La determinación de las estrategias de los maestros de primaria para el tratamiento de situaciones de violencia escolar entre pares
Enviado por yadicienta • 4 de Mayo de 2013 • Tutorial • 8.220 Palabras (33 Páginas) • 517 Visitas
RESUMEN
Esta investigación tuvo como objetivo conocer e identificar las estrategias que los profesores de enseñanza básica, que se desempeñan en 6º, 7º y 8º año, implementan para el manejo de situaciones de maltrato escolar entre pares. Los colegios seleccionados pertenecen a la comuna de Santiago Centro. El estudio se realizó a través de un diseño cualitativo de investigación, aplicando el enfoque de la Grounded Theory. Como técnicas de recolección de datos se utilizaron focus group y entrevistas individuales semi-estructuradas, tanto a profesores como a alumnos. La muestra quedó conformada por un total de 34 participantes. Los resultados principales permitieron describir e identificar que las estrategias resolutivas con características educativas inciden directamente en la promoción de climas escolares positivos y constructivos.
Palabras Clave: maltrato escolar, estrategias de manejo, clima escolar.
ABSTRACT
This study's general objective was to know and identify the strategies that school teachers (6º, 7º and 8º grade) implement to control child bullying. The schools chosen were two. They belong to Santiago Centre's Commune. A qualitative method was used, with the grounded theory's approach. Thirty-four (34) participants comprised the sample. Data were obtained using focus groups and individual interviews. The most important results made possible to describe and to identify that decision-making strategies with educational characteristics have a direct incidence in the generation of positive and constructive school climates.
Keywords: bullying, control strategies, school climate.
Tal es la relevancia que ha adquirido el tema de la violencia escolar, que el pasado año 2000 fue declarado por varios de los Premios Nobel de la Paz "Año de la Educación de la No Violencia" pretendiendo un cambio profundo en la forma de concebir la vida y las relaciones humanas. Así también, fue considerado por los miembros de la International School Psychology Association como un importante tópico a analizar. Durante principios del año 2001 se realizó la Primera Conferencia Europea sobre Violencia Escolar organizada por el colegio de Goldsmiths, de la Universidad de Londres, abordando principalmente el tema de la intimidación en el contexto escolar.
Por otra parte, la violencia escolar no es un fenómeno reciente y su estudio sistemático entre escolares surge en la literatura psicoeducativa a principios de 1970 en los países escandinavos, y recién a finales de 1980 y comienzos de 1990 su estudio se extendió a otros países como Inglaterra, Holanda, Japón o España (Olweus, 1973 en Lleó Fernández, 1999).
Las expresiones de violencia no son exclusivas del ámbito familiar, sino que están presentes en otras instituciones sociales, cobrando un creciente interés entre los investigadores y los responsables de formular políticas públicas. La violencia en las escuelas representa uno de esos nuevos tópicos de interés. En Estados Unidos el fenómeno de la violencia escolar, en general, y la violencia juvenil, en particular, viene siendo abordado como un problema social desde la década de 1980.
El fenómeno de la violencia trasciende la simple conducta individual y se convierte en un proceso interpersonal porque afecta al menos a dos protagonistas: quien la ejerce y quien la padece. Como así también es posible distinguir un tercer componente: quien la contempla sin poder o querer evitarla (Nájera, 1999).
En este contexto, la intimidación y la victimización constituyen procesos complejos que se producen en el marco de las relaciones interpersonales y con gran frecuencia en el marco escolar, obstaculizando la interacción entre los diferentes actores del sistema escolar, como así también perjudicando la convivencia y el clima escolar (Rozenblum, 2001).
El maltrato escolar entre pares muchas veces pasa inadvertido por los profesores o inspectores escolares, permitiendo que el grupo de intimidadores actúe libremente en forma reiterada, provocando serias repercusiones en la conducta de la víctima, como ansiedad, baja autoestima y bajo rendimiento académico, perjudicando la calidad de sus relaciones interpersonales (Olweus, 1998) en el marco de la comunidad educativa en general.
Datos de diferentes estudios sobre violencia escolar realizados por un equipo noruego, británico y español, concluyeron que el porcentaje de estudiantes que participan activamente en las acciones de intimidación y/o victimización se encuentran entre el 14% y el 18% (Ortega Ruiz & Mora-Merchán, 1997). Así también, la variable género adquiere importancia en la comprensión de los resultados: en los alumnos es más frecuente la utilización de agresiones físicas y amenazas como formas de intimidación, mientras que en las alumnas son más frecuentes los rumores y el aislamiento de la víctima. Estos resultados aluden a la importancia de diferenciar, en los términos de Olweus (1998), entre acoso directo, con ataques relativamente abiertos a la víctima, y acoso indirecto, en forma de aislamiento social y de exclusión deliberada de un grupo.
En Chile el impacto y la relevancia que ha adquirido el fenómeno de la violencia escolar es muy reciente y ha estado vinculado a la amplia difusión realizada por los medios de comunicación a episodios ocurridos en el último tiempo. Los datos que existen de la opinión pública respecto a la violencia en las escuelas chilenas, apuntan a que un porcentaje importante de la población percibe que en la escuela existen relevantes fuentes de violencia, especialmente en los niveles socioeconómicos más bajos, entre los cuales un 82% afirma que existen problemas de robo, un 75% de violencia entre los alumnos y un 43% percibe abusos de parte de los profesores. En los niveles medio y alto estos porcentajes tienden a disminuir, sin embargo no dejan de ser porcentajes importantes (Arancibia, 1994).
En relación a la intervención de los profesores cuando se producen conflictos violentos, en términos cuantitativos, dos tercios de los estudiantes de una investigación realizada por Funk (1997) en Alemania, opinan que sus profesores intervendrían a menudo o muy a menudo, pero sigue habiendo un tercio que piensa que no lo haría. Por otra parte, los mismos profesores afirman en un 95% de los casos que intervendrían en una situación de esas características. Sin embargo, no existen datos al respecto utilizando una metodología cualitativa.
A pesar de la creciente necesidad de prevenir y controlar no sólo las situaciones más explícitas de violencia juvenil, sino también aquellas formas más encubiertas de agredir a otro (maltrato) en contextos escolares,
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