La víctima En El Proceso Penal

Al abordar los antecedentes del derecho penal, propiamente la situación de la víctima dentro de él, así como su principal objetivo se observa que éste último es completamente divergente al actual, incluso en la época moderna, de acuerdo a la ideología que impere se establecerá su finalidad, y esto mismo le ha ocurrido a la posición de la victima como elemento participante en el proceso penal, lo que en síntesis se puede observar en el siguiente cuadro:

Derecho Penal Época Antigüedad Época Moderna

Objetivo Función represiva y se reconoce el derecho a la víctima a vengarse por el daño sufrido. Paradigma positivista: Sancionar las conductas que atentan con el orden social mutuamente acordado por ella misma.

Paradigma Interaccionista: Instrumento de resolución de conflictos.

El paradigma crítico: mecanismo coercitivo para el control de las clases sociales que atenta a los intereses de las clases en el poder.

Se expropia el derecho de venganza a la víctima.

Derecho Penal Época Antigüedad Época Moderna

Prioridad de la víctima en el sistema legal Importante ya que debido a que se reconocía su derecho de venganza-no cuestionado- fue necesario regularlo haciéndolo más justo, lográndolo al implementar la Ley del Talión. Apenas en 50 años se ha concebido la importancia de la victima como sujeto a derechos dentro del proceso legal. En algunos casos se pierde en nombre de la seguridad colectiva ya que se concibe que el criminal ha atentado en contra del bienestar o paz social pero la víctima como individuo se pierde tras esta concepción.

Concepción de la relación víctima-criminal como causa- efecto en el crimen establecido Causa: La víctima no ha propiciado ni es responsable del daño, ni siquiera se contempla como un factor que propicie el daño que ha sufrido. Como víctima es un ser pasivo.

Como demandante de la ley es activo ya que incluso puede el mismo establecer la dimensión del castigo a imponer al criminal. Se establecen distintas posturas victimológicas, en común se observa que existen factores o indicadores que señala qué personas o grupos pueden ser más propenso a sufrir daños por parte de otros, sin embargo en algunas posturas como la positivista se busca responsabilizar a la víctima como causal en el daño que se le ha cometido.

El anterior cuadro muestra someramente la evolución de la finalidad del sistema legal y la contemplación de la víctima dentro de éste; y observó sin dejarme de sorprender unido a un cierto matiz de inconformidad- para lo cual expondré mis razones más adelante- que actualmente existen posturas como la positivista que pese a que contribuye a rescatar a la víctima del olvido y estudiarla bajo un enfoque lo más científico posible, llega sin embargo, a establecer que entre las causas del crimen se encuentra como elemento detonante en muchos casos a la propia víctima en relación al victimario. La víctima es concebida como elemento desencadenante e incitador en la realización del crimen, por lo que se desprende “lógicamente” que la pena debe ser acorde y directamente proporcional a su influencia en el proceso de victimización. En resumen: la víctima debe ser también castigada, a menos que se descarte su participación como factor causal del crimen.

El positivismo realiza un intento por cuantificar las causas del crimen, retoma las características observables en el sujeto que la propician como posible víctima, como son su raza, edad, profesión, edad y aspectos psicológicos: depresión, solitarios, tímidos, etc. Justifica en dado momento que si el sujeto es el “menos apto” “el más débil”, será atacado por individuos más fuertes, tal y como sucede en el reino animal

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