La memoria en imágenes
Enviado por Pedro Martínez Muñoz • 18 de Junio de 2016 • Ensayo • 1.943 Palabras (8 Páginas) • 197 Visitas
La memoria en imágenes
“Para ti podrá ser una huevada, pero para mí no lo es, porque yo lo viví.”
Marcia Merino, La Flaca Alejandra
Las palabras de la “Flaca”, en el documental de Carmen Castillo La Flaca Alejandra, nos recuerdan que hay hechos que por muy individuales y personales que sean, tienen la relevancia de ser un hecho social porque trascienden hacia un contexto mucho más grande. La Flaca con esta frase quiere que se respeten sus vivencias, sus desgarradoras vivencias durante su cautiverio forzado durante la Dictadura Militar.
Es así como nacen los documentales. Frases, experiencias, o la necesidad de reconstruir un pasado difuso y doloroso, o también, la necesidad de dar cuenta de secretos o de hechos desconocidos por la mayoría. Si nos atenemos a la definición de documental, que indica que es un género cinematográfico y televisivo, realizado sobre imágenes tomadas de la realidad, vemos que la relación que se establece con el entorno, es determinante para que el tenga valor social.
No se niega que pueda tener otras funciones, como entretener, pero sin duda, una de las características más importantes, es que puede constituirse como un testimonio para futuras generaciones. Para conocer más, o simplemente, evitar los errores del pasado.
En un documental, la organización y estructura de imágenes, sonidos (textos y entrevistas) según el punto de vista del autor determina el tipo de documental. En el caso de La Flaca Alejandra, Carmen Castillo hace lo que se denomina como documental de autor, en donde la mirada del autor hacia el tema es un elemento artístico determinante e identificador de la obra. En este caso, es visión de Carmen Castillo sobre la historia de la Flaca, que tras ser detenida, torturada y realmente alienada, se convierte en una aliada de los torturadores, y empieza a delatar a sus compañeros y camaradas, resultando mucho de ellos, muertos y/o desaparecidos.
Es esta fuerte vivencia, la que le llega muy de cerca de Carmen Castillo. La reconstrucción de la rutina de la Flaca resulta conmovedora, y a la vez va involucrando a los espectadores, quienes transitan del amor al odio y de la comprensión a la intransigencia.
Durante su periodo de detención, Marcia Merino estuvo, según supo después, en Londres 38. "Permanecí siempre con la vista vendada. Recuerdo el lugar como un recinto amplio y yo siempre con mis manos esposadas. Como a los tres o cuatro días que estaba allí toque la mano de una persona. Nos dijimos nuestros nombres. Ella se identificó como Luz… nos dábamos apoyo… En Londres 38 estuve mas o menos un mes. En ese lugar traté de suicidarme tomando una pastillas para dormir y cortándome las venas de mi mano izquierda, lo que no prosperó, ya que fui atendida.” [1].
Y su más grande dolor, el del alma, venía de los interrogatorios. “En los interrogatorios, tanto en calle Londres 38 como en José Domingo Cañas, debido a los apremios físicos, tuve que decir los domicilios de militantes del MIR que conocía. Entre ellos, los de: Maria Angélica Andreli, que es detenida desaparecida. Después que me interrogaban, salía con mis captores para mostrar las casas de estas personas. Recuerdo que golpee la puerta de Maria Angélica por orden de un agente. Salió la hermana de ésta y yo pedí hablar con Maria Angélica. Cuando se asomó y se acercó a la reja, fue detenida…. A mi me subieron violentamente a la camioneta. De ella nunca más supe, sólo que en Londres 38 sentí su voz, cuando conversaba con alguien. La nombré pero nunca me contestó.” [2]
Una historia y proceso similar vivó la cineasta alemana oriental Sibylle Schönemann, quien fue súbitamente arrestada en 1984, juzgada y encarcelada a causa de vagas acusaciones que implicaban deslealtad. Después de la unificación de Alemania, Schönemann regresó a los lugares de encarcelamiento. “Acompañada por un camarógrafo, pacientemente buscó a los policías, a los jueces a los burócratas y a los carceleros que habían tomado parte en aquellos hechos y con serenidad les preguntó por qué habían hecho lo que hicieron en aquel caso”. Su obra la tituló Un tiempo entre rejas (1999). [3]
Esta experiencia alemana es muy coincidente con las fuertes historias que se desprenden de las torturas, los desaparecidos, los desarraigados y los exiliados que emergen a partir de la Dictadura Militar, las no pueden dejar indiferente a nadie. Sin embargo, la sociedad chilena ha debido transitar un largo camino para que la indiferencia deje de reinar.
La incapacidad de conectarnos con nuestra memoria reciente, o de abrir los ojos antes hechos que ocurrían alrededor de todos, pero sin que nadie se diera cuenta, son las principales causales del poco entendimiento de nuestro pasado reciente. Es esta cruzada la que emprenden documentales como La Flaca Alejandra, En algún lugar del cielo y Estadio Nacional.
Como todo sabemos, en 1973, la institucionalidad democrática se ve remecida con el Golpe Militar encabezado por Augusto Pinochet. En palabras de Erik Barnouw, “ese golpe significó una catástrofe para artistas e intelectuales chilenos que se inclinaban a prestar apoyo a Allende. Muchos fueron asesinados o desaparecieron. La conmoción chilena tuvo repercusiones en todo el campo documental y hasta en los estudios de Hollywood como lo prueba la película Missing (1982).”[4]
La capacidad que tienen los documentales de retratar la realidad y de utilizar la documentación para traer la presente lo que se pensaba desconocido, oculto o tal vez olvidado, es el eje constituyente del documental como documento social y político. En este sentido, la documentación e investigación es una etapa crucial en la preparación de un documental, no sólo por cuanto supone una puesta al día sobre el tema que se quiere abordar, sino que también, el resultado de esta etapa es clave para continuar con el tema o abandonarlo.
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