La mitad de mi corazón.

La mitad de mi corazón

Andrea ama a José pero algo se interpuso entre ellos y rompieron y aunque ambos se siguen amando y se extrañan Andrea sabe cuan mal se sintió al saber que José la engañaba y no volverá a sufrir de nuevo por él.

- Andrea necesitamos hablar –

- José ya basta déjame en paz, ¿no te basto con lo que me hiciste? – Andrea intento salir corriendo pero José la agarro de la mano.

- Por favor, tus amigos me contaron algo de ti – dijo José algo triste

- Ya, si? Vete por favor –

- Me dijeron que aun duermes con mi suéter y no paras de extrañarme – le soltó José así de repente. – ¿Es verdad? -  

- ¿Para qué quieres saber? – grito casi llorando

- Pues, porque no lo estoy haciendo mejor que tú, extraño la otra parte de mí y esa eres tú – José hizo una mueca de tristeza

Andrea se fue corriendo a su casa le dolió mucho lo que le dijo José pero sabe que no puede volver con el no después de lo que le hizo.

José en su cuarto estaba pensando y decidió llamar a Andrea a ver si se acomodaban las cosas entre ellos, así que lo hizo.

- ¿diga? –

- Hola Andrea soy yo José te pido por favor que no me cuelgues y que me dediques un minuto de tu tiempo y escuches esta propuesta- lo dijo tan rápido que no dejo que Andrea respondiera – quiero que me aceptes una salida a la playa y luego te invito a almorzar y así hablamos y quizás arreglemos lo nuestro – dijo esto muy esperanzado.

- José ¡YA! Por favor no me busques no me hables no quiero saber nada de ti. –

- no entiendes que sin ti me hace falta la otra mitad de mi corazón – le dijo con un hilo de voz – si pudieras olvidar todo lo que paso aquella noche. -

- pues lo hubieras pensado antes – y Andrea colgó.

José dolido y sin saber que hacer está pensando en lo sucedido y sabe que le hizo mucho daño a Andrea pero él se asegura de que si hubiera sabido que ella era tan importante para él, él no la hubiera lastimado.

Sabe que el estar sin ella es como si despertara y viera... Sólo la mitad de un cielo azul Un poco allí, pero no del todo. Es como si estuviera caminando con un sólo zapato, es como si fuera la mitad de un hombre, en el mejor de los casos Con la mitad de una flecha en el pecho, Extrañando todo lo que hacíamos Soy la mitad de un corazón sin ti.

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