MAX PAYNE 3
Enviado por zarr • 22 de Marzo de 2013 • Tesis • 393 Palabras (2 Páginas) • 387 Visitas
MAX PAYNE 3
MAX PAYNE ESTÁ DE VUELTA, ASÍ QUE INDAGAMOS EN LA PAGINA DE ROCK STAR EN NY PARA TRAERTE EL REPORTE.
POR: ZARR ZÁRATE
“La vida era buena. Una casa en Jersey al lado del río. El olor a césped recién cortado. El sonido de los niños jugando. Una bella esposa y un bebé. El sueño americano echo realidad. Pero los sueños tienen un horrible hábito de arruinarse cuando no los estás viendo…”
Esta es la vida de Max Payne y nadie en su sano juicio cambiaría papales con él, pues hasta ahora su destino ha estado sellado por una tragedia. Como un Hamlet de los videojuegos cuyo destino es sufrir hado funesto, su alma se encuentra cargada de penas, las cuales no se detienen, aunque a veces parezcan darle tregua.
TAL VEZ REIRÍA SI, SI RECORDARA CÓMO…
Nadie que haya terminado las dos primeras partes de esta saga y se considere humano puede permanecer indiferente los sucesos que han marcado la vida de Max; para empezar, su esposa y su pequeña hija fueron brutalmente asesinadas por una banda de drogadictos, lo cual arruinó su carrera como policía y lo precipitó a un abismo donde la venganza era su combustible, la rabia su oxígeno y las pesadillas su diario manto.
Esta fuerza sombría le dio los suficientes arrestos para emprender una cruzada en donde desempeñaba el papel de un ángel exterminador, dueño de las vidas de todos sus enemigos. Por ellos pudo vengarse y recuperar un poco de su prestigio, incluso vislumbrar algún pequeño rayo de esperanza en los brazos de una mujer; pero toda posibilidad de final feliz un extinguida con la misma fuerza con las que las balas se la arrebataron, sin que él pudiera hacer nada para evitarlo.
Esta es la vida de Max Payne y ahora nos veremos obligados a acompañarlo en una tercera aventura, solo que ahora con varios años encima, un problema de alcoholismo y enemigos aún más feroces. También está presente esa pesimista sensación de que no podremos evitar otra tragedia; y la siguiente frase nos hace sospecharlo:
“Justamente cuando creías haber alcanzado lo más profundo del horror, súbitamente se pone peor. ¿Cómo apagar esa pequeña voz interna que comienza a susurrar qué deberías alegrarte?... ahora, si no es que antes, tu venganza es justificable a cualquier escala moral. Esa pequeña voz probaba, a través de cualquier duda, que yo estaba maldito”.
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