Los ecos de la derrota
Enviado por blueface • 9 de Agosto de 2013 • Ensayo • 801 Palabras (4 Páginas) • 204 Visitas
Los ecos de la derrota en la Copa Confederaciones se van apagando y la gente empieza a ver el vaso medio lleno. El fútbol tiene la virtud de situar el siguiente desafío sin solución de continuidad, por lo que los aficionados tenemos poco tiempo para disfrutar de las victorias o lamentarnos de las derrotas. Sea como fuere, lo apretado del calendario futbolístico mundial hace que el planeta fútbol sea el más poblado del deporte y traspase sus barreras para constituirse como una autentica cuestión sociológica. No es difícil comprobar cómo el fútbol tiene la capacidad de aglutinar a masas sociales que comparten intereses colectivos o pasiones en torno a su equipo de fútbol o su selección nacional. Observé con cierta melancolía el enaltecimiento cantado del sentimiento patriota que los brasileños mostraron al mundo con la interpretación de su himno nacional. No deja de ser una demostración de unidad en torno a una pasión o unos objetivos comunes. Y como en una horda de furiosas huestes que se preparan para una batalla cuerpo a cuerpo entonando cánticos de guerra o haciendo sonar sus tambores, acojona. Lo cierto es que hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer cosas juntos. Así, el primer gol de la final nos lo hicieron desde la fervorosa entonación de su canto nacional. El fútbol tiene mucho de teatro, y los futbolistas son los protagonistas de una obra en la que el hilo argumental gira en torno a un marcado componente psicológico. Si fuera un observador externo y pretendiera analizar de forma objetiva lo que estaba ocurriendo en Maracaná, escrutaría las desmesuradas diferencias de ambos bandos. En un lado un grupo de apocados, abrazándose más por protocolo que por convicción, mientras escuchan los acordes de un himno sin letra y sabiendo que muchos de los representantes tienen sesgos políticos, y en otro lado un grupo de entusiastas haciéndose escuchar y demostrando al mundo entero que la unión de un pueblo, engrandece a ese pueblo, y lo capacita para la consecución de sus codiciados objetivos. No pretendo trasladar un sentimiento antipatriota, que nadie lo vea así, pero lo que el otro día reveló la sociedad brasileña es una magnífica cohesión que en ocasiones echo en falta en mi país ante los problemas realmente importantes. No en el fútbol, evidentemente (aunque tampoco estaría mal). Si bien, la sociedad brasileña no es ejemplo de nada, pues contrasta de forma clara el comportamiento demostrado a ambos lados de la puerta de entrada al estadio. Hoy en día, la información viaja más rápido que la luz y podemos ser testigos de todo lo que ocurre en un momento dado. Si los ciudadanos brasileños, hubieran optado por no politizar el deporte con sus manifestaciones violentas, estaríamos hablando de un patrón de comportamiento sociológico ejemplar y su ConfeCup se hubiera convertido en la manera más bella de honrar un acontecimiento deportivo. No fue así y eso les condena, pero quería ensalzar
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