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La educación justa e incluyente


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2015  •  Síntesis  •  2.688 Palabras (11 Páginas)  •  106 Visitas

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LA EDUCACIÓN JUSTA E INCLUYENTE

A través de la historia la educación ha ido evolucionando en busca de referentes que  permitan definir el ideal de hombre que requiere la sociedad, un ideal que no siempre se acomoda a las exigencia de la evolucionada y agitada sociedad, “el concepto de "ser humano perfecto" o de "normal ideal" no tiene entidad propia, no existe sino en la mente de cada uno de aquellos que quiere estratificar y jerarquizar” (López Malero, 2009). Ya que muchas de las personas no cumplen con los estándares del ideal de hombre perfecto, por no poseer un coeficiente intelectual superior, unas habilidades extraordinarias o simplemente por no pertenecer a un linaje. Idearios que han llevado a creer que todos debemos pensar y actuar de la misma manera, para no parecer personas distintas o anormormales, de acuerdo con López Malero, (2009). “Normalidad no significa homogeneidad, que de hecho no se dan dos individuos iguales y que, por tanto, es un derecho inscrito en la naturaleza humana el que seamos diferentes unos de otros”. En este orden de ideas, Kaplan, A. (1993) citado por López (2009), asegura que:

        Porque  diferentes  somos  todos, porque cada una de las culturas humanas es         diferente y         porque la diferencia es una de las cualidades que mejor caracteriza al ser humano. Y         precisamente esta diferencia, entendida como paradigma de la libertad y como         elemento         enriquecedor, es la que nos ayuda a organizar una percepción de la otredad que permita la         construcción de una diversidad cultural no jerarquizada, basada en el conocimiento y el         reconocimiento del otro.

Conocimiento y reconocimiento del otro, que debe ser potencializado desde la escuela como ente responsable de atender a la diversidad, en ambientes idóneos e incluyentes, donde cada niño y niña sea atendido con respeto, amor, tolerancia y equidad, proceso del cual son responsable el estado, profesores y comunidad en general.  Los cuales contribuirán a mejorar la calidad de vida, aunque realmente faltan muchas otras transformaciones; que hagan de la escuela una experiencia vivificadora y enriquecedora en todo sentido, porque, la educación es parte fundamental del ser humano, de ella, en gran medida, depende el éxito que tengan las generaciones futuras en la construcción de una mejor sociedad, o por lo menos, más equitativa y menos indiferente frente a las necesidades del ser humano; por ello, es indispensable que los maestros se preparen día a día,  para formar íntegramente a los ciudadanos del mañana, los encargados de construir una mejor sociedad justa e incluyente.

Si los maestros empiezan en el ahora, con procesos de formación profundos, democráticos, ecuánimes y participativos, de seguro, en el mañana se verá reflejada una sociedad diferente, tolerante, idónea en la sana convivencia. Para llegar a esa meta se requiere de la participación activa de docentes en la construcción de escuelas incluyentes, en las que se generen espacios de  diálogo y concertación.

La educación guarda una estrecha relación con la sociedad y la vida en comunidad, pues hace parte fundamental de la vida en colectividad de las personas. Por ello, la educación,  hoy en día,  adquiere un significado transcendental, ya que la sociedad en la actualidad, se encuentra influenciada por nuevos conocimientos, información, avances en la ciencia y la tecnología, pero también se ve enfrentada a realidades tales como la discriminación, la violencia, la vulneración de derechos, la indiferencia y la desigualdad social; aspectos negativos que se deben atacar con actos educativos; actos que originen que la educación sea vista como una oportunidad para  transformar el futuro, la mentalidad de las generaciones venideras; buscando de esta manera, crear una sociedad justa, en la que se respeten los derechos y se procure por un desarrollo humano en igualdad de condiciones, en la cual, la palabra justicia se cumpla, se aplique a la realidad y no sea  vista sólo en el papel, en las leyes o aplicable exclusivamente en pro de las élites sociales.

Si se anida la justicia social, en los elementos culturales del ser humano, el resultado, será una sociedad formada para entender la diversidad en el mañana. Para Rawls,  (1978) la justicia equivale a igualdad de derechos, y concreta su concepción de justicia en dos principios:  

1- Toda persona tiene igual derecho a un esquema plenamente suficiente de libertades básicas iguales, que sea compatible con un esquema similar de libertades para todos.

 2- Las desigualdades sociales y económicas deben satisfacer dos condiciones: Primero, deben estar ligadas a empleos y funciones abiertos a todos, bajo condiciones de igualdad de oportunidades; y segundo deben beneficiar a los miembros menos favorecidos de la sociedad.

De estos dos principios, se puede inferir, que al tener una sociedad en igualdad de condiciones de bienestar social, se puede asegurar que todos los ciudadanos, puedan ejercer sus derechos y cumplir con sus deberes, de una manera equitativa, en la cual los menos favorecidos resulten más beneficiados;  Rawls, (1978) Considera que:

Una concepción política de justicia que promueva los principios de equidad en la distribución de derechos políticos y civiles y el de igualdad de oportunidades económicas y sociales, presupone que todas y todos los miembros de un orden social tengan acceso al uso y disfrute de los bienes primarios básicos, los cuales operarían como una métrica objetiva y razonable para efectos de distribuir los recursos de la sociedad de un modo justo y equitativo (p. 76).

De esta manera, se debe entender y hacer entender a quienes aún no lo asimilan de ese modo, la educación como derecho, que por ley se debe respetar y hacer cumplir en nuestra sociedad,  no es un privilegio de unos pocos, es una ley ya establecida, y como ley, es deber de todos velar por su cumplimiento.

Así como la ciencia y la tecnología han logrado grandes avances, así mismo la sociedad y las políticas del país pueden cambiar y evolucionar para bien, cambios que dependen de todos, pero  en especial de las instituciones educativas, es allí donde deben iniciarse las primeras innovaciones, si verdaderamente se empieza por restablecer el derecho a la educación y se alcanza una participación de todas las personas que son responsables del proceso enseñanza-aprendizaje, sin dejar de lado a nadie, y atendiendo la diversidad con idoneidad, como una oportunidad de convivir y aprender todos de todos y no como una amenaza que rompe con los paradigmas de los más favorecidos, se podrá decir, que se tiene una educación justa e incluyente, cuando apunte a un verdadero desarrollo humano, a una vida sana, que garantice el poder disfrutar de la libertad, pero de una libertad con oportunidades con igualdad de derechos….  Tal cual como lo argumenta  Sen (1999):

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