más y dejándote con ganas de conocerle aún mejor. Haciéndote cuestionar y reflexionar tantas cosas que antes tenías claras, dándote una mejor perspectiva de todo, a veces, sin que tú mismo te des cuenta. Y para mí en lo personal creo que esa es la mejor manera en que podrías conocerle, cuando menos te lo esperes, cuando estés en un mal momento y él o ella te den ánimos para poder seguir, sin necesidad de que tú tengas que pedírselos.

Mucha gente pasa largo tiempo esperando a “esa” persona, concentrándose demasiado en encontrarla a como dé lugar; y eso, a veces, no te deja nada más que la desesperación y decepción. Tenemos que tener en cuenta de que con o sin esta persona, podemos salir adelante y seguir con nuestra vida, no debemos depender de nadie de ninguna manera, ni irnos a los extremos. Tampoco estoy diciendo que no busquemos a nuestra persona indicada ni mucho menos, solo digo que deberíamos dejar que la vida nos sorprenda de vez en cuando, porque como bien dicen: “A veces lo que menos se planea es lo que mejor sale”.

Personalmente, creo que si existe una persona que encaje con cada uno de nosotros y nos complemente; aunque no estoy segura de que todos la encontremos. A veces le damos más importancia a cosas diferentes y cuando menos lo pensamos, se nos ha ido el tiempo sin haber sido capaz de busca o retener a quien podría ser nuestra alma gemela.

Al ponerme al pensar en mi persona ideal llegan a mí muchas emociones, algunas buenas y otras no tanto. Me da mucha esperanza e ilusión el saber que algún día voy a estar con alguien que me quiera tanto como yo lo voy a querer a él, pero al mismo tiempo me da mucho miedo creer que tal vez no pueda encontrarlo, que de alguna manera lo haya conocido y lo haya perdido; y si llego a encontrarlo que pueda perderlo en cualquier momento.

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