Las prácticas en medicina, desde la perspectiva histórico-cultural
Enviado por jacky.onate • 19 de Agosto de 2015 • Resumen • 989 Palabras (4 Páginas) • 220 Visitas
INTRODUCCIÓN
Las prácticas en medicina, desde la perspectiva histórico-cultural, preceden a la ciencia médica en si e instituyen una expresión de la tendencia del ser humano a auxiliar y cuidas del semejante que padece y sufre.
Desde sus inicios la medicina siempre ha tenido un principio básico: estar junto al enfermo. Los avances científico-tecnológicos han ido distanciando a la medicina de este principio y ha distanciado al médico del paciente, aunque la practica medica está inmersa en un sistema de complejo de relaciones interpersonales en lo que, el profesional se vincula con otro ser humano, para asistirlo, restablecer, mantener o incrementar la salud, calidad de vida y bienestar biopsicosocial.
A través del tiempo se han ido modificando la relación entre el médico y el paciente, iniciando con una relación paternalista donde el médico es quien toma las decisiones por el paciente si tener en cuenta los intereses del enfermo, hacia una relación más humana, no tratando al paciente como objeto, si no como una persona no solo su parte física o biológica si no que trata su entorno social, psicológico, religioso.
En la actualidad la relación médico paciente está en crisis, no solo por los avances científicos y tecnológicos, también ha sido influenciado por las políticas de salud utilizadas por los gobiernos donde la salud se convirtió en un negocio lucrativo, donde al enfermo no se mira como paciente si no como usuario o cliente, donde la relación en el consultorio es una relación Médico-papel o Médico-computador, a causa de las extensas jornadas y al abrupto número de paciente que atiende un solo médico.
LA RELACIÓN MÉDICO PACIENTE
A partir de sus orígenes hipocráticos, la relación médico paciente recorre un largo camino, partiendo desde una posición centrada en el medico bajo la premisa; Lo que el médico decide es, por definición, correcto. Era un modelo paternalista benéfico, no maleficente, rígido e insatisfactorio para el paciente. La relación, tradicionalmente asimétrica, respondía al modelo biomédico basado en dos conjeturas; el médico sabe y hace lo mejor para el paciente; el enfermo se somete a su voluntad, obedece sus indicaciones y asume un rol pasivo, dependiente, sufriente, silencioso y padeciente.
A mediados del siglo XX, se produce un cambio de paradigma, de un modelo de “ética de la beneficencia” a un modelo de “ética de autonomía”. Este cambio se dio en búsqueda de integrar la perspectiva biopsicosocial que considera factores asociados al paciente, al médico y al contexto.
El nuevo paradigma define la relación médico-paciente, como una relación profesional de intercambio interpersonal especifico, centrado en el paciente, indispensable para humanizar las prácticas médicas, basadas en: autonomía, respeto, libertad, comunicación, confianza, satisfacción, confidencialidad y compromiso ético. Al modificarse la posición paternalista el paciente deja de pensar pasivamente, y ser un actor de su salud pensando en; yo soy responsable de mi salud y quiero saber que va a pasar conmigo. Se perfila así un modelo que considera a la “persona del paciente” que
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