Leyes De Niwton
Enviado por • 7 de Octubre de 2013 • 2.659 Palabras (11 Páginas) • 241 Visitas
1. Introducción
El Romanticismo es un movimiento cultural y literario que tuvo lugar en la primera mitad del siglo XIX, tanto en Europa como en América. Dicho movimiento supone una reacción total a la razón impuesta por el Neoclasicismo, dando prioridad a los sentimientos, a las emociones, a la fantasía y al ideal.
En España, dadas las circunstancias políticas del país, el Romanticismo, propiamente dicho, tuvo escasa duración, llegando a su máximo apogeo en torno a 1835. Hubo un segundo Romanticismo hacia 1860, gracias a las dos grandes figuras que más adelante veremos: Bécquer y Rosalía de Castro.
2. Ideología
La mentalidad romántica se caracteriza, en líneas generales, por lo siguiente:
El deseo de libertad, que se manifestará en la lucha del hombre romántico contra el absolutismo, en el rechazo a las normas hasta ahora vigentes y en su deseo de manifestarse libremente.
El fuerte individualismo que se observa en el hombre romántico, reflejado en una fuerte personalidad, así como en el sentimiento de creerse el centro del universo.
El idealismo, que es el motor del romántico en busca de cumplir deseos inalcanzables a veces, relacionados con la patria, el amor o la justicia.
El desengaño, provocado por no poder alcanzar dichos ideales en la realidad en la que viven, lo que provoca la evasión, e incluso el suicidio.
3. Características literarias
En la literatura romántica se refleja la forma de ser del hombre romántico y se manifiesta a través de las siguientes características:
Aparición de los protagonistas que se encuentran al margen de la ley o que no aceptan las normas de la sociedad: el mendigo, el pirata, el verdugo, el cosaco, el reo, etc.
La mezcla, en poesía, de distintas formas métricas e, incluso, del verso y de la prosa.
La ruptura, en teatro, de las reglas de las tres unidades (tiempo, lugar y acción), recuperadas por los neoclásicos, la mezcla de lo trágico y lo cómico, la desaparición de la verosimilitud y el carácter moralizante, el final trágico, la aparición de elementos extraños, etc.
El gusto por el ambiente nocturno, tenebroso, la aparición de una naturaleza violenta y desatada, relacionada con el sentimiento exaltado del romántico.
La fuerte personalidad de los personajes.
La ambientación de las obras en lugares exóticos o lejanos en el tiempo, derivada del gusto por la evasión.
El poco aprecio a la vida, que se observa en la aparición de la muerte e, incluso, el suicidio.
La aparición de elementos fantásticos, muchas veces relacionadas con el sueño y el subconsciente.
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II. El Romanticismo: autores
1. José de Espronceda (1808-1842)
Nació en Almendralejo (Badajoz). De muchacho fundó una sociedad para luchar contra el absolutismo, por lo cual estuvo en prisión. Tres años después se unió con los románticos liberales en Lisboa. Se enamora de Teresa Mancha, la sigue a Inglaterra para vivir después en Bélgica y Francia. Rapta a Teresa, ya casada, y vuelve a Madrid, donde se acoge a una amnistía. Es abandonado por Teresa, ejerce como diplomático y diputado, muere a los treinta y cuatro años, enamorado otra vez, a punto de casarse.
Espronceda representa el Romanticismo más exaltado. Es autor de un poema épico, El Pelayo, una novela histórica, Sancho Saldaña, y de teatro, Blanca de Borbón, pero donde resalta es como poeta, con composiciones célebres como “La canción del pirata” y, sobre todo, con sus obras poéticas más importantes: El estudiante de Salamanca y El diablo mundo.
El estudiante de Salamanca es una obra formada por casi dos mil versos de distinta medida y estrofas. Narra los crímenes de don Félix de Montemar, quien una noche se encuentra con la sombra de Elvira, antigua amada suya, abandonada por él y que muere de pena. Él la persigue por las calles de Salamanca hasta adentrarse en el mundo de ultratumba donde tiene lugar el desposorio de Montemar con el esqueleto de Elvira y la muerte del novio. Es el mejor poema narrativo del siglo XIX.
2. Duque de Rivas (1791-1865):
Ángel de Saavedra, duque de Rivas, nacido en Córdoba, complementó dos facetas a lo largo de su vida, la de político y la de escritor. Exiliado en Londres, Italia y París fue liberal en su juventud para mostrarse más conservador con el paso del tiempo.
Además de por su dedicación a la poesía, con poemas narrativos como El moro expósito, ambientado en la Edad Media, suele ser más conocido por su drama romántico, de tintes trágicos, Don Álvaro o la fuerza del sino. En él se observan rasgos típicamente románticos: la aparición de la muerte y del amor apasionado; la combinación de verso y prosa, lo cual no obedece a un cambio en la situación dramática ni se adecúa al contenido de la escena, sino que es algo caprichoso; la división en jornadas y no en actos; el dinamismo de la acción; los ambientes, etc.
El argumento de la obra es el siguiente: Don Álvaro, de origen desconocido, enamora a Leonor, hija del marqués de Calatrava, quien se opone a estos amores. Una noche que acude a su habitación para raptarla y huir juntos, aparece el marqués, a quien don Álvaro mata accidentalmente. Desesperado marcha a Italia donde encuentra a don Carlos, hermano de Leonor, con quien se bate en duelo, contra su voluntad. Vuelve a España e ingresa en un convento, del que queda cerca una cueva en la que vive Leonor, vestida de hombre, pasándose por un ermitaño. D. Alfonso, el otro hijo del marqués sigue hasta allí a don Álvaro. Aquél descubre a su hermana, la mata y el protagonista, entre los rayos y truenos de una tempestad, se lanza por un precipicio mientras los frailes del monasterio cantan un Miserere.
3. José Zorrilla (1817-1893)
José Zorrilla nació en Valladolid y muy joven se dio a conocer como poeta, en el entierro de Larra. Viajó por Europa y desempeñó cargos en México. Ingresó en la Real Academia en 1869 y fue coronado como poeta en 1889.
En 1837 publicó su primer libro, Poesías, y comenzó su carrera dramática, por la que principalmente es conocido, gracias a Don Juan Tenorio, cuya popularidad ha perdurado a lo largo del tiempo. En esta obra desarrolla el famoso mito del don Juan, presente en la literatura de todos los tiempos. El autor, con el desarrollo que plantea, da un tono tradicionalista y conservador a la historia, a través de la conversión religiosa del seductor y su salvación cristiana a través del amor. La obra está
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