MISTERIO HUMANO DE LA SEXUALIDAD

EL MISTERIO HUMANO DE LA SEXUALIDAD

No se puede negar que la sexualidad tiene ante todo un aspecto corpóreo y fisiológico. A nivel biológico la sexualidad no está restringida a la posesión de órganos diversos en función de la procreación, la diferencia sexual penetra en lo más íntimo de la célula, caracterizando así toda la estructura corporal. El sistema hormonal presenta aspectos típicos que influyen notablemente en el comportamiento de la persona.

Desde el momento en que se acentúa en la antropología la unidad del hombre con el cuerpo, también hay que tener en cuenta el precio que representa la sexualidad en la vida de la persona. El ser hombre o mujer caracteriza también necesariamente al aspecto humano del cuerpo.

Los aspectos naturales de la sexualidad, están abiertos a una verdadera humanización por parte del hombre, y necesitan por otra parte esa misma humanización, ya que no representan el carácter instintivo característico de los animales. Se trata de un condicionamiento propio y verdadero, siendo uno más entre otros muchos condicionamientos.

Dentro de estos condicionamientos de la sexualidad se encuentra el condicionamiento social, el cual en muchas ocasiones resulta más determinante que el corporal, podemos ver cómo nos encontramos inmersos en una sociedad fruto de la cultura y la educación, vemos entonces como esa educación que recibimos, en muchas oportunidades empieza a generar en nosotros, cierto tipo de condicionamiento, toda vez que tratamos de adaptarnos a la sociedad, adoptando comportamientos y características aceptables para los demás, pero que en ocasiones no es muy acorde a lo que cada uno quiere, pero porque lo hacemos, porque en cambio no nos aceptamos como somos independientemente de lo que piensen los demás, muchas veces lo hacemos por tratar de ser aceptados, pero la gran mayoría de veces, por el temor al qué dirán, porque nos centramos más en lo que piensan los otros de mí, que en lo que pienso yo mismo; tal vez si nos preocupáramos menos por esto, viviríamos una mejor sexualidad sin tratar de esconder la verdadera esencia de nuestro ser.

El hombre solo se constituye como hombre frente a la mujer y la mujer se constituye como mujer frente al hombre, ser hombre y ser mujer no son accidentes del ser humano, sino que perteneces inseparablemente a su esencia. Es preciso quitar entonces más que la polarización, los aspectos de desigualdad y de alienación que pueden acompañarla.

Los seres humanos se convierten en hombre mujer en la reciprocidad, esto es, en el cara a cara corporal y psicológico del hombre y de la mujer. Un hombre es verdaderamente hombre cuando está frente a la mujer, y la mujer es verdaderamente mujer, cuando está frente al hombre.

Se afirma particularmente que la sexualidad humana se da únicamente en las relaciones entre seres humanos que se reconocen como tales; es preciso insistir en el

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