ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Razón Blindada


Enviado por   •  21 de Abril de 2014  •  1.434 Palabras (6 Páginas)  •  180 Visitas

Página 1 de 6

La razón blindada

Cuando Dios se calla,

uno puede hacerle decir lo que quiere.

Jean Paúl Sartre

Marcelo Leyton

Hace algún tiempo, durante el programa de televisión La Noche es virgen (2002), el periodista Jaime Bayly le preguntó al cantautor cubano Silvio Rodríguez, si en Cuba había libertad. Silvio, antes de contestar, hizo un breve silencio y respondió: …Dime Jaime, qué hombre en el mundo es libre. Frente a esta respuesta, Bayle simplemente sonrió. Situación que Silvio aprovechó para increpar al periodista y decirle que le gustaría que en una entrevista le hagan preguntas sobre su música, sobre sus composiciones, sobre la situación de la música en la actualidad, porque de esos temas -cosa rara- muy pocos se atreven a preguntar, siendo él, un artista.

Esta aleccionadora situación puede servir para ilustrar como en una inofensiva entrevista, el periodista impone a su entrevistado el rol de actor político y no de músico que verdaderamente es. Si bien es cierto, Silvio tiene una posición muy clara, pero al mismo tiempo muy crítica frente a la realidad de su país, no por eso se convierte en un portavoz o contradictor de la política cubana; aunque en las canciones predomine su compromiso moral en la construcción de un Bien social en el que cree, su integridad no se agota ni en lo político ni en lo musical sino que se extiende inevitablemente a lo humano, por eso es sabio, porque vive según su naturaleza, valora su libertad como un ciudadano del mundo.

Siguiendo el ejemplo propuesto, sería interesante escuchar a Shakira responder si en su país hay Libertad. Con cierta seguridad, no creo que a ningún periodista se le ocurra hacerle esta pregunta. Tampoco creo que la cantante barranquillera ponga entre dicho la libertad en su país, a pesar de los históricos y complejos problemas que ha tenido, Colombia se erige como un país democrático –según la publicitada valorización del sistema- donde siempre habrá Libertad. ¿Será posible tanto realismo mágico?

A propósito, Gabriel García Márquez en El amor en los tiempos del cólera, escribe una frase que señala un sutil acondicionamiento frente a la Libertad: “Dadme un prejuicio y moveré al mundo”. Parece ser, según los ejemplos citados, que la Libertad como valor fundamental, solo se evidencia cuando el Otro (el periodista), a partir de su prejuicios o de su concepción de lo políticamente correcto (solo en democracia hay libertad) nos dice que en tal o cual lugar, la libertad esta presente o ausente.

Es clara la postura. Toda sociedad tiene leyes que de una u otra manera son sistemas de coerción que limitan las libertades para poder organizar de “mejor manera” la sociedad. Es decir, la Libertad en singular sigue siendo uno de los grandes objetivos a alcanzar, mientras que las libertades en plural, necesitan ser entendidas y ejercidas desde las complejas y particulares estructuras históricas de cada sociedad.

Frente a la pregunta ¿somos libre o aprendemos a ser libre? La respuesta sería que en esencia, cada ser humano es un potencial que necesita ejercer su Libertad, sin embargo, no basta ser libre sino que se necesita aprender a serlo.

Por tal motivo, ni a Silvio ni a Shakira se les puede ocurrir decir que en sus países no viven sus libertades, ambos ejercen su libertad desde sus particulares realidades.

En otras palabras, cada sociedad impone los límites que ella necesita para consolidarse, donde lo ideológico estructurado en forma cultura, siempre será determinante para imponer una escala de valores que, de una u otra manera, le darán no solo una singular identidad sino una marco para su accionar. Así, según lo establecido, todo aquel que se aleje de los límites, estará actuando mal, aunque no siempre el actuar mal se hace por ignorancia.

Explico. A lo largo de la historia, “el actuar mal” ha sido producto de un prejuicio establecido. La sociedad, en su afán de mantener un orden jerárquico fijo, cierra toda posibilidad a lo nuevo, a lo diferente, que en la mayoría de los casos, precisamente cuestiona o rompe con lo establecido. El mejor ejemplo que se me presenta es el caso de Galileo Galilei (1564), que a pesar de demostrar científicamente la teoría del sistema heliocéntrico, la iglesia católica lo condenó por su “mal comportamiento”, según la moral y la ignorancia predominante que simplemente escondía los intereses hegemónicos del Vaticano. Vaya histórico error.

En este sentido, cuando

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (9 Kb)
Leer 5 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com