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Las relaciones interpersonales en educación


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2017  •  Ensayo  •  3.112 Palabras (13 Páginas)  •  190 Visitas

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SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA DE HIDALGO

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL – HIDALGO

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN CAMPO PRÁCTICA EDUCATIVA

UNIDAD 131, SEDE JACALA HIDALGO

LINEA: PRÁCTICA EDUCATIVA

CURSO: TENDENCIAS EN EL ANÁLISIS DE LA PRÁCTICA DOCENTE

ALUMNA: MARÍA GUADALUPE ESPINO RODRÍGUEZ

ASESOR: MAESTRO QUINTÍN LÓPEZ MARTÍNEZ[pic 3]

        

UNIDAD II TENDENCIA INTERPRETATIVA

TEMA 2 EL DISCURSO EN EL AULA

“El mercado lingüístico”

Autor: Bourdieu, Pierre (1984) (pp. 143-158) En sociología y cultura. México. Grijalbo.

TERCER SEMESTRE

22 de abril de  2016.

El ser humano en la búsqueda por satisfacer sus necesidades, ha generado las condiciones que le permiten vivir  y convivir en y con el mundo. Una condición esencial para la convivencia es desde luego el lenguaje, ese sistema de signos que hacen posible la comunicación y el entendimiento, es una capacidad propia del ser humano para expresar pensamientos y sentimientos por medio de la palabra. Entonces, la palabra no es una simple emisión de sonidos, detrás de esa emisión hay procesos cognitivos, una construcción previa, una “internalización de la realidad objetiva” que se genera de la “intersubjetividad” de la interacción entre personas, lo que permite producir un discurso estructurado y lógico con implicaciones prácticas, sociales y culturales, en el sentido de que quien lo produce parte de una identidad configurada por su experiencia particular. 

Dada la existencia de comunidades de individuos con manifestaciones culturales muy diversas, la dotación de capital cultural y lingüístico de una persona varía según su espacio social de origen, se incorpora desde la más temprana infancia, a lo largo de la vida, mediante un proceso de socialización prolongado que posibilita la apropiación del mundo, del yo y de los otros; esto es,  el contexto en el que ha crecido y que le ha permitido construir “principios lógicos y axiológicos, teóricos y prácticos”, es decir,  su “Habitus” conformado por el ethos (sistema de esquemas prácticos, axiológicos), eidos (sistema de esquemas lógicos) y hexis (posesión, disposición, estado activo); estos  principios incorporados son posturas, disposiciones del cuerpo, los valores son gestos, formas de pararse, de caminar, de hablar, el ethos es una moral hecha hexis, gestos, postura. (Bourdieu 1984) De ahí que  el habitus sea la manifestación hacia el exterior a partir del interior del sujeto.

El habitus “…es algo adquirido que se queda adherido al cuerpo…”, “algo así como un capital”, “una propiedad”; es “un principio de invención producido por la historia”, “algo poderosamente generador”, “un producto  de los condicionamientos que tiende a reproducir la lógica objetiva de dichos condicionamientos, pero sometiéndola a una transformación; es una especie de maquina transformadora que hace que reproduzcamos las condiciones sociales de nuestra propia producción, pero de manera relativamente imprevisible, de manera tal, que no se puede pasar sencilla y mecánicamente del conocimiento de las condiciones de producción al conocimiento de los productos” (Bourdieu, 155), es decir, se parte de esto que conforma al sujeto para posibilitar la creación o producción propia. Aunque cabe mencionar que el habitus no puede producir de manera descontextualizada de la situación presente.

Esto implica que la cantidad de posibles discursos que está en capacidad de producir un individuo,  se relaciona directamente con su “habitus lingüístico”, mismo que es producto de las condiciones sociales y produce un discurso que se ajusta a una situación, a un mercado o campo. El discurso no puede ser generado sólo desde el sujeto y sus disposiciones, depende de referentes que subyacen a la situación, mismos que al ser considerados dan propiedad, adecuación, pertenencia y oportunidad al arte de hablar. Implica que el discurso no puede usarse de manera libre, además de exigir el uso de determinadas reglas gramaticales, requiere ser usado en función de lo socialmente aceptable. Lo anterior concuerda con lo que Cazden (1991) plantea “el lenguaje une lo cognitivo con lo social”, entonces el sujeto piensa para hablar, su pensamiento produce un discurso basado en lo social.

De hecho, todo discurso en la sociedad esta mediado por una intención, por el contexto, el poder y la ideología. El sentido y el significado del discurso están relacionados con  la manera en que son usadas las palabras, así como con la estructura social del mercado lingüístico, es decir,  con las condiciones sociales en que se produce y se comunica, que hacen que el discurso tenga un efecto tanto semántico como político. Existe un mercado lingüístico[1] en la medida en que los receptores de su discurso son capaces de evaluarlo, apreciarlo y darle un precio; este último otorgado de acuerdo con las leyes  de formación de precios propias del mercado.

Dichas leyes establecen el discurso prohibido y el discurso permitido o legitimado (la ortodoxia); “Uno sabe que no tiene derecho a decirlo todo, que no se puede hablar de todo en cualquier circunstancia, que cualquiera, en fin, no puede hablar de cualquier cosa” (Foucault, 1971:14), la libertad de expresión es un discurso retorico, la realidad es que el mercado lingüístico o campo en el que se produce el discurso   de asemeja a un mercado en el que el producto que se oferta es el discurso; un lugar de lucha y confrontación entre individuos, donde lo que luchan son sus discursos, pelean por ponerse a la cabeza;  existen relaciones de dominación  y por ello violencia simbólica. Se impone un discurso que es sobre valorado por encima de cualquier otro discurso, este es el “discurso oficial”  que poseen ciertos individuos o grupos que hacen uso de un poder simbólico, en tanto que son escuchados, obedecidos y valorados por tener un capital lingüístico alto.

Por un lado, si el lenguaje en el cual se ha instruido un individuo, según su espacio social de origen, es gramaticalmente pobre, entonces, su precario capital cultural y lingüístico sólo le permitirá construir discursos con estructuras sintácticamente repetitivas, simples y fragmentadas. En consecuencia, su léxico será muy reducido, y así mismo, el valor del discurso producido por él. Por el contrario, si el lenguaje transmitido suministra una gramática altamente compleja, entonces, el individuo tendrá amplias capacidades para descifrar complejos códigos lingüísticos, y por consiguiente, ciertas ventajas comparativas para el ejercicio de un pensamiento conceptual. Esto le permitirá obtener por la producción de su discurso un valor significativamente alto.

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