Lucha Libre Mexicana Es La Mejor Del Mundo

En el siguiente ensayo abordaré un tema fundamental para la raíces del deporte nacional: La lucha libre mexicana.

De un tiempo a la fecha, los fans de este deporte desconocen que aquí tenemos la mejor lucha libre del mundo y prefieren consumir la extranjera. Sabedor de que este problema se da por falta de información y no por convicción, me dispuse a escribir sobre ello.

Empero, lo haré enlistando algunas características con las que cuenta el pancracio nacional que ninguna otra lucha en el mundo tiene, ni llegará a tener…

Los países con mayor tradición luchística son Japón, Estados Unidos y México. Desde sus inicios, cada uno planea estrategias para ser los líderes de este deporte a nivel mundial. En el oriente a través de simulaciones de artes marciales y vestimentas atípicas. En Norteamérica con sus PPV y sus combates con escaleras. Pero la verdad es que ninguno puede igualar la calidad de lucha y espectáculo que se vive en nuestro país gracias a ciertas peculiaridades:

La primera de ella es la máscara. Estos diseños son el bien más valioso que puede tener un luchador pues les brindan un halo de misterio e identidad. No hay mayor deshonra que perderla en una lucha de apuestas frente a todo una Arena de testigo (Crespo, 2009, párr. 1).

La segunda es que, a pesar de que últimamente los luchadores más conocidos son los estadounidenses, México es la principal atracción para las figuras profesionales. Según Carlos García (2012), la luchadora Ivelisse Vélez expresó: “ir a México es importante para mi, llegar al país donde está la mejor lucha libre del mundo me emociona […] No soy ninguna modelito y sé que me voy a acoplar bien al estilo mexicano” (párr. 4-6).

A eso es a lo que apuesta nuestra lucha, señores. No busca “montar teatritos” ni novelas antes de cada función (como hacen los de la WWE), más bien, busca agradar con enfrentamientos bien hechos. Los luchadores nos prefieren porque deben preparar lances aéreos, llaves, buenos golpes y hasta insultos, no diálogos para vender humo.

A todo lo anterior hay que sumarle un aspecto fundamental e histórico de la lucha libre mexicana: sus cronistas. Esos que, a través de espectaculares duelos en el palco de transmisión, han contribuido a la masificación de este gran deporte. Gracias a sus amplios conocimientos dotan de vida, de emociones y de magia al pancracio nacional, tanto en radio como en cine y televisión (Vargas, 2008, p.14).

¡Ojo! No es que las luchas extranjeras no cuenten con comentaristas deportivos sino que no suelen ser tan creativos, “populacheros” y ácidos como los aztecas. De hecho, conozco a mucha gente que sólo sigue esta actividad por escuchar al “Doctor” Morales pelear con “El Rudo” Rivera.

Para concluir, me gustaría invitar a todos los aficionados al pancracio

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