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METAL DEL DIABLO OBRA BOLIVIANA


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2013  •  3.520 Palabras (15 Páginas)  •  1.688 Visitas

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EL METAL DEL DIABLO

Una tarde de verano en el valle de Cochabamba, este es el pueblo que será el inicio de esta historia, “Karasa”, ubicado en medio del camino que se une al altiplano de Oruro. Omonte Estaba sentado, observando y de pronto escucha unas frases de las voces de unos hombres al mando del señor Rigoberto Rengel, empleado de la casa de Bottger que traía maquinarias, petacas; la cual venían de Oruro, que pasando un rio caudaloso los hombres gritaban “la mula de oro se cayó al rio” con la desesperación el sostener a la mula fue imposible ya que cayó rio abajo el cajón que tenía el oro. Después de dos días de búsqueda, Zenón encontró el cajón y recibió una buena propina por parte del señor Rigoberto Rengel; Esta fue una de las grandes aventuras de Zenón Omonte durante su adolescencia. El tata Morato, enjuto y robusto examinaba a Omonte sobre las lecciones de lectura y escritura. Este era hijo natural de un hermano suyo en una mujer del pueblo, había sido abandonado con la madre que murió cuando Zenón tenía 10 años de edad.-el niño llevaba el apellido de su madre, el padre se caso en Cochabamba donde tuvo otros hijos (Joaquín y José-pepe).

Zenón Omonte le servía a su tío de ayudante, compañero, sacristán y hasta de mensajero. Él vigilaba la pequeña huerta que su tío poseía, a cambio de esto el cura le daba comida y le obsequiaba trajes y zapatos.

El tata Morato fallece y Zenón pasa al cuidado de Nicasio Morato quien lo lleva a su finca ubicada en Cochabamba, donde conoce a su hermano Joaquín, este no le recibió con cortesía…… también conoció a otro de sus hermanos, José, quien amablemente le invito a tomar una jarra de chicha.

Durante su estadía en Cochabamba, Omonte conoció a dos comerciantes: Arispe y Jordán con quienes se puso a beber, por tal acción Omonte perdió una mula que su tío había dejado bajo su responsabilidad. Una tarde de dulce temperatura bajo los rayos del sol, el rio Rocha hacia su proclamación, donde hombres y mujeres acudían a bañarse; fue ahí donde Omonte conoce a Jesusita Ovando con la que tuvo algunas de sus aventuras.

Dicho romance fue descubierto por el padre de Jesusita, quien castigo con patadas y golpes a Omonte… Éste entre tropezones huyó por las callejuelas encontrándose así a su amigo Cadima, quien le invito a la taberna de la tustun-siqui. Allí se encontraba Josefa celebrando el cumpleaños de su hermano…entre copa y copa el ambiente de la fiesta cambio, de pronto se escuchaban gritos, pleitos, Omonte se vio envuelto en la pelea, se agarro a puñetes con el hermano de Josefa hasta dejarlo inconsciente, al oír los pitazos de la policía Omonte escapa a Oruro.

Una vez llegado a Oruro conoció a Trinidad Quiroga y Juancho Calama con los cuales compartía una pieza… quienes contaban su vida allá en las minas. Omonte se vuelve a encontrar a don Rigoberto Rengel, éste le ofrece trabajo de administrador de descarga y despacho, en la casa de los Bottger la cual estaba a cargo de don Nepomuceno Ramos.

Una tarde lluviosa el señor Bottger llamo a Omonte y le mando salir con un recado, cuando regreso hallo a ramos que hablaba con dos hombre sobre las minas, ramos le hace una propuesta la de formar una sociedad que consistía en comprar la concesión “Montecristo” de 100 hectáreas en el distrito minero de Chayanta.

Ramos viajo a la mina y Omonte permaneció en el almacén, donde conoció al español don José Centeno, cliente del almacén que vivía en Pulacayo; y a Severino Huachipondo, indio llamero. Éste le propuso irse a la mina en busca de la diosa metálica…

En el tiempo en que Omonte vivía en Pulacayo, pueblo indígena que había crecido a los 4200m. De altura alrededor de las minas; conoció a Lorenzo Estrada y a Francisco Tajuara. Omonte tenía la apariencia de un hombre de las minas, con la barba crecida, los pómulos y la nariz tostada, con poncho y botas.

Regresa a la casa del señor Bottger y ahí siguió trabajando… en las fría noches mientras el descansaba se ponía a pensar todo lo que había realizado en las minas; al mismo tiempo sacaba cuentas de los gastos, perdidas, ganancias que obtuvo durante su paso por las minas. Era todo lo que había obtenido en los años transcurridos desde que salió de Cochabamba Omonte se sentía presionado en el almacén de la casa Bottger. Pesaba los metales como si fueran suyos, desde ahí atendía los trámites del pedido de la “providencia” en Potosí.

Omonte pensativo hacia planes, en ese instante Severino Huachipondo y Tajuara aparecieron en la puerta del almacén, la visita de Huachipondo se debía a que quería vender la mina a don Arnoldo: - ¡200 pesos le debo, que se quede con la mina! , alegó éste.- Omonte con los ojos temblorosos miro al indio y después de un largo silencio dijo: - “frio tendrás, ven vamos a tomar un pisco”. Se fueron a una pulpería y se sentaron en un banco cubierto con una frazada, frente a una mesita muy baja y se pusieron a beber y a platicar.

Huachipondo y Tajuara ya estaban muy ebrios cuando salieron con Omonte, es ahí donde Omonte le hizo la propuesta de pagarle 20 bs a él y pagar la deuda que éste tenía con don Arnoldo.- En ese momento Huachipondo tenia los papeles de la mina en mano y fue así que se dirigieron a la casa del abogado Dr. Loza para suscribir la transferencia de la mina a nombre de Zenón Omonte…

Terminando esto se fueron hacia la notaria para firmar, además Zenón reconoció la deuda que tenía el indio con el señor Bottger.- entrego los 20 bs que había prometido; Severino Huachipondo falleció con el tiempo en un hospital. Omonte deja nuevamente la casa Bottger para dirigirse a la mina… llegó allá con 5 peones, uno de ellos era Tajuara, dos peones con sus mujeres cargando a hombro la dinamita, mecheros, bujías y todo lo necesario para explotar las minas

Transcurrido un tiempo Tajuara encuentra la veta, sin hablar Omonte coge algunos fragmentos de barrilla de metal, una mezcla de sonrisa y de terror entrecorta su aliento quien empieza a decir: “ el indio Francisco Tajuara ha cortado la veta de estaño más rica del mundo!”

Omonte muestra la barrilla de metal a Estrada quien pronostica el 75 % del mineral, éste queda como administrador de la mina, en la mina creció instantáneamente la actividad; contrataron barreteros y palliris en Chayanta y personal necesario para continuar con la explotación del estaño.

Hace su aparición el anglo chileno Arteche, quien disputaba a Zenón Omonte la propiedad de la mina la “Providencia” Arteche personaje blanco influyente ante las autoridades llego a obtener auto para que se entregase la mina a un interventor; pero éste fracaso.

Omonte había llegado a Cochabamba junto con su secretario y el doctor Dávalos a comprar una finca,

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