Literatura infantil. Enseñanza de la literatura en los primeros años
Enviado por Sabrina Brollo • 8 de Diciembre de 2018 • Trabajo • 1.302 Palabras (6 Páginas) • 246 Visitas
Instituto Superior Del Profesorado n°22
“Maestro Addad”
Fray Luis Beltrán
Profesorado de Educación Primaria
Área Curricular: Literatura
Profesora: Natalia Patalagoitia.
Alumna: Sabrina Brollo.
Curso: 3°
2017
“La Literatura infantil”
Fundamentación:
El estudio y la enseñanza de la literatura en los primeros años de la escuela primaria resultan dos aspectos sumamente significativos para la construcción de la subjetividad del niño. Sin duda la lectura literaria le permite al sujeto tomar conciencia de su propia interioridad, llegando más allá de sí mismos y de sus propias experiencias, teniendo en cuenta, los sentimientos, haciendo posible el acceso a diferentes mundos a través de la palabra. Por ello es necesario como futuros docentes, que podamos adquirir una actitud de lectura competente y un criterio de selección de textos que sea significativo para los niños. Y para lograr estos objetivos primero es necesario preguntarnos ¿Qué entendemos por literatura?
Terry Eagleton, plantea como hipótesis, que la literatura puede tener que ver más con una actitud de lectura, que con la naturaleza propia de un determinado tipo de escrito. Es así que un texto puede nacer como filosófico o histórico y luego adquirir un status literario, por eso una obra puede considerarse literaria no tanto por sus cualidades inherentes, si no por las diferentes formas de relación que los lectores establecen con ella a través del tiempo. Por eso para Eagleton, la literatura es todo lo que una sociedad elige leer en un tiempo y espacio determinado, porque no es la misma literatura la que se leía antes, de la que se lee ahora. Sin embargo, no hay un conjunto de propiedades que la definan, sino que los distintos contextos históricos son los que indican que textos ingresan dentro del sistema literario.
El centro, el corazón, el sentido de la literatura, es la lectura, Graciela Montes, dice, que “Leer es algo más que descifrar, aunque toda lectura suponga un desciframiento. Leer es construir sentido. Leer lo que fue escrito implica sobre todo, entregar al “mundo escrito”, al registro de la memoria de la sociedad y a su mundo de significaciones. Lo que se considera por alguna razón “perdurable” merecedor de quedar asentado a partir de las distintas circunstancias”. Es por ello que debemos saber de qué se habla cuando se habla de literatura, como se hace para incentivar el hábito de la lectura, saber seleccionar literatura infantil, sin censurar, y sobre todo saber de qué se trata la literatura infantil.
María Adelia Díaz Ronner dice, que la literatura infantil trata de muchas cosas que nunca están supuestas: de las palabras y las multiformas que cada escrito le otorga. Ella afirma que la literatura para niños debe ser abordada desde la literatura, a partir del acento puesto en el lenguaje que la institucionaliza, interrogando a cada uno de los elementos que contiene sus propias regulaciones internas. La autora toma la postura de no medir un texto literario tomando como único dato para evaluar sus bondades o sus conveniencias, la consideración si responde o no a los intereses infantiles comprendidos psicológicamente. La psicología evolutiva nos podrá ayudar en otros temas, como por ejemplo: nos permitirá ser más hábiles para ofrecer o recomendar un libro y reconocer las potencialidades que dicho producto presenta y como activarlo en las manos de los chicos.
También debemos tener en cuenta que hablar del “mensaje” de un texto literario implica asfixiar la multivariedad que él mismo ofrece y conduce al receptor a manipular una única línea de sentido. La inserción de la literatura en la escuela siempre estuvo impregnada de valores, pedagógicos y/o políticos, seria para adquirir nuevos conocimientos, para ayudar a formar la conciencia nacional, para que a través de ella el lector se identifique con ciertos valores morales y culturales y en medio de tanto objetivo se dejó de lado el mero placer de leer. Y es nuestra tarea invitar a los niños a que lean por placer, partiendo de la motivación, que sientan esa necesidad de agarrar un libro, hojearlo, darlo vuelta, investigarlo, y para que esto suceda debemos permitir que tengan contacto directo con el libro, dejarlos a su alcance.
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