La Sociedad Frente A Personas Con Capacidades Diferentes.
Enviado por raog25 • 10 de Diciembre de 2012 • 652 Palabras (3 Páginas) • 963 Visitas
Dios nos pone a prueba muchas veces y de diferentes formas. El camino que traza para nuestras vidas no siempre es sencillo y sin baches, por el contrario, muchas veces está lleno de escollos que hay que sortear.
Buenos días, mi nombre es Carolina Alessandra Sánchez Ordóñez y el tema que voy a presentarles es: La sociedad frente a personas con capacidades diferentes.
Nacer con una discapacidad, sufrirla en algún momento de la vida o tener un hijo con alguna dificultad son el tipo de pruebas que muchas veces Dios elije para nosotros.
Todos deseamos ser “perfectos”, absolutamente sanos, libres, movernos como queramos, disfrutar de nuestro cuerpo y nuestra mente en su plenitud. La perfección no existe sino para Dios. Todos somos sus criaturas, con habla, sin ella, ciegos, con o sin algún síndrome, todos hemos sido creados a su imagen y semejanza y para su amor infinito somos perfectos.
Cuando Dios pone en nuestro camino una discapacidad propia o la de un ser amado, sin duda ha elegido muy bien a quien debe mandar ese examen no siempre fácil de aprobar.
Convivir con una discapacidad, sea de nacimiento o consecuencia de algún accidente, es –además de una dura prueba- un desafío. Puede vencernos y dejarnos en el lugar del que “no puede” o, por el contrario, puede encontrarnos fuertes y decididos a vencer todas las barreras posibles.
Lo mismo ocurre cuando Dios deja en los brazos un hijo con discapacidad, del tipo que sea. El golpe es duro. Hay que sobreponerse, tomar conciencia.
Son muchas las situaciones que se dan en la vida y que ofrecen la posibilidad de sacar a relucir lo mejor y lo peor de los seres humanos, y ésta es una de ellas.
Parece tal vez una paradoja, que enfrentarse a la convivencia con alguien que para la sociedad “no es perfecto”, haga aflorar en otros la entrega más absoluta, el amor más noble y perfecto.
Todos los padres velan por el bienestar de sus hijos y los cuidan con amor y esmero, pero los papás de personas que sufren algún tipo de discapacidad hacen esto y mucho, mucho más.
En principio, no se dejan vencer, aceptan la realidad, pero van por más. Tratamientos, terapias y por sobre todo amor y paciencia incondicionales. A mi modo de ver, aprueban este difícil examen con un diez que resulta muy pequeño, insignificante, pues merecen mucho más.
Dios también nos pone a prueba como sociedad, un examen que sin duda reprobamos una y otra vez. Nos pone a prueba como pares, como ciudadanos, como empresarios pero sobre todo, pone a prueba nuestra calidad humana.
Como sociedad nuestra “calificación” no alcanza. La ciudad jamás termina de estar a disposición de las personas que necesitan rampas, accesos diferentes, etc. No hay una conciencia generalizada en las empresas de brindar trabajo a quien tal vez no camine, pero sin duda puede atender público mejor que muchos de nosotros.
Como ciudadanos,
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