La dinámica ciudad comercial de Tlatelolco
Enviado por kitty241 • 18 de Septiembre de 2011 • 1.056 Palabras (5 Páginas) • 1.358 Visitas
Tianguis de Tlatelolco
Con el tiempo, ambas ciudades tomarían distintos derroteros. Tenochtitlan se convertiría, con base en el poder militar, en la capital más importante de Mesoamérica, ejerciendo su fuerza y dominio sobre una amplia extensión del actual territorio mexicano. Por su parte, Tlatelolco se transformaría en una dinámica ciudad comercial, y su mercado, en el primer centro de intercambio del área, al cual arribaban toda clase de productos y mercancías. Los artífices de la actividad cambiaria y del éxito del comercio en general durante la época mexica eran los pochtecas, individuos especializados en el comercio a larga distancia entre las distintas regiones que integraban el imperio mexica e incluso más allá de sus fronteras. Así también, otro sector del grupo de los pochtecas vendía e in ter cambiaba sus materiales y productos en el gran mercado de Tlatelolco, su ciudad capital. En aquel tiempo el intercambio se hacía por trueque directo, ya fuera ofreciendo un producto por otro, o bien, cuando se trataba de objetos de gran valor, cambiándolos por cacao, por oro en polvo —en canutos—, o por hachuelas de cobre y ciertos textiles que funcionaban como una especie de moneda.
Estos pochtecas se regían por sus propias leyes jurídicas y comerciales, y para dirimir sus diferencias contaban con tribunales específicos. Frecuentemente los comerciantes desempeñaban las funciones de embajadores o emisarios, y hasta de espías, describiendo los ricos territorios que fueran propicios para futuras guerras de conquista. Los pochtecas, como altos miembros de la sociedad tlatelolca, poseían también privilegios que los diferenciaban del resto de los sectores administrativos del Estado. Un aspecto de esa distinción era el religioso, ya que tenían sus propios cultos y ceremonias, dedicadas principalmente a su dios patrono: Yaca tecuhtli, cuyo nombre deriva de la raíz náhuatl que identifica a la nariz, significando con ello que él iba al frente de las expediciones. El gran mercado o tianguis de Tlatelolco se ubicaba al suroeste del Templo Mayor de la ciudad; en efecto, esta importante institución de carácter económico operaba en un gran espacio al aire libre donde se reunían compradores y vendedores; había alrededor numerosas habitaciones que eran utilizadas como bodegas y depósitos. Para mantener el control en el interior del mercado, los tres gobernantes del tianguis cuidaban que todos los puestos estuvieran perfectamente ordenados conforme a los productos que se in ter cambiaban. Por un lado estaban los vendedores de animales, quienes ofrecían xoloizcuintles, o perros de los antiguos mexicanos, conejos, mapaches, ar¬madillos, tejones y tortugas; mientras que otros vendían pájaros con plumajes de gran colorido; allí también podían obtener se aves de rapiña, serpientes y carne de venado, siempre presente en los banquetes de la nobleza.
En otra sección del mercado estaban los puestos de comida preparada, donde las diligentes cocineras palmeaban las nutritivas tortillas que acompañaban los guisos de frijoles y chile; ellas ofrecían además tamales y atole, así como ricos tlacoyos rellenos de haba y frijol. Estas rudimentarias fondas satisfacían las necesidades tanto de los vendedores como de la clientela en su cotidiana visita.
Traídos desde las costas, los pescados eran ofrecidos sobre hojas de palma que los mantenían frescos; conocido
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