Leopoldo Zea

El anelo de encontrar una identidad por los intelectuales latinoamericanos, de recuperar las raíces de estos, ahondando en la historia, es la búsqueda de los principios históricos, que para Leopoldo Zea, están unidos al Descubrimiento de América en 1492. Donde se da comienzo a una fusión de razas, culturas –ibérica, indígena, africana-, de las cuales va a resultar el latinoamericano. Tal como Simón Bolívar define en su Carta a Jamaica. “no somos indios, ni europeos, sino una raza intermedia…….un grupo humano que contiene un poco de todos….”.

La destrucción del orden colonial no trajo consigo la libertad, sino que seguiría a través de los caudillos y caciques herederos de este orden. Todos estos cambios dan lugar a las ideas filosóficas de una identidad latinoamericana que surgirán tras la independencia y que se afianzaran con las grandes guerras. Son preguntas que vienen de una sensación de vacío dejados por la descolonización, sensación de orfandad, tras el abandono de su pasado colonial por otro nuevo. Pasar de la cultura colonial ibérica a la europea. El latinoamericano persigue superar la idea del eurocentrismo, del que fueron receptores pasivos las élites ilustradas del siglo XIX y de parte del XX. Historia y cultura latinoamericanas son expresión auténtica de la historia universal.

Ideas de nacionalismo, existencialismo, historicismo, panamericanismo, llegan desde Europa, promoviendo estudios sobre los latinoamericanos, y forjando preguntas sobre su cultura, su identidad, su historia. Para ello se desarrollan historias filosóficas sobre todo tipo de temas; hombre, cultura, pueblos…. Una filosofía latinoamericana, escrita por latinoamericanos que sienten el desarraigo, y el exilio europeo. Para Zea la identidad esta en el encuentro humano. Jorge Rueda piensa que para el problema de la identidad hay que reinterpretar la historiografía americana. Para Ginés de Sepúlveda los indios eran homúnculos, sub-hombres, con una disminuida capacidad racional, condenados por Aristóteles a la servidumbre. Según este filosofo, todos los hombres son iguales ante Dios, pero distintos entre sí, unos están destinados a mandar y otros a obedecer. Este pensamiento filosófico da lugar a la desigualdad entre razas, entre pueblos, entre naciones.

El hecho singular que le hace ser lo que son a los latinoamericanos y les constituye diferentes de los asiáticos o de los africanos, es el mestizaje racial y cultural provocado por los españoles. Todo un pasado que visto desde la negación de muchos, les hace incapaces de ser nación de progreso y civilización.

La imitación o el intento de imitación de modelos ajenos (europeos) han producido la enajenación del ser, al omitir la única posible identidad que es la asunción de la condición mestiza. Zea sostiene que no es posible ni se trata de "renunciar a lo que se es para poder ser otra

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