Las tecnologías de la información y la comunicación se han desarrollado de manera eficaz

Las tecnologías de la información y la comunicación se han desarrollado de manera eficaz desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy en día. Se vive en un contacto permanente con las ventajas y grandes posibilidades que la información y la comunicación ofrecen como individuos y como sociedades. La lectura y la escritura fueron creadas por el hombre hace millones de años con el fin de preservar conocimientos adquiridos a través de la experiencia y, posteriormente, comunicarse y trasmitirse. Con el paso de los años y la invención e innovación de las tecnologías, dichas actividades han ido cambiando de soporte y formato: papiro, códice, libro y hoy en día una simple pantalla electrónica. La llegada de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han repercutido y modificado las prácticas de lectura de manera muy significativa ya que las mismas, habiendo sido fieles por siglos al formato impreso, ahora se incorporan al formato digital y nuevas formas de organización y visualización de la información. El rasgo más definitorio de los textos digitales es su flexibilidad: se mueven velozmente, saltan de dispositivo en dispositivo, de pantalla en pantalla, se adaptan a distintos formatos y usos, se imprimen y se guarda… Este polimorfismo es precisamente lo que hace que su utilización sea tan variada: los adolescentes usan textos digitales para estar en contacto, los profesionales para mantenerse al día, y una amplia base de usuarios para distraerse e informarse.

Hoy en día, no sólo se debe enseñar a leer a los niños sus cuentos preferidos, sino que, también se les debe enseñar a manejar los textos electrónicos. Puesto que anteriormente se les leía para entretenerlos ahora ya un texto electrónico es más fácil de manipular para un niño, debido a lo interactivo que puede llegar a ser, como en cuentos infantiles ya no solo se ven dibujos del autor, sino también que se pueden escuchar los diálogos entre los personajes.

Se pueden distinguir tres posturas con respecto a la lectura en pantalla. La primera de ellas es el rechazo de la pantalla electrónica como soporte de material de lectura. Se dice que la pantalla es adecuada para la lectura de textos breves, consulta de documentos, pero no es apropiada para leer textos que requieran suma concentración y que demanden un tiempo de atención considerable. La segunda es la aceptación de que la página de papel cederá terreno a favor de la pantalla electrónica. Dicha postura se argumenta a que la pantalla ganará el domino al papel para la transmisión de la información y de los conocimientos, la lectura comprenderá una práctica distinta de la concepción de lo que hoy se tiene de la misma, ya que se basará en la interpretación de las distintas manifestaciones de imágenes. Y por último, la pantalla como espacio alternativo frente al papel, se dice que esta posición se centra en procurar explorar las posibilidad de la pantalla electrónica puede abrir a la escritura y a la lectura. La cultura de los libros se basa en la interioridad, en la reflexión, mientras que esta nueva cultura de lectura sobre pantallas electrónicas se cimenta en la imagen, en el corto plazo, en la efectividad. Cada cultura es compatible con  el mundo que las inventó, es decir, fueron y son funcionales a su mundo.

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