La Transición Política En México
Enviado por jerryhut • 22 de Mayo de 2013 • 1.477 Palabras (6 Páginas) • 470 Visitas
“LA TRANSICIÓN POLÍTICA EN MÉXICO: AÑO 2000” ( o alternancia)
Durante setenta y un años, México vivió sujeto al autoritarismo, el proceso para
la transición hacia una nueva forma de gobernar, que se manifestó en una
alternancia en el poder federal, fue lento y controlado por el mismo régimen. El
motor principal para este cambio sin duda alguna fue la sociedad civil que se
organizó y se manifestó a través de sus sindicatos, confederaciones,
movimientos sociales, etc.
Los actos antecedentes a este cambio, cada vez más recurrentes de protesta,
aumentaron la presión social hacia el gobierno, innumerables movimientos
como el de los ferrocarrileros o el de los médicos, pero sobre todo el
movimiento estudiantil de 1968, orillaron al régimen a ir flexibilizando sus
actitudes represivas y seguir detentando el poder.
Como ya se mencionó, el camino a la alternancia política fue largo, las
reformas para dar “apertura democrática” se quedaron solo en el discurso
oficial. La oposición política era una simple figura representativa, las múltlipes
reformas en esta materia se convertían en gatopardistas que cambiaban algo
para que todo siguiera igual.
Poco a poco todos fueron ganando terreno frente al gran andamiaje autoritario,
en especial los partidos políticos. Los primeros pasos de avance se darían en
una elección a gobernador de Baja California; pero en general las prácticas
añejas se seguían dando: el clientelismo, embarazo de urnas, compro del voto,
robo de urnas, etc.
Finalmente llegamos al año 2000 donde se conjugaron varios aspectos para la
alternancia política; primero: ya contábamos con un órgano con cierta
autonomía para organizar y cuidar el proceso electoral. Segundo: se contó con
un candidato de oposición que tenía mucho carisma y que supo entusiasmar al
electorado. Y tercero: teníamos una ruptura de la elite priísta.
LA TRANSICION POLÍTICA EN MÉXICO: DINAMICA Y PERSPECTIVA
El momento en que se puede dar una transición democrática es, según el estudio de Cesar Cansino, en un periodo de crisis autoritaria. Los detonantes de esta crisis son diversos, pero principalmente son la pérdida de eficacia decisional de parte del gobierno y una movilización social anti régimen bien organizada. Sin embargo una crisis autoritaria no necesariamente deriva en un régimen democrático. La liberalización política, manifiesta en mayores espacios de poder a la sociedad y la oposición, es el periodo en el que se puede estacionar el proceso democratizador.
Esta apertura política redefine las reglas políticas preestablecidas. Hay un repliegue de la hegemonía en el poder o de la élite del poder, por un avance gradual y sistemático de los derechos políticos y civiles en el país. Traducido en mayores espacios de participación, e influencia en la decisiones importantes en materia política y económica.
Sin embargo eso no es más que un proceso camaleónico por el objetivo último, la conservación del poder. Ese repliegue de autoritarismo, y flexibilidad para con la disidencia no es más que un reacomodo táctico de adecuación a las nuevas formas de hacer política, además de control de las diversas fuerzas sociales (corporativas, partidistas, y gremiales). En resumen, se presenta la figura de un pluralismo restringido, acotado y controlado. Cansino enfatiza que el proceso de liberalización política es un estire y afloje en términos de garantías políticas y civiles concedidas (y sumaría, logradas por diversos sectores organizados y de la sociedad civil).
La descomposición del partido único en el poder, se da bajo un desgaste de los engranes que le dan continuidad y sentido. Un partido único y hegemónico, un presidencialismo a ultranza, corporativismo inerte, elecciones de candidatos únicos. Esto funge como palanca para las diversas clases populares que no ven atendidas sus demandas, y por algunos grupos económicos importantes que no son considerados para la toma de decisiones.
Pero no es sino hasta 1988 cuando se desencadena un fuerte intento de democratización en el país, sin cambios estructurales. Una vez más, con la apuesta al desgaste de estos diversos grupos, la estructura en el poder logra sortear esta fuerte crisis, con todo y las fracturas que la aquejan. Cansino nos detalla con precisión las etapas de la descomposición del partido de estado, primero con Díaz Ordaz, quien deja una imagen de gobierno autoritario y represor, después de la matanza de estudiantes en 1968. Es cuando se conforman los diversos grupos que darían forma a un nuevo movimiento político y social organizativo. Estudiantes, obreros, partidos de oposición (hasta ese momento opción etérea), y diversos sectores de gran fuerza y contrapeso, aunque hasta
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