MEXICO-COMO NARCO ESTADO

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AUTORITARISMO DEL ESTADO

Actualmente el Estado mexicano se encuentra nuevamente bajo la opresión social, pues se ha puesto en marcha la dinámica  de criminalizar la protesta y el libre pensamiento, haciendo del país un territorio armado y militarizado, en el cual se desenmascara el verdadero rostro y carácter opresor del sistema gubernamental en el que vivimos, especialmente el de  Ángel Heladio Aguirre Rivero. Este último con un imperio de violencia sometió aquellas exigencias de justicia por parte de cualquiera que intentase manifestarse en contra del régimen actual del sistema.

        El mandatario ya antes mencionado responsable de la entidad guerrerense, se le atribuye la presunta responsabilidad de la desaparición de un número no específico de normalistas, quienes fueron sometidos mediante diversos operativos policiacos y militarizados de manera sumamente violenta, tras la inconformidad de estos a las reformas curriculares y administrativas a las escuelas normalistas.

Exigencias de los normalistas

Las nuevas reformas educativas no implican más que un carácter capitalista que pretende crear nuevas generaciones sumisas y dóciles, basándose en el actualmente ya famoso sistema de “competencias”, el cual pretende una enseñanza permeable al empirismo y no a una enseñanza crítica y reflexiva.

“Es una imposición más de política económica y laboral, con cuya aplicación se pretende formar técnicos superiores de educación básica, contrario al proceso de crecimiento y desarrollo que llevamos en la entidad, además, significa un retroceso hacia la formación inicial de educadores populares con perfil pedagógico, psicológico, epistemológico, ético, filosófico y político que necesita la niñez”. ( Pronunciamiento de la ONOEM, 2014).

Guillermo Anaya, diputado del PAN explicó en una entrevista realizada el pasado 7 de octubre del año en curso que; los normalistas han encausado acciones de protesta al rechazar las reformas curriculares a las escuelas normales, cuyo propósito incumbe el cambio de tres a cuatro años el periodo curricular, así como la incorporación del idioma inglés y tecnologías de la información en la misma, homogeneizar el sistema, entre otras cosas.

La inconformidad principalmente radica en que para los normalistas estas reformas no se sujetan a las condiciones y necesidades de la educación nacional, pues a su parecer estas reformas que son implementadas a semejanza de modelos educativos extranjeros, no son aptas al contexto nacional y mucho menos estatal.

Además afirman que trasgreden a las clases más desprotegidas, pues implican de manera subjetiva empobrecer a estos sectores, construyendo un sistema educativo destinado a la “mano de obra técnica”, además de involucrar perjuicios a los derechos básicos del trabajador con la privatización de servicios públicos, encarecimiento de productos básicos, etc; los cuales no solo afectan a los normalistas sino a toda la población.

Acciones de los normalistas

Este grupo de normalistas han levantado la voz para exigir y luchar por sus derechos, con acciones contundentes de inconformidad y protesta ante las autoridades, buscando defender la educación y sus intereses.

“El viernes 25 de septiembre, un grupo de estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzipa (donde se forman para ser maestros rurales), se apoderaron de tres camiones para realizar protestas. La policía los señaló como delincuentes, los persiguió y disparó contra ellos. Horas después, mientras los chavos declaraban lo que había pasado a los periodistas, un grupo armado los atacó. Los estudiantes se dispersaron hacia el monte para esconderse, cuando regresaron al punto de reunión, se dieron cuenta que faltaban 56, el lunes 29 de septiembre aparecieron 14, pero aún están desaparecidos 43.
Hasta el momento hay 30 detenidos por la muerte de seis personas, de los cuales, 22 son policías al servicio de la organización criminal Guerreros Unidos (una célula del cartel de los Beltrán Leyva). Aunque las autoridades no confirman si se trata de los jóvenes, el procurador dijo que uno de los detenidos confesó haber visto cómo llevaban a 17 estudiantes hasta el lugar en que se hallaron las fosas”. (La Jornada, 2014).

Estos actos de protesta han culminado en tragedias para quienes de una manera desesperada exigen un cambio pronto y eficaz para una mejoría en el sistema educativo.

Respuesta de las autoridades

Ante la exigencia de hacer valer sus derechos y una educación en donde no prevalezca la obediencia al más fuerte, los normalistas combatieron de manera reiterada mediante la toma de diversas Instituciones e instalaciones para así ser escuchados, sin embargo sus acciones desencadenaron en el repudio autoritario del Estado que vieron en peligro sus intereses, buscando destruir los centros de formación para docentes, en especial las Normales Rurales. Además de haber optado por hacer uso de la fuerza para golpear y violentar a quienes decidieron alzar la voz, siendo 176 estudiantes detenidos en un primer momento, y un número indeterminado de desaparecidos, aproximadante 43.

“Muchos compañeros aglutinados, fueron sorprendidos a las 3:00 am en un cobarde ataque de la policía, quien agredió violentamente y sin consideración tanto a hombres como mujeres que inmediatamente se defendieron contra el embate de los cuerpos represivos, respondiendo con piedras y palos hacia los elementos policiacos que, como siempre, están bien protegidos con cascos, chaleco antibalas, escudos y macanas, tal como si fueran a combatir  terroristas armados o sicarios.  Llegando a derrumbar una pared de la normal, golpeando a todo aquello que se moviera,  insultando a las valientes compañeras, violentando los usos y costumbres de la comunidad, e incluso, quemando ellos mismos automóviles, los cobardes perros guardianes del estado arremetieron brutalmente contra los normalistas deteniendo a 176 . Intimidando y amenazando a los compañeros: “¿No que muy guerrilleros? Nos los vamos a llevar al Cereso, pendejos... ¿Querían su 68, no?”, llegando incluso al acoso sexual con las mujeres: “las vamos a violar ahorita que se vaya la prensa... a mí déjame a esa de azul. Han de ser de las putas, vamos a encuerarlas”, les decían a las compañeras mientras las golpeaban” (La Jornada, 2014).

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