Los 7 habitos de una persona altamente efectiva - Habito 2 y 3

Segundo y tercer hábito

Muchas veces a lo largo de nuestra vida nos han recalcado un término que como consecuencia se nos ha grabado como sinónimo de integridad y éxito: PROACTIVIDAD. Nos dicen y piden que seamos proactivos que, siempre estemos al pie del cañón y que es un crimen quedarnos quietos. La única manera de poder ser alguien medianamente respetado o admirado por alguien es estar en un estado de pro actividad eterna. Es un hilo delgado en el que al parecer no es fácil caminar y menos cargando el miedo de pensar que si no lo logras estas más cerca al fracaso. Afortunadamente la lectura llega para quitarnos ese peso de encima y para enseñarnos que la proactividad no siempre es el camino que hay que tomar para ser eficiente en lo que nos propongamos.

En el libro “Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas” de Stephen Covey, titula el segundo como “Empiece con un fin en mente” y está inclinado hacia el liderazgo personal. Y es que si nos ponemos a pensar, si, la proactividad es un elemento vital para aquel que sueña con el éxito, pero de nada sirve ser proactivo si no conoces hacia donde estas dirigiendo todo tu esfuerzo. Según Stephen, la proactividad es la capacidad para subordinar los impulsos a los valores, es decir, nuestra conducta debe estar en función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Al momento de tomar decisiones, estas deben tomarse sabiendo hacia donde queremos llegar, solo con esto en mente será posible descifrar cual es nuestro punto de partida. En la lectura utilizan una metáfora muy interesante, el autor dice que si recostamos la escalera al muro equivocado, cada paso que se da resulta para llegar a una meta equivocada, y eso sin mencionar el tiempo y el trabajo que te costó. Esto pasa con mucha frecuencia en nuestro día a día. Al ser seres multiactivos (no sé si sea una palabra de la RAE o no pero pareció indicada) es decir, realizamos varias actividades a lo largo del día, es posible que sin notarlo nos desviemos hacia un propósito diferente al que nos habíamos propuesto. Es muy común conocer casos de personas exitosas, económicamente estables pero realmente se sienten solas y vacías. La razón de esto se debe a que estas personas fijaron un fin no basados en lo que de verdad los hacías felices sino en clichés que aunque en su momento pueden representar estabilidad económica no necesariamente está estrechamente ligado a una estabilidad emocional.

Otra metáfora muy interesante es la del carpintero, habla de medir dos veces antes de cortar una, y es que al hablar de metas fijadas es de vital importancia “echarle la revisadita” porque cada meta para cumplirse requiere un elemento preciado que no se recupera: el tiempo. En TODOS los campos de nuestra vida es necesario fijar nuestro fin, ya sea en nuestro rol en el hogar, en la familia, en el trabajo, de esta manera el nivel de eficiencia aumenta y nos damos cuenta que la proactividad,

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