Los Billetes
Enviado por • 26 de Marzo de 2014 • 9.588 Palabras (39 Páginas) • 225 Visitas
Historia de la moneda y del billete en México
Durante los casi trescientos años del Virreinato de la Nueva España (1535-1821), la minería fue tan redituable que permitió a la Metrópoli acumular una gran riqueza en metales finos. El dinero de la época estuvo formado exclusivamente por monedas metálicas fabricadas en oro, plata y en menor grado, en cobre.
Aún durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, las monedas metálicas se acuñaban en oro y plata. El valor nominal de las monedas equivalía al valor al que podía venderse el metal que contenían. Esto permitía que fueran aceptadas como medio de pago.
A diferencia de las monedas metálicas, se necesitaron muchos años y varios intentos para que los billetes fueran aceptados y utilizados como medio de pago en México. En un principio, fueron emitidos por bancos privados y por tanto, eran un título de crédito. Eran de aceptación voluntaria, por lo que su uso y aceptación dependían de cada persona. Los billetes de emisión privada tenían la característica de ser pagaderos en moneda legal; es decir, las personas podían canjearlos por monedas en el momento que lo desearan (que en aquél entonces se fabricaban en metales finos). Posteriormente, los billetes fueron emitidos también por el gobierno, llegaron a ser de aceptación obligatoria y en alguna época, podían ser convertibles o canjeados por moneda metálica, que seguía acuñándose en metales finos.
Con el paso del tiempo, la moneda metálica se comenzó a acuñar en metales industriales y se convirtió en moneda fiduciaria al reducirse su valor intrínseco; y el billete de banco, al ser declarado de curso legal, se convirtió en el papel moneda que se sigue utilizando.
Indice
6.1 La moneda mexicana
6.1.1. La moneda virreinal
6.1.1.1. Moneda de Carlos y Juana
6.1.1.2. Moneda macuquina
6.1.1.3. Moneda redonda: columnarios (1732-1772) y peluconas (1732-1759)
6.1.1.4. Moneda redonda de busto
6.1.2. La moneda de la Independencia
6.1.2.1. Otras emisiones realistas
6.1.2.2. Piezas insurgentes
6.1.2.3. Moneda de Morelos
6.1.2.4. Junta de Zitácuaro
6.1.2.5. Resellos realistas
6.1.2.6. Resello insurgente
6.1.2.7. Resellos de origen desconocido
6.1.3. La moneda del Primer Imperio (1822-1823)
6.1.4. La moneda republicana
6.1.5. La moneda del Segundo Imperio
6.1.6. La moneda republicana (sistema decimal)
6.1.7. Inscripción “Estados Unidos Mexicanos”
6.1.7.1. La moneda durante la revolución de 1910
6.1.7.2. La moneda después de la revolución y hasta nuestros días
6.2 El billete mexicano
6.2.1. Antecedentes del billete mexicano
6.2.2. El billete del Primer Imperio
6.2.3. El billete republicano de 1823
6.2.4. Los bancos privados de emisión
6.2.5. El billete durante la Revolución de 1910
6.2.6. El billete del Banco de México
6.2.6.1. Antecedentes del banco central
6.2.6.2. Billetes impresos por la American Bank Note Company de Nueva York (ABNC)
6.2.6.3. Billetes impresos por la fábrica del Banco de México
6.3 Apéndice
6.3.1. Enlaces internos
6.3.2. Bibliografía
6.1 La moneda mexicana
Cuando los romanos comenzaron a extender su imperio recogieron los frutos de las conquistas; entre ellos, los logros de la cultura griega, como la acuñación de moneda metálica. Las colonias romanas llevaron la tradición de la acuñación a toda Europa. España, que ya había sido conquistada antes por los griegos, continuó esa tradición y de ahí la trasladaron a las tierras americanas recién descubiertas.
6.1.1. La moneda virreinal
La moneda metálica acuñada empezó a conocerse y a circular en México en la tercera década del siglo XVI.
Durante la primera etapa de la conquista, los españoles que llegaron al Nuevo Mundo tuvieron que usar las pocas monedas castellanas que traían consigo y los medios de cambio que utilizaban los indígenas tales como el cacao, cuentas de jade o jadeíta conocidas como chalchihuis, mantas de algodón o patolcuachtli, cañones de pluma de pato rellenos de polvo de oro y hachuelas o tajaderas de cobre en forma de letra tau griega. De hecho, el cacao subsistió como medio de cambio en algunos lugares del sureste de México hasta principios del siglo XX.
Mientras se usaban los medios de cambio indígenas, los conquistadores reunieron una buena cantidad de oro y plata del nuevo continente. Posteriormente, con estos metales de hicieron los primeros intentos de imitar la moneda metálica europea. Se fundieron discos de una aleación de oro y cobre (pesos de tepuzque), cuyo peso correspondía al de un castellano (moneda española); de ahí se originaría, años después, la unidad monetaria de México y de otros países latinoamericanos, el PESO.
El descubrimiento de la riqueza minera del nuevo continente cambió las perspectivas coloniales. Muy pronto, el crecimiento del comercio en la Nueva España hizo necesario el establecimiento de una Casa de Moneda. En 1535, al tiempo en que se establecía oficialmente el Virreinato de la Nueva España, el Virrey Don Antonio de Mendoza recibió la cédula de fundación de la Casa de Moneda de México (la primera en América) con el siguiente mandato de los reyes Carlos I y Juana: "Y PÓNGASE EN LA PARTE DONDE HOBIERE LA DEVISA DE LAS COLUNAS UNA M LATINA, PARA QUE SE CONOZCA QUE SE HIZO EN MEXICO". Esto se convirtió en lo que ahora conocemos como ceca mexicana y que se representa con el símbolo:
Al parecer, las primeras piezas se troquelaron en abril de 1536.
6.1.1.1. Moneda de Carlos y Juana
Las primeras monedas que se acuñaron en México fueron las del tipo de Carlos y Juana, llamadas así porque en su anverso se leen los nombres de los reyes en latín (CAROLUS ET IOHANA REGES). Se trata de la reina Doña Juana (Juana la Loca) y su hijo Carlos I, quien realmente gobernaba por la imposibilidad de su madre.
Estas monedas fueron hechas a mano, a golpe de martillo. A pesar de su rudimentaria fabricación, son de grosor parejo, redondas y de buena apariencia. Se troquelaron monedas de plata en denominaciones de 4, 3, 2, 1 y ½ real; también se acuñaron monedas de cobre en denominaciones de 4 y 2 maravedíes para uso de los indios, cuya fabricación fue suspendida por el rechazo de los naturales a esas monedas.
Se conocen dos series: la primera tiene, frecuentemente, las leyendas en caracteres góticos, mientras que la segunda se distingue por el uso de caracteres latinos y, sobre todo, porque en el reverso lleva ondas marinas
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