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Los Animales Del Paraiso


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2013  •  6.720 Palabras (27 Páginas)  •  396 Visitas

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LOS ANIMALES DEL PARAÍSO

Autor: José Luis Marqués Lledó

Acto I

Escena I

Al abrirse el telón aparece un personaje (Narrador I) , que parece estar leyendo un libro (una Biblia). Pasa las hojas hacia delante y hacia detrás con gran nerviosismo, como si buscara algo en concreto. Como no lo encuentra se dirige al público con cara de contrariedad:

Narrador I: - Por más que lo busco no lo encuentro y con esta Biblia, me he leído unas 80, de distintas versiones, confesiones, editoriales, e idiomas y en ninguna cuentan lo que les pasó a los animalitos, después de que el hombre fuera expulsado del paraíso. (Haciendo una pregunta retórica) - ¿Ustedes lo saben? No, claro, naturalmente que no lo saben ¿Cómo lo habrían de saber?

El hombre fue castigado con la expulsión, por el pecado que todos arrastramos, y condenado a ganarse el pan con el sudor de su frente, pero naturalmente, los animales nada habían hecho ¿Por qué no aparece en este libro?

Narrador II: (Saliendo al escenario con otra Biblia en la mano) - Yo sí lo sé.

Narrador I: -¿Quién eres tú y qué es lo que sabes?

Narrador II: (Presumiendo) - Yo soy el verdadero narrador de esta historia y sé perfectamente lo que les pasó a todos los animales del paraíso.

Narrador I: - Imposible, tú eres un impostor. Yo soy el verdadero narrador. Yo he dado tres veces la vuelta al Mundo, me he recorrido 300 iglesias, 80 catedrales 60 basílicas y 2000 bibliotecas y no he encontrado ni una sola referencia a esa historia.

Narrador II: -Porque tú eres solo un humilde Cuentacuentos, llana y simplemente, no eres investigador como yo. -(Con aires de superioridad) – No sabes investigar.

Narrador I: -¡Mequetrefe, presumido! ¿Qué has hecho tú, que no haya hecho yo? ¡Eh! ¡Dinos!

Narrador II: -Lo principal es ir a la fuente de la información, como he ido yo, ir a los lugares donde reside esta historia, pasada de padres a hijos, desde el origen del Mundo. -Anda chúpate esa!

Narrador I: - ¿Adónde has ido tú si puede saberse? (Intentando ridiculizarle)

Narrador II: - Pues mientras tú visitabas iglesias, basílicas, catedrales y bibliotecas y te leías no sé cuantas Biblias, yo visitaba los 5 océanos de la Tierra , 800 mares, 200 selvas, 1256 bosques y 30000 granjas ¿Qué pasa tío? (Con chulería)

Narrador I: - Está bien y ¿has encontrado la explicación? ¿Te han contado lo que sucedió de verdad? ¡Cuéntanoslo de una vez!

Narrador II: - ¿Cómo dices? ¿Qué os la cuente? ¡Así por el morro! Con el trabajo que me ha costado a mí localizarla, os la voy a contar sin más. ¡De eso nada! ¿Dónde están los derechos de autor? ¿Quién me paga mi copyright? ¿Tú? - (Volviéndose de espaldas).

Narrador I: - Venga, no te hagas de rogar, que sabemos perfectamente que te encanta chupar cámara.

Narrador II: - ¡Qué no! ¡Qué te digo que no! Éste es mi secreto y no lo compartiré con nadie. (Gritando)

Narrador I: - ¡Anda monín, comparte tus descubrimientos científicos con nosotros! Te daré mil rupias.

Narrador II: -¡Bah! Por mil rupias ni abro el libro.

Narrador I: -¡Pero qué interesado eres! Dos mil rupias.

Narrador II: -¡Cuatro mil!

Narrador I: -¡Tres mil!

Narrador II: -¡Tres mil quinientas!

Narrador I: -¡Hecho!

Narrador II: -¡Vale! Pero pongo una condición.

Narrador I: ¿Qué condición?

Narrador II: que tú te largues de aquí. Yo tengo que ser el único narrador de esta historia.- (Dándole la espalda y poniendo cara interesante)

Narrador I: -Ya sabía yo que lo que querías era liquidarme, porque eres un presuntuoso. Está bien, yo me marcho y te dejo como único narrador, pero como al final descubra que nos has engañado y que tu narración, no tiene ni pies ni cabeza, te echaré del escenario a patadas. Me voy al patio de butacas y me convertiré en un espectador más, pero te estaré vigilando. -(El Narrador I, baja al lugar que ocupen los espectadores con cara de pocos amigos, gesticulando contra el narrador II)

Narrador II: (Dirigiéndose al público) - Ya era hora. No os aflijáis, amigos míos, era un narrador mediocre, sin personalidad, no tenía categoría para contar esta historia, sin embargo yo… (Presumiendo exageradamente) – Yo soy el más grande, el magnífico, el admirado súper narrador.

Narrador I: (Dando un grito desde el patio de butacas) - ¡Vamos al grano y empieza de una vez!

Narrador II: (Carraspeando) – Bueno, ejem, comencemos. (Abriendo su libro) -Cuando Dios echó a la primera pareja humana del paraíso, puso dos Ángeles en la puerta con sendas espadas llameantes. Naturalmente cada día cambiaban de Ángeles porque tenían que ir al hospital del Paraíso a curarse las quemaduras, pero como tenían muchos Ángeles, pues apenas se notaba…Ocurrió que como los animalitos no habían pecado, pues no fueron expulsados -(Se oscurece el escenario, desaparece Narrador II y comienza la segunda escena).

oooOOOooo

Escena II

El Buen Dios: (Voz en Off) Se Reúnen en la explanada del paraíso a todos los animales) - Queridos animalitos, ¿vosotros sabéis por qué he expulsado a esa pareja de humanos que convivían con vosotros? Pues los he expulsado por ignorantes, por lelos y por dejarse tentar. Les prohibí comer del árbol que está en medio de esta explanada ¿Lo veis? - (Señalando a un único árbol que se divisa en esa zona del Paraíso y que se verá con claridad en el decorado)

Todos los animales: - ¡Siii!

El Buen Dios: - ¿Vosotros veis que tenga algo de especial?

Todos los animales: -¡Nooo!

El Buen Dios: - Naturalmente que no, es un árbol como otro cualquiera, que tiene frutas, claro. Ciertamente, unas están bien y otras están mal. Pues ellos entendieron que era el árbol de la ciencia del bien y del mal. Además de tontos, sordos. Se llenaron de avaricia y se pusieron como el kiko a comer manzanas de ese árbol precisamente, cuando las podían haber cogido de los diez mil cuatrocientos manzanos que existen en el paraíso. Naturalmente coger las manzanas de ese árbol, lo tenían prohibido; un simple capricho, pero lo tenían prohibido para que me demostraran su fidelidad y su obediencia. Pues, ¡Hala!, los tuve que largar. Así que ahora os quedaréis vosotros solos disfrutando de estas maravillas.

El cocodrilo: - ¿Y

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