La personalidad como búsqueda de felicidad.
Enviado por lokitica • 7 de Agosto de 2018 • Apuntes • 1.151 Palabras (5 Páginas) • 93 Visitas
La personalidad como búsqueda de felicidad.
La personalidad “es un constructo psicológico, que se refiere a un conjunto dinámico de características psíquicas de una persona, a la organización interior que determina que los individuos actúen de manera diferente ante una determinada circunstancia”, ésta conlleva tiempo para ser formada. No es como si un día después de unas horas largas de sueño te levantaras y dijeras: ¡Listo, he formado mi personalidad!, o como si alguien pudiese regalártela en navidad o en tu cumpleaños; no, definitivamente es más complejo, lleva su tiempo y su estructuración. Es individual, cada ser humano, aunque pueda tener cosas en común con las personas de su familia o que lo rodean, es netamente único y eso es algo que lo hace independiente, diferente y especial, ésta personalidad influye en cada paso que el individuo dé, por lo tanto, interviene mucho en las diferentes relaciones sociales y en el trabajo o labor que la persona desee desarrollar, como un abogado, un médico, farmaceuta, empleados, empleadores, etc… Cabe resaltar que la construcción de una identidad y de la personalidad van de la mano, ya que la identidad permite reconocer que tenemos un lugar en el mundo, haciéndonos sentir apropiados y felices por el hecho de simplemente existir y aportarle algo.
La personalidad es un punto muy importante, tanto, que desde pequeños desde las casas y escuelas se debe a ayudar al niño a que se conozca, reconociendo sus gustos, emociones, carácter, formas de pensar, de ser…y enseñarle que así mismo como debe tener una personalidad propia, también debe respetar la de las personas que lo rodean; esto es tan primordial que los últimos años han creados diferentes leyes o normas para lograr éste y la expresión de la misma, como el artículo 16 de la Constitución Política de Colombia, que dice: “Todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad, sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico”.
Las personas que nos rodean también nos pueden identificar por lo que somos; por ejemplo, en muchas ocasiones el ver a una persona totalmente desconocida nos puede recordar a un amigo/a que conocemos de toda la vida o solo hace un par de meses, por los gestos que hace o por la posición de su cuerpo, su temperamento, carácter, comportamiento o por su forma de expresarse, en fin… es una huella o sello personal que podemos marcar y dejar en otras personas.
Todo profesional siempre debe definir muy bien su personalidad, teniendo muy claros sus valores y su moral, para tratar de atender siempre bien a sus usuarios, aconsejándolos de la mejor manera posible. Es aquí donde entra a jugar un papel trascendental la inteligencia intrapersonal (para entendernos a nosotros mismos) y la inteligencia interpersonal o social (para entender a los demás y tener una buena empatía con estos). Se debe aclarar que la personalidad es algo que hace parte de cada persona pero que termina afectando lo colectivo, más en un ambiente de la salud en el que en muchas ocasiones la persona que esté encargado de un paciente deba dejar de lado su propia opinión o perspectiva para poder ayudarlo y encontrar una cura; el médico o el profesional no debe dejar interponer sus experiencias personales, sino encontrar el mejor camino para que la persona que esté bajo su cargo logre tener una mejor salud, consiguiendo con esto que el paciente se sienta totalmente bien y teniendo en cuenta que directamente uno como profesional no trata la enfermedad, si no al paciente que la tiene, siendo esta la razón principal para convivir, para entender también su parte emocional, una de las cosas más complicadas pero necesarias. La inteligencia emocional y el control de las emociones ayudan a adaptarse mejor a las diferentes situaciones diarias a las que una persona debe enfrentarse como ser humano y como profesional, para así lograr un conocimiento de las propias emociones, capacidad para dominarlas, capacidad de motivarse a sí mismo, un reconocimiento de emociones ajenas y control de las relaciones para darle un tratamiento adecuado y correcto según sus necesidades.
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