Lo Que Realmente Necesitamos

Que algo se rompa no significa que el mundo vaya a romperse. Que no esté en tus próximos planes no significa que te estés equivocando al creer que estas escriendolo rápido, y con mala letra. Que estuviese escrito desde hace muchísimo tiempo no implica que ya no se pueda escribir nada más, aunque no encaje con el argumento. Y aunque borrar con una goma algo que está escrito con bolígrafo solo parezca que vayas a romper un papel, qué más da, hay más hojas.

No te asustes de las emociones, quédate con las pequeñas historias que te dieron un golpe directo al corazón y no con las que te impidieron dormir. Que miedo tienes a los mínimos roces, a ese instante de compromiso, y quedarte pegado a una nueva vida. Échale la culpa a la vida que es la que quiere hacerte sentir, la que te secuestra en un callejón de salida, siempre va a quedar libre de cargos y se va a salir con la suya. El único encarcelado serás tú si no confiesas, si te mantienes en silencio serás cómplice de no sentirte vivo, ¿dime que consigues restringiéndote a ti mismo?

Si te aferras a la costumbre, cada vez acostumbrándote a la sensación de que discutir es lo normal, de que sentir poco es lo normal, te acostumbraras a las carencias, a las malas contestaciones y a los malos finales. Si no te atreves a meterle mano, a la libertad, con miedo a perder el hábito, perderás todas esas cosas que no son lo que te faltan, si no realmente lo que necesitas.

Te voy a demostrar que no has dejado de improvisar, nada es demasiado grande para no tirarlo al caño, podrás salir de muchas maneras, pero deja que fluya, que significa, que lo has hecho ¿y que importa que salga mal?

Saborea las emociones, el tacto con tacto, el impulso de ir buscar algo que deseas, solo porque lo sentiste en ese mismo instante, pregúntate que demonios es lo que quieres hacer, y con quien quieres hacerlo.

Aléjate de todo lo que te haga daño, asume que las cosas no cambian, si no evolucionan.

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