Los De La Esquina
Enviado por AndyGrk • 13 de Mayo de 2015 • 350 Palabras (2 Páginas) • 112 Visitas
EL ARBOL QUE LLORABA SUEÑOS
El silencio se hacía notar en el tranquilo verdor del llano. Se podía divisar el sol despegando, dejando sus primeros colores en la silueta lánguida de un robusto árbol, que solitario, acunaba en su copa, nidos de muchos pájaros a los cuales brindaba fielmente su cuidado.
Los animales, en particular las aves, lo respetaban y lo adoraban porque decían que era sagrado.
Él, era un caldén, no muy viejo, pero de copa muy importante. Cuentan, que después de la tala del hombre en toda esa tierra, quedó solitario en la planicie; solo, triste y sin más amigos que el sol, la luna, el viento, las nubes y las preguntas de un ¿por qué? sin respuestas.
Todas las mañanas al despertar, el alba rogaba que su realidad fuera solo un mal sueño, pero no era así, sus hermanos ya no estaban. Así solo quedó contemplando e implorando aquel llano interminable.
Cierto día, un pájaro carpintero regresó y se posó sobre su tronco rústico. Le contó la pena por sus polluelos, que habían quedado atrapados en el hueco de uno de aquellos árboles. Escuchando aquel dolido cantar, el árbol dejó caer una lágrima mojando aquel pequeño carpintero que empezó a soñar momentos gratos y muy placenteros, haciéndole olvidar las penas.
Otro día, un cardenal amarillo acudió a su copa y volcó su canto triste al llano, el cual hizo llorar al árbol. Sus lágrimas también lo alcanzaron e hicieron que olvidara su dolor, alegrándole el corazón y alma.
Las noticias de tales hechos volaron muy rápido. Animales de todo tipo acudían para que el árbol los tocara con sus lágrimas.
Cuentan que solitarios viajeros descansaron y dejaron coplas tristes bajo su sombra, también fueron alcanzados por sus lágrimas y volvieron al camino colmados de paz y con los sueños renovados.
– “Fue así, por un sueño”. – Dijo el árbol-.
– “El dios de la naturaleza me habló y me dijo: llorarás sueños buenos por cada corazón en pena, dejarán cánticos en tu copa, descansarán bajo tu copa, harán nidos entre tus ramas y nunca estarás solo porque renovaras y devolverás la vida a todo el llano”.
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