Los 7 hábitos De La Gente Altamente Efectiva
Enviado por Sumie • 25 de Noviembre de 2012 • 2.033 Palabras (9 Páginas) • 417 Visitas
Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva:
Los siete hábitos son principios que podemos aplicar en todas las personas los cuales nos permiten adquirir conocimiento, experiencia, actitud y madurez; así como plantearnos las metas personales a seguir en el futuro, en el corto y largo plazo, ya que definimos nuestra misión personal.
Hábito #1: Ser proactivo
Este primer hábito nos habla de ser proactivo, una conducta producto de nuestras propias decisiones, ser refiere a no solo a tomar la iniciativa y actuar por uno mismo, sino también ser responsable y asumir nuestro comportamiento ante las diversas situaciones que se nos presentaran. Si otorgamos poder para que las cosas nos controlen nos volvemos reactivos los cual nos lleva a culpar a otros, o las circunstancias de nuestros propios males; y a ser manipulados por el ambiente que nos rodea. Las personas proactivas también son influenciadas por esos factores, pero la diferencia es que su respuesta es una elección basada en valores. Una persona proactiva no niega los efectos que los aspectos genéticos, familiares, o ambientales tienen en nuestra vida; los acepta como una influencia, pero ejercita la libertad de escoger la respuesta a esos estímulos.
Tomar la iniciativa no significa ser insistente, molesto o agresivo o tener siempre la razón o ser siempre el que habla primero o habla más. Significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer y poner lo mejor de nuestra parte para que las cosas sucedan, también resolver los problemas que se presenten en la empresa siempre y cuando se tome la decisión correcta que resulte necesaria, con principios correctos y finalmente realicen la tarea.
Como seres humanos, somos responsables de nuestras propias vidas. Nuestra conducta es una función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Podemos subordinar los sentimientos a los valores. Tenemos la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.
Desde luego se debe tenerse en cuenta el nivel de madurez del individuo en la aplicación de este hábito. No se puede esperar una gran cooperación creativa de quienes se hallan en una profunda dependencia emocional. Pero por lo menos se puede afirmar su naturaleza básica y crear una atmósfera en la que las personas puedan aprovechar las oportunidades y resolver problemas, confiando cada vez más en sí mismas.
Ser proactivo, en esencia, es lo que nos hace humanos y nos permite afirmar que somos los arquitectos de nuestro propio destino.
Hábito #2: Comience con el final en mente
Consiste en empezar con una meta u objetivo a alcanzar, comenzar con una visión de cómo quisieras que fuera el final de nuestras vidas, las cosas que uno quiere lograr. Esto significa saber adónde se está yendo, de modo que se pueda comprender mejor dónde se está, y dar siempre los pasos adecuados en la dirección correcta. Podemos ser muy buenos y atentos pero si no tenemos un final en mente no llegamos a ningún lado y nos perdemos en el camino.
Este hábito se basa en el principio de que todas las cosas se hacen por una razón, se crean dos veces, una mentalmente y otra físicamente producto de la adecuada realización de nuestro trabajo. Esto nos permite centrarnos en todos aquellos valores, principios y creencias que nos forman como personas y tomar el liderazgo de las situaciones. Decidir lo que es nuestro sistema de valores, misión, filosofía de vida, creencias y visión personal; no quedarse en el pasado, sacar todo nuestro potencial.
El liderazgo es una visión a largo plazo que nos permite orientarnos hacia el futuro y orientarnos hacia la realización de nuestros proyectos de vida. Esto obedece a un centro, nuestro círculo e influencia, el cual está compuesto por nuestros paradigmas más básicos, la lente a través de la cual vemos el mundo. Todos tenemos un centro, algo que nos motiva a realizar las cosas que hacemos, pueden ser: el cónyuge, la familia, el dinero, el trabajo, las posesiones, los amigos o enemigos, la iglesia, en uno mismo.
El mejor modo de identificar nuestro propio centro consiste en examinar atentamente los factores que sustenta nuestra vida. No solo podemos tener un centro, pues podemos tener la combinación de varios de estos, entonces la fuerza emergente es otro centro. Es por eso que centrarnos en los principios correctos nos permitirá desarrollar cuatro factores muy importantes en nuestra vida: seguridad, guía, sabiduría y poder.
Comenzar con un fin en mente hace posible que nuestra vida tenga razón de ser, pues la creación de una visión de lo que queremos lograr permite que nuestras acciones estén dirigidas a lo que verdaderamente es significativo en nuestras vidas.
Hábito #3: Ponga Lo Primero, Primero
El tercer hábito es el producto de nuestro trabajo y perseverancia, la realización práctica del primero y el segundo hábito. Es el ejercicio de la voluntad independiente que pasa a ser centrado en principios. Es la puesta en práctica incesante, momento a momento, aquello que se obtuvo luego de mucho esfuerzo.
Esto nos permite organizarnos adecuadamente y administrar nuestras vidas según las prioridades.
Existen tres generaciones:
Primera generación que se caracteriza por notas y listas de tareas. La segunda generación se caracteriza por agendas. Y la tercera generación refleja el campo actual de la administración del tiempo, planifican día tras día, pero da prioridad a los cuadrantes 1 y 3. Está emergiendo una cuarta generación, la cual no consiste en administrar el tiempo, sino administrarnos a nosotros mismos. Los cuatro cuadrantes que abarcan estas generaciones son:
El cuadrante 1: Es lo importante y también urgente. Normalmente se llaman problemas, crisis, y deben ser atendidos o no sobrevivimos.
El Cuadrante 2: Es lo importante pero no urgente; está relacionado con su misión, su rol, sus metas; pero sin tener ese sentido de “ahora mismo”.
El Cuadrante 3: Es urgente pero no importante. Es al que está presionando, que está próximo.
El Cuadrante 4: Ni urgente ni importante: Mucho tiempo perdido, reuniones innecesarias o sin preparar, interrupciones que consumen todo el día, que dejan esa sensación de "estuve ocupado todo el día y no hice nada".
Los siete hábitos pertenecen al cuadrante 2. Todos abordan cosas de importancia fundamental que, si se emprenden de modo regular, determinan en nuestra vida una extraordinaria diferencia positiva.
Como corolario del proceso de victoria privada, después de adoptar el hábito de la proactividad que permitirá
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