Los menos infractores no son penalizados bajo las mismas leyes que los adultos
Enviado por André Acha • 24 de Noviembre de 2015 • Resumen • 719 Palabras (3 Páginas) • 146 Visitas
MENORES INFRACTORES
Los menos infractores no son penalizados bajo las mismas leyes que los adultos, por ende los delitos cometidos en muchos casos pasan desapercibido, en la actualidad, se debaten normas para combatir esta situación, que hoy en día es un problema social con altos índices. Una de las normas legales impuestas por nuestra nación fue la penalización de los adolescentes de 16 años, por cuestiones de sicariato serán juzgados como adultos.
Bajo esta premisa, mi opinión, es en contra de esta última normativa, puesto que no se puede juzgar a un adolecente bajo las mismas leyes de un adulto.
Argumento
- La razón es que el estado no está cumpliendo su labor preventiva y responde de la manera más sencilla criminalizándolos. Juzgarlos como adultos no es una solución, se deben de crear programas de reinserción a la sociedad basadas en un estudio y análisis de la situación requerida del menor. Por esta razón estoy en contra de la penalización.
- Entiendo que el sicariato en menores de edad tiene altos índices, por lo tanto se deben de crear programas de prevención e inclusión, como también fomentar la educación en los adolescentes que provienen de familias con altos índices de violencia, ya que esto último es un indicio que el adolecente con el tiempo sea un infractor. Por esta razón defiendo mi postura ante la penalización de menores.
- La baja de la imputabilidad en los menores no soluciona el problema. Se requieren medidas de fondo e integrales en conjunto con los restantes poderes del Estado. Hay que apuntar a la contención de esos menores, la familia y los casos particulares que demanden una atención especializada. Además, hacen falta lugares donde internar a esos chicos para buscar su recuperación y hoy no los hay o son escasos. Un motivo más para estar en contra de la penalización.
- No me parece justo responsabilizar a los menores y juzgarlos como adultos. Si esos menores están en esa situación, nosotros somos los responsables, los mayores, que no les hemos dado lo que teníamos que darles: educación, salud, justicia, atención, amor, cariño, protección. Por lo tanto el estado debe de fomentar programas de inclusión social.
- El estado debe encontrar un equilibrio entre la pena y un tratamiento justo que permita la reinserción social de los jóvenes, en la actualidad eso es el desafío. Se puede encerrar a los chicos en institutos de menores durante años, pero en algún momento van a volver a la sociedad y si el sistema los trató injustamente, van a volver a delinquir. Hay que estudiar los orígenes de esa violencia y tratarla con penas alternativas a la prisión como los servicios comunitarios y la justicia reparativa. Por este motivo estoy en contra de la penalización.
Contraargumento
- Existen personas que están a favor de la penalización en menores de edad, el sustento de estos individuos esta basado en combatir la violencia con leyes fuertes o mano dura, en otros términos, normas legales que juzguen al menor como adulto. Esto último no es una solución, que pasa si aparecen sicaros menores de 14 años vamos a seguir reduciendo la edad de inimputabilidad.
- Las penas para los sicarios menores de edad no es la solución definitiva pero sí ayudará a prevenir más hechos delictivos. Para que sea efectiva, esta medida debe acompañarse de una política penitenciaria para delincuentes juveniles centrada en la reinserción a la sociedad.
- Proteger a los menores infractores, que tienen un accionar delictivo, repercute en desproteger a toda la sociedad. Entiendo que en otros países han modificado su código de niño y el adolecente a fin de que los menores que perpetraron actos delictivos graves, como el sicariato, cumplan una cadena en cárcel, pero en una sociedad como la nuestra con altos índices de corrupción en programas sociales como también en distintos departamentos gubernamentales es ilógico que los sicarios juveniles se resocialicen.
Conclusión
En conclusión, defiendo mi postura en contra de la penalización en los menores de 16 años, puesto que no se le puede juzgar bajo las mismas leyes del adulto. Es cierto que toda infracción, en este caso sicariato, tiene que ser juzgado, pero en esta situación se trata de menores de edad en proceso de aprendizaje, la responsabilidad repercute en los adultos. Por lo tanto el estado tiene que manifestarse con programas reguladores basados en un estudio de la sociedad.
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