La educación es una esperanza
Enviado por JUANITA66 • 20 de Octubre de 2016 • Tarea • 2.429 Palabras (10 Páginas) • 199 Visitas
Hoy en día es difícil vivir en un mundo donde la tecnología, rebasa nuestra imaginación, así como nuestra inteligencia. A través de los años el mundo ha avanzado hacia una transformación en cuanto a servicio, telecomunicaciones, relaciones sociales, ideologías antiguas en relación con el hombre.
Vivimos en un mundo tecnificado y dependiente del conocimiento, ahora mejor amigo del hombre es "la computadora”. Es tanta la dependencia hacia la tecnología computacional que un gran número de personas de distintas nacionalidades y distintos perfiles profesionales llegaron a pensar en una catástrofe mundial donde gran parte de los avances científicos y tecnológicos que tenemos pudiesen llegar a destruirse y así, consecuentemente ser víctimas de tremendas tragedias gracias a una máquina con un ordenador que se presumía estaba mal programado.
Los jóvenes se enfrentan con esta realidad que supera el nivel de dificultad de anteriores generaciones. A base del conocimiento, el aprendizaje y las experiencias vitales uno va forjando su propio destino a pesar de los bombardeos diarios de las técnicas publicitarias que surgen de los medios de comunicación.
Ahora los padres, no disponen de tiempo o de sistema eficaz para formar, ni los profesores recuperan su condición de guías morales. Los niños se hacen la moral por su cuenta o, mejor, se la hacen a medias con la televisión, ese sujeto con el que comparten más tiempo, del que reciben mayores fascinaciones y poder de persuasión. Tan antigua como la fascinación humana por las escenas provocativas de violencia o de erotismo es la sincera preocupación de que contemplar estas imágenes puede ser perjudicial para la mente, sobre todo de los menores de edad, por ser muy impresionables.
Ante un mundo sin vocación, la educación es la única esperanza ante las disfunciones del sistema y los maestros los principales apóstoles de la reeducación, porque creo que se debe recuperar el carácter vocacional de esta profesión. Y aunque a veces la responsabilidad sea contraria a la popularidad y al populismo, pienso que, por encima de nuestros intereses, debemos entender las políticas valientes, coherentes y socialmente responsables.
Según J. Gimeno Sacristán. A los profesores no les resulta fácil pasar de principios ideales a prácticas coherentes con las condiciones no favorables.
La comunicación de ideas, principios, alternativas pedagógicas, etc. Hasta la práctica a través de un curriculum no es una relación directa, lineal, ni univoca y, por tanto, esa comunicación no puede analizarse en abstracto, sino en condiciones concretas, en el contexto en que se produce la comunicación.
“Nos guste o no, el currículo de la mayoría de las escuela norteamericanas no lo determinan los cursos de estudios de los programas sugeridos, sino un artefacto: en particular, el libro de texto concreto, estandarizado, de cada nivel de curso matemáticas, lectura, estudios sociales, ciencias etc. Se calcula, por ejemplo, que el 75% del tiempo que pasan los alumnos de educación básica en clase, y el 90% del que pasan haciendo sus deberes en casa, lo pasan con materiales en forma se texto.
El precio de un libro de texto en el mercado equivale al precio de cualquier otra publicación que trate uno de esos tópicos monográficamente. Textos que caducan todos los años y los consumen homogéneamente todos y cada uno de los alumnos, no pueden ser otra cosa que resúmenes esquemáticos de informaciones descontextualizadas.
La competencia profesional de desarrollar el curriculum, en principio una de las atribuciones genuinas del profesor
La elaboración del curriculum queda así repartida entre diferentes agentes.
Cuando un trabajo se desprofesionaliza, el conocimiento que en otro tiempo le acompañaba, conocimiento controlado y utilizado por los realizadores del trabajo en su actividad cotidiana, también se va a otra parte.
El incremento del empleo de sistemas curriculares como formatos básicos para desarrollar el curriculum lleva virtualmente a que la interacción entre profesores nos sea necesaria. Si cualquier cosa es racionada y especificada antes de su ejecución, entonces el contacto entre profesores sobre los problemas prácticos del curriculum se minimiza.
No es fácil disponer de pautas para la evaluación de materiales curriculares, por la sencilla razón de que, aparte de sus condiciones físicas y calidad de su información y adecuación a sus consumidores, desde un punto de vista pedagógico, en tanto estructuran la práctica, las condiciones idóneas dependen de la funciones que se pretenden deben cumplir.
Respecto a los sistemas educativos nacionales, los procesos de descentralización pueden debilitar su carácter estatal, pero no por si mismos, su índole nacional. Un sistema educativo regulado y gestionado por organismos públicos, ya se trate de estados federados, regiones o municipios, puede ofrecer una mayor diversidad territorial y exigir mecanismos de coordinación y cooperación, pero no por ello deja de ser nacional.
Al igual que la globalización necesita de los estados, éstos necesitan sistemas educativos y las políticas educativas necesitan a ambos. Se necesitan hasta el punto de apropiarse de ellos, de patrimonializarlos y utilizarlos de un modo favorable a los intereses, a corto plazo, de las clases o grupos sociales que se benefician de dichas políticas al ver reducida su presión fiscal, recibir financiación publica directa o indirecta para sufragar gastos en educación, conferir un carácter asistencial a buena parte de la red escolar de titularidad publica y limitar la comprehensividad, o escuela común, al mínimo de años posible. Lo que se aprecia en dichas políticas no es tanto debilitamiento del estado o de los sistemas educativos, cuanto a un cambio en el papel desempeñado por los mismos en el juego de relaciones entre los diferentes grupos y clases sociales y, de un modo más especifico, en los procesos de dominación, hegemonía y legitimación social. Otra cosa sucede cuando las funciones de socialización, formación y transmisión de conocimientos se asignan, cada vez con más amplitud e intensidad, a agencias, empresas o instancias privadas ajenas al sistema educativo formal.
Las actividades formativas a cargo de las familias ocupan cada vez más el tiempo no escolar. Estas actividades organizadas por instituciones públicas o privadas y dirigidas por especialistas, adoptan en su configuración formas escolares, (visitas, excursiones, actividades de tipo extraescolar). Esto no quiere decir que estén sugerirnos nuevos modos de socialización y educación, sino que lo que esta sucediendo es que las formas escolares han sido adoptadas por agencias educativas no escolares con las formas posibles de configurar socialmente las actividades formativas con la intención de hacer cada instante educativo, pero no hay que confundir institución escolar con forma escolar. Pero ¿qué relación existe entre sistema educativo o cultura escolar? No sea que estemos ante el fin de los sistemas educativos, una transformación de los mismos o ante el reforzamiento de algunas de sus características y características bajo el disfraz de una crisis encubierta, provocada y utilizada en provecho de determinados grupos sociales hegemónicos y privilegiados.
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