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Las primeras nostalgias


Enviado por   •  28 de Marzo de 2016  •  Biografía  •  493 Palabras (2 Páginas)  •  113 Visitas

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Las primeras nostalgias

Por Blas Piña Salcedo

Cuando comencé a tener conciencia de la realidad ya yo conocía a Jorge Emilio Dumar. Lo conocí en mis dos primeros años de vida, lo que quiere decir que fue mi primer amigo. Ese  compañero de la ingenuidad, del descubrimiento de la realidad, de lo puro, de lo mágico, de lo asombroso. Entre los recuerdos que puedo rescatar del intrincado enrramado de mi memoria se dibuja una batea que su mamá Anita volteaba en medio del patio de su casa en los días de verano, a manera de mesa para colocarnos la cena en una pausa de nuestros juegos infantiles.  Vivíamos en ese tiempo en el barrio Petaca y nosotros cruzábamos de uno a otro patio a través de los portillos que espontanea o intencionalmente alguien abría en los extensos patios colmados de árboles de mango, ciruela, papaya y guayaba. Y ahora aparece en mis recuerdos un jeep Willis que su padre parqueba en el mismo patio. Éramos felices manipulando el timón y tratando de pitar, con gran esfuerzo pero infructuosamente, hasta que una de las mamás, la de él o la mía nos llamaba porque las sombras se acercaban y no era bueno que nos expusiéramos al roció de la noche.

No recuerdo cuando se interrumpió esa relación de niño, lo cierto es que nuestras madres y nosotros, después de un tiempo, cuando ya nos asomábamos a la adolescencia continuaron y continuamos encontrándose y encontrándonos  en las calles de Sincelejo. Y un día, en los tiempos de la universidad hasta compartimos la misma residencia en Barranquilla.  

Hoy, reflexionando sobre esa etapa de mi vida, la primera, puedo decir que la viví con intensidad, con pasión por cumplir con mi deber elemental de niño, con interés por hacer nuevos descubrimientos, con la alegría de sacarle el mayor provecho a un juguete nuevo, con la sencillez de encontrar en una rama de matarratón un caballito de palo para cabalgar con mi amigo a través de los vientos del patio. Y lo que es también o, quizá, más  importante con la ingenuidad de quien vive en un mundo mental de bondad, de reconocimiento, de aceptación, de verdad y de capacidad de crear con, unos totumos recién cogidos, un lote de ganado. Al referirse a esta etapa, uno de mis amigos del presente ciclo, el joven administrador de empresa y profesor de la Universidad de Sucre, Carlos Escandón, con manifiesta nostalgia sostiene que no dudaría en cambiar diez años de su vida por volver a aquellos tiempos. No es para menos, él sabe que cada ciclo de nuestras vidas es así, determinado por contextos socioeconómicos, geográficos y amistosos y cada uno tiene sus atractivos circunstanciales, pero ninguno como aquel de la primera infancia en que la muerte, la infelicidad, las guerras y los atracos y la infelicidad ni siquiera se conciben y por el contrario, el amor y la capacidad de soñar apenas están recién estrenados.

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