Lo Erotico

La palabra erotismo viene de Eros, Dios del amor en la mitología griega, el concepto de erotismo hace referencia al hombre y el animal. El filósofo francés Georges Batailles describe el erotismo como la aprobación de la vida hasta la muerte y como algo que va más allá de la actividad sexual, algo que se muestra como un aspecto diabólico, que se sitúa en un campo de goce más allá del goce físico, se habla de un gusto por la transgresión, aquello que no pertenece a lo racional y al mismo tiempo nos aterroriza.

El hombre a través del trabajo se desprende de su animalidad, escribió Bataille. La actividad sexual se da en la vida animal y la vida humana muestra una actividad que determina un aspecto diabólico.

En este gusto por la transgresión que plantea Bataille, está el estado primitivo del hombre que la sociedad reprime, y así encontramos algunos artistas que hacen surgir una línea que de alguna forma rompe los valores culturales establecidos, generando nuevas ideas y conceptos con un alto grado de provocación o transgresión a estos valores.

A través de la performance, el artista experimenta una realidad, en donde el cuerpo se convierte en la herramienta principal de producción artística, personajes como Orlán, Chris Burden, David Nebreda y Gina Pane, intervienen su cuerpo como una acción que se aproxima a lo intenso y provocativo. Estas acciones fueron claramente una provocación a principio de los noventa y un representante importante de estas acciones es Hermann Nitsch, asociado al accionismo vienés, movimiento del siglo xx que se caracteriza por lo radical, lo grotesco, acciones y simulaciones de carácter violento que transgreden y rechazan las convenciones estéticas, ocupando el cuerpo como elemento principal.

El accionismo vienés lleva el arte relacionado al cuerpo a un extremo, algunos artistas desafían totalmente la ley y los valores de la época, Hermann Nitsch vincula la religión, el teatro y el arte, su obra se desarrolla a partir de simulaciones, sacrificios animales, rituales y fluidos corporales, son instalaciones que conectan la belleza y la repulsión. Un arte ligado al erotismo, en un terreno y tiempo real, generando una experiencia que se intensifica por los sentidos y el placer.

“Con el placer como hilo conductor, el hombre deja de ser un artista siendo el mismo la obra de arte”

Nietzsche”

El cine también contribuye con esta estética idealizada, un director que ejemplifica esta ambigüedad moral frente al mal, la transgresión y el placer es Stanley Kubric, en el año 1971, presenta la Naranja Mecánica, controvertida película que se caracteriza por la imágen irónica de la violencia y protagonizada por un personaje ultraviolento.

La Naranja mecánica es una película con un imaginario e indumentaria futurista que presenta lo sexual y sadomasoquista, reflejando de cierta manera la mentalidad de los personajes y parte de un juego criminal que da placer a ellos mismos.

Otro ejemplo ligado al cine y la estetización de la violencia es Pier Paolo Pasolini, escritor, poeta y director de cine italiano, uno de los más reconocidos de su generación, las obras de Pasolini causan polémica y exploran la vida cotidiana, en 1961 se inicia como director y establece un nuevo concepto y estilo narrativo. Una de sus obras más importantes es Saló o los 120 días de Sodoma, esta película deja de lado los límites convencionales y cinematrográficos, genera una gran controversia y se centra en las relaciones de poder, erotismo y violencia.

Es una película que utiliza un imaginario bastante realista, incorpora símbolos y elementos tan reales que acceden fácilmente a nuestro registro visual, además el contexto histórico en el cual se produce supone evidentemente una influencia, pone en manifiesto las crueldades por parte del ejército en la república creada por Mussolini en el norte de Italia.

Las imágenes de Pasolini actúan como propuesta ideológica y estética, se enfrenta ante los valores y el poder en la sociedad, expone lo corpóreo en el año 1975 y muestra a través de Saló algo que pertenece oculto bajo los juicios morales de la época, una obra escandalosa y al mismo tiempo emblemática que metaforiza la tortura

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