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Leyenda del baile del mono de caicara


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2012  •  Ensayo  •  3.630 Palabras (15 Páginas)  •  2.657 Visitas

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CONTENIDO

1.- LEYENDA DEL BAILE DEL MONO DE CAICARA.

HISTORIA.

Según el estudio, Caicara es capital de Cedeño, uno de los trece Municipios que conforman al Estado Monagas, fue fundado el 20 de Abril de 1731 por Fray Ambrosio de Bleza, un capuchino aragonés, que vino de España a Puerto Rico y de allí pasó a Cumaná, Primogénita del continente. Cabe agregar que la zona estaba habitada por chaimas y parias cuando llegaron misioneros capuchinos españoles, entre ellos el aragonés Antonio de Blesa que fundó una población con el nombre de Santo Domingo de Guzmán de Caicara. Caicara significa «quebrada de las ceibas» en el lenguaje de pueblos indígenas.

Con referencia, Caicara de Maturín es la capital del municipio Cedeño perteneciente al Estado Monagas y está ubicada en La zona Oeste del estado Monagas al Noreste de la ciudad de Punta de Mata. Tiene aproximadamente un poco menos de 20.000 habitantes. Esta tendencia, El Baile del Mono es un fenómeno cultural, donde todos se toman de la cintura y brincan en diferentes direcciones para simular los movimientos del gracioso animal, evocando a los ancestros indígenas y a esos hombres y mujeres del campo que bajan a la ciudad para procurar su sustento.

Por eso el Mono de Caicara” o el “Baile del Mono” es una expresión popular del oriente del país proveniente del pueblo de Caicara de Maturín en el estado Monagas, su origen emana de los indígenas Chaimas, cuando éstos practicaban rituales para obtener buenas y abundantes cosechas, aunque hay otra teoría que considera que esta manifestación folklórica data del siglo XIX y desciende de los españoles. De manera que en la actualidad esta danza colectiva se realiza todos los 28 de diciembre en diversas partes del estado Monagas.

Sin duda del raigal indígena chaima quedaron algunas cosas que en pequeña medida se observan todavía: tradiciones, mitos y leyendas; costumbres, artesanía y un buen acervo musical, pues de esa herencia aborigen Caicara conserva una de las manifestaciones más recias en todo el Estado el baile de El mono. Ya que consiste en una fiesta de calle, masiva que no sólo involucra al pueblo caicareño, si no que arrastra a pueblos circundantes y a una enorme muchedumbre venida de los más apartados rincones, a disfrutarla cada 28 de diciembre, que es el día exclusivamente determinado para su celebración, la cual nada tiene que ver con lo otro que simboliza dicha fecha, o sea, el Día de los Santos Inocentes.

Por su parte la fiesta consiste en lo siguiente: usted llega al pueblo como quiera, vestido de franelita y alpargatas o trajeado de frac y calzado italiano, es igual, inmediatamente alguien se le acerca utilizando un tubo de pintura de labios y en lo que se despabila un cura le ha pintado un 28 en la frente o en la espalda o en el pecho; todavía no ha salido de su asombro, cuando se le acerca otra persona y con la mayor sangre fría le embadurna la cara de añil y las ropas de cualquier otra pintura; de sorpresa en sorpresa lo toman por la cintura y lo empujan hasta aferrarlo a la cintura del último de una larguísima cola y desde ese momento usted no puede dejar de moverse o más o menos bailar y de oír o decir continuamente: mono... mono... mono...; o remedar su onomatopeya; y así andará movido por la voluntad y el capricho de quienes lo impulsen, y cuando abandone, agotado, no importa, otro entrará por usted; ah, y no se preocupe, que quiera o no, usted volverá a entrar sin saber cómo, y se repetirá la historia, hasta que ese algo interior, irresistible, le diga: ¡basta!.

Como complemento el génesis de esta fiesta o baile en las calles, y con las comparsas no están precisados; cada quien fábula a su antojo; quien más, quien menos, infiere y para teorizar niega, así se dice que es un canto a la fertilidad; una expresión simbólica de las desigualdades económicas manifestadas como protesta social; un rito ancestral, lo cierto es que la manifestación existe y convoca a la búsqueda investigativa, se supone que en la oralidad, porque fuentes escritas por supuesto no hay.

En efecto la oralidad en Caicara es famosa desde tiempos muy remotos, de algunas fuentes oímos que el origen de El mono es episódico, se explica de una manera simplísima, como son a veces los génesis de cosas muy importantes, resulta pues que los monos son los grandes enemigos (o amigos) de los maizales; sembradío de maíz que empieza a colorear barbas es invitación abierta a los convites de los monos y eso se prolonga hasta que el maíz está sarataco; pero ya para entonces el conuco está gravemente diezmado, porque son manadas, hordas de monos que comen y cargan mazorcas en persogos. Puesto que los indios sufrían, por supuesto estos destrozos e igual que el conuquero de hoy, los combatía.

No obstante dicen que los indios, además de exterminar a los que podían, capturaban otros y organizaban una especie de fiesta-rito. Bailaban y bebían chicha mientras zarandeaban y azotaban a los monos y los hacían acompañarlos en todo su jolgorio, además a los dos o tres días, los animales estaban moribundos, entonces en una especie de procesión los llevaban al río donde eran lanzados, tal vez era como un escarmiento, una medida amedrentadora para la próxima cosecha, de allí por supuesto, se heredaron los elementos necesarios para convocar, por lo menos lo alegre o festivo que esta circunstancia ofrecía y con las adecuaciones a los cambios que impone el paso del tiempo. Así ha perdurado hasta hoy, pero lo importante es que vivo y eficazmente completo, El mono ha perdurado a través de las 10 últimas generaciones.

Tal es el caso, que en los primeros tiempos era un mono muy doméstico, familiar, cuando Caicara era un caserío, se organizaba la festividad de manera familiar; en el patio o frente de una casa, se organizaba el baile. Asimismo después el pueblo lo fue asumiendo y comenzó la expansión hacia los barrios, proceso que luego se revirtió y comenzaron los barrios y los lugares aledaños a converger en el centro del poblado. Se manifiesta desde la madrugada del 27, comienzan a llegar al pueblo comparsas y filas de monos desde todas las calles, barrios y caseríos, porque con las filas de bailadores de mono venían también disfraces y comparsas: La burriquita, la bicicleta, la mujer preñada, el diablo y muchísimas más. Cada fila de monos traía una letra alusiva a su lugar o a cualquier otra circunstancia.

A lo largo las personas interesadas en participar se disfrazan de locos o indigentes con ropas coloridas y la cara pintada de negro, para luego salir a las calles y formar comparsas que recorren todo el pueblo, tradicionalmente los participantes son guiados por el mono, persona vestida lo más parecido a un simio y que funge de personaje principal. Éste va indicando los pasos que deben ejecutar

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