Luis Rivas Cadenas
Enviado por luiscarlos78 • 25 de Febrero de 2013 • 760 Palabras (4 Páginas) • 376 Visitas
¡El Maestro Que Necesitamos!
A lo largo de los años se ha venido abordando el tema de la Educación en Venezuela, pero mi inquietud es por el papel del Maestro dentro del proceso Educativo. Este día es propicio para hacer énfasis en el Sistema Educativo, para contribuir a mejorar la calidad Educativa en nuestro país, esto me conduce a uno de los males que afecta al proceso Educativo en Venezuela. Se trata de lo que hasta hace poco se llamaba Deserción Escolar, término que se ha discutido y nunca se ha definido como tal, pues deserta quien abandona y en caso de los estudiantes se considera que éste no se va, no se escapa, sino que casi es echado por una serie de circunstancias que están dentro y fuera de la Escuela, como es caso del maestro que siempre repite lo mismo, la escuela que aburre, la situación social lo lleva a la calle, la sensación de frustración y el pesimismo ante el colegio, la familia que todavía no entiende para qué demonios estudia ese muchacho. Entonces, se termina siendo un excluido del proceso educativo.
A esta situación contribuye la gran cantidad de docentes que no cumplen con sus deberes, eso que conocemos como militantes de los viernes festivos, los que utilizan el reposo medico como una excusa para no ir a la escuela, los que se encargan del cuchicheo en los pasillos o jardines de la escuela, que perjudican a sus mismos colegas. Es común saber de un estudiante que abandona las aulas de clase justificándose con la constante ausencia del educador. Cada día que ese joven llega a su casa antes de la hora y en la familia se incrementa la reacción de rechazo hacia la escuela, considerando que el primero en no cumplir con sus deberes es el educador, y se preguntan entre ellos ¿con que moral ese maestrito le va a exigir a mi hijo que cumpla con sus tarea? Si él es un ejemplo de irresponsabilidad.
El resultado de la deserción escolar es una muchedumbre de jóvenes, desparramados en las calles a lo largo y ancho del país fuera del Sistema Educativo. La incitación de acercase a los oscuros callejones de la delincuencia, es mayor si se encontrara el joven fuera del salón de clases, lejos de los libros. Las drogas, la prostitución, la delincuencia está allí, al acecho, esperando poner en marcha sus encantos para atrapar a ese joven que pasa; y a partir de allí el derrumbe es irreversible.
Es preocupante la exclusión escolar. Una preocupación que en estos momentos es mayor, pues se supone que estamos en un proceso de transformación del país que debe poner fin a esta purulenta llaga. Por momentos pareciera un desosiego que todavía no llega a muchos maestros, quienes se muestran indiferentes a una situación que nos señala a nosotros como uno de los presuntos culpables. Para uno de estos educadores el niño no estaba interesado en estudiar, el niño se ausentó unos días, el niño volvió a desaparecer, el
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