Leopoldo
Enviado por dad32 • 7 de Enero de 2015 • Tesis • 2.329 Palabras (10 Páginas) • 142 Visitas
A) Introducción.
B) Estructura.
I.- Pasión y muerte de la Cordera (1-367).
I.1.-Presentación. Situación inicial satisfactoria. La apacible vida de Rosa, Pinín y la Cordera en el “prao” Somonte (1-183).
I.2.-Nudo (I). Ruptura catastrófica de la situación inicial. Los problemas económicos de Antón de Chinta, el padre (184-259).
I.3.-Nudo (II) Se agrava la ruptura catastrófica de la situación inicial. La venta de la Cordera (260-338).
─ Jueves de la semana siguiente.
─ Sábado.
─ Del domingo a la mañana del viernes de la “semana santa” siguiente.
─ El atardecer del viernes.
I.4.- Desenlace (I). Se consuma la ruptura catastrófica de la situación inicial. Rosa y Pinín se despiden definitivamente de la Cordera (339-367).
─ El sábado de la despedida definitiva.
II.-Desenlace (II). Pasión y muerte de Pinín, reproducción casi exacta de las de la Cordera (368-417).
II.1.- Pinín tiene que ir a la guerra (368-372).
II.2.- Rosa despide para siempre a Pinín (373-417).
─ Rosa en Somonte.
─ Pinín en el tren.
C) Comentarios.
1.- Una lectura política del texto.
2.- Paralelismos textuales entre la despedida de la Cordera y la de Pinín.
A) Introducción.
Clarín es con Galdós el mejor de los escritores del Realismo español porque tiene una gran agudeza como psicólogo, no sólo de las personas sino también de los animales y de las cosas; es un magistral sociólogo que conoce como nadie a la sociedad que describe, y hace unas maravillosas fotografías del escenario en el que se mueven, existen y son sus personajes.
Puede que por todo ello sea ¡Adiós, “Cordera” el mejor de los “cuentos”— de los relatos cortos— del Realismo español.
¡Adiós, Cordera! Se publica en El Liberal el 27 de julio de 1892. Y al año siguiente en El Señor y lo demás son cuentos, M. Fernández Lasanta, Madrid s.a., ps. 47-67.
En este curioso país en el que, como decía asustado el bueno de Julián Marías, cualquiera tiene la osadía de negar lo evidente, cada cual cuenta la Historia como le conviene y por ello nadie me va a creer si digo que yo me encontré en Manjarrés—en Manjarrés se leía— en la década de los 50 una edición para jóvenes lectores, pero integra, de ¡Adiós, Cordera!
A mis 10 u 11 años lo que me quedó de su lectura fue la tristeza de la historia que cuenta.
Hoy la considero una obra maestra y un texto político que refleja bien la trágica historia de la España del s. XIX, incapaz de afianzar el liberalismo político y su inseparable otra cara, el liberalismo económico o sano capitalismo.
España no llegó a ser liberal nunca y se industrializó tarde y mal, entretenida como estuvo en una feroz Guerra de la Independencia, la primera de nuestras guerras civiles de la época contemporánea, a la que siguieron:
· La Independencia de Iberoamérica, de la que no se repuso,
· Dos reinados nefastos, el de Fernando VII y el de su hija Isabel II,
· Tres desalmadas Guerras Carlitas,
· Tres no menos atroces Guerras en Cuba,
· La Revolución de 1868,
· Un Sexenio Revolucionario que casi desintegró la nación,
· Y una Primera República con 4 presidentes en 11 meses de vida.
Entre 1875 y 1902, reinado de Alfonso XII y regencia de María Cristina, transcurre La Restauración, un periodo de un cuarto de siglo en el que no se pudo adelantar el atraso de un siglo entero y en el que de ninguna manera se desarraigó la ancestral mentalidad de que en España sólo trabajan los tontos y de que lo ideal aquí es vivir como reyes a costa de los demás.
Ese era el cáncer nacional, denunciado en 1892 por nuestro texto, y lo sigue siendo ahora mismo. Esa es la verdadera crisis.
B) Estructura.
El texto está dividido originalmente en cinco partes por unos estrechos, pero suficientes, espacios en blanco. Las 4 primeras componen la “Pasión y Muerte de la Cordera”, ocupando una “la presentación”, dos “el nudo” y una cuarta “el desenlace”.
Si aplicamos al texto el esquema de Propp, comprobamos que “la presentación” es la descripción de la satisfactoria “situación inicial”, en “el nudo” está “la ruptura de la situación inicial” y, en vez de la aparición del héroe salvador, lo que se da aquí es el agravamiento de esa ruptura; y en “el desenlace” lo que se afianza es la ruptura catastrófica para siempre de la situación inicial.
La quinta parte es un nuevo desenlace catastrófico, semejante en casi todo, también en el relato, al primero. Se trata del segundo capítulo de los dos únicos que tiene el texto: el capítulo de la Pasión y muerte de Pinín, ¡Adiós, “Cordera”! es el relato de dos “semanas santas”, de dos “pasiones y muertes” gemelas y paralelas, separadas tan sólo por el espacio temporal de un poco más de una década: la Pasión y muerte de La Cordera que preanuncia, que es la precursora, de la que de verdad es la importante: la Pasión y muerte de Pinín,
¡Adiós, “Cordera”! presenta en sus dos únicos capítulos una gradación ascendente cuyo primer peldaño es el aciago destino de la Cordera y cuyo segundo, y culminación, es la igual de fatal suerte de Pinín.
El guión de ambas tragedias es el mismo. Las dos están “escritas” (previstas fatalmente) de la misma manera (“Liber scriptus proferetur in quo totum continetur…”) y de la misma manera relatadas por Clarín, aunque en la segunda, una vez desarrollada con todo detalle la primera, se concentra únicamente en el momento culminante.
Las dos tienen una única “dolorosa”, una única “virgen de la soledad o de las angustias”: la primero niña y luego joven, Rosa. Es como si Rosa, al estilo de la celebérrima elegía de Ovidio, Tristezas, I, 3, ya traducida y analizada por mí en este mismo portal, nos contará en tercera persona las dos dolorosas despedidas que tuvo que hacerles a sus seres más queridos, primero a la Cordera y luego a Pinín.
Clarín escribe en ¡Adiós, “Cordera”!
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